Todo el mundo en Pisuerga sabía que era cuestión de tiempo que el CB Valladolid cayera al infierno de la LEB de forma matemática. Sin embargo, hubo opciones reales de alargar la agonía o incluso de alimentar la esperanza, tanto la semana pasada ante UCAM Murcia como en el encuentro del Fontes Do Sar.

Sin embargo, el equipo vallisoletano se quedó con la miel del triunfo en los labios, porque el último tiro de Lamont Mack encontró el hierro y cayó por un solo punto tras haber realizado un buen encuentro, eso sí condicionado por su lamentable arranque. El Obradoiro no supo hacer bueno su ventaja de 16 puntos tras el primer cuarto y, presa de los nervios, se tuvo que encomendar a los destellos de calidad de un renqueante Rafa Luz y a su potente juego interior, comandado por Mario Delas.

Horrible inicio del CB Valladolid

No habían transcurrido ni dos minutos de encuentro y ya se apreciaba claramente la diferencia en la necesidad de uno y otro equipo. El Obradoiro, sabedor de que precisaba un triunfo para no complicarse la permanencia, saltó a la pista con un plus de intensidad mucho mayor que el del CB Valladolid, prácticamente sin objetivos clasificatorios en esta Liga Endesa.

Los de Moncho Fernández desarmaron a su rival en su zona más débil, la pintura, metiendo balones en el poste bajo al letón Berzins y al croata Mario Delas, que anotaban con suma facilidad ante la incapacidad defensiva de Omari Johnson y Haritopoulos. En el otro lado de la cancha, una defensa muy agresiva de los locales dejaba sin vías de acceso a la canasta a los morados, que incurrieron en multitud de errores en los primeros compases. Para colmo, Pepe Pozas se cargó rápidamente con dos personales. 12-2 y primer tiempo de Ricard Casas.

Parón técnico que sólo sirvió para que los gallegos tuvieran aún más claras las cosas y por el contrario los pucelanos se vieran aún más disminuidos, recurriendo continuamente a las penetraciones de Drenovac. 20-5. Pumprla dio un auténtico recital, atacando la canasta con mucha intención de fuera hacia adentro y el Obra alcanzó los 16 puntos de ventaja (27-11). El CB Valladolid había firmado un horrendo primer cuarto que recordaba al equipo sin intensidad ni ideas que parecía enterrado desde que se produjeron las últimas incorporaciones.

Reacción morada sin culminar la remontada

El panorama cambió por completo en el segundo período. Un CB Valladolid que rayó la perfección en ataque endosó un parcial de 18-27 al Rio Natura Monbus. Armon Johnson e Iván Martínez se echaron el equipo a las espaldas. El primero con una gran dirección en estático y el segundo imprimiendo intensidad defensiva y leyendo las situaciones en ataque. Bien secundados por Lamont Mack, Andjusic y Héctor Manzano, los de Pucela lograron ponerse a 8 puntos (34-26).

El Obradoiro ya no veía el acceso a la canasta morada con tanta facilidad en posiciones interiores. La zona de los morados se les estaba atragantando. Por ello, Moncho Fernández ordenó a sus hombres circular el balón por fuera y buscar a sus tiradores. Los disciplinados pupilos del técnico gallego cumplieron a la perfección su mandato y Corbacho, Xanthopoulos y Peterson fueron los brazos ejecutores antes del descanso (45-38). Pero CB Valladolid ya estaba dentro del partido e iba a ser muy difícil sacarlo.

El conjunto de Ricard Casas siguió su escalada lenta pero segura tanto en el electrónico como en dinámica de juego en el tercer cuarto. Subió un par de peldaños su actitud defensiva, entorpeciendo mucho los ataques de Obradoiro, mientras que en ataque aprovechó la versatilidad y movilidad de sus pívots, Haritopoulos y Omari Johnson. Una canasta del jamaicano puso a dos a los vallisoletanos (48-46), cuando aún no se había llegado al ecuador del tercer período.

Desde ese momento hasta el final del penúltimo acto el CB Valladolid tuvo varias opciones para dar la vuelta definitivamente al marcador y culminar su remontada, pero no lo logró por pequeños detalles. Los mismos que a la postres resultarían definitivos en el devenir del choque. El Obra se encomendó nuevamente a su poderoso juego interior. Mario Delas y Richi Guillén mantuvieron a los gallegos en esos compases delicados del choque y neutralizaron el atrevimiento de los morados, que se fue progresivamente cargando de faltas. A falta de 10 minutos para el final del choque, los locales seguían mandando, aunque sólo por 3 (61-58).

El Obra sube su intensidad defensiva

La circunstancia de la acumulación de personales en el bando morado provocó que Héctor Manzano, que había cuajado una buena actuación en su segundo partido con la camiseta del Pucela, cayera eliminado al poco de comenzar el último acto. El Obradoiro aumentó su nivel defensivo y trabó el ataque de los morados, que cayeron por momentos en los mismos males que el encuentro de la jornada anterior ante UCAM Murcia. Bajo el otro tablero, Delas seguía imparable.

Sin embargo, la casta de Drenovac, que consiguió varias canastas tras acciones muy peleadas, impidió que el Rio Natura Monbus se escapara. El CB Valladolid hacía la goma, situado entre 3 y 5 puntos de ventaja durante varios minutos. Ricard Casas tomó la decisión, como en casi todos los encuentros, de apostar por el potencial ofensivo en detrimento de la intensidad defensiva, dejando en el banquillo a Iván Martínez.

Al principio no funcionó la estrategia, porque Andjusic no parecía tener un día especialmente inspirado. Un triple de Rafa Luz puso al Obradoiro con la máxima ventaja de la que había gozado desde el segundo cuarto (76-69) y complicaba sobremanera el partido a los pucelanos. Sin embargo, emergió precisamente la figura del anárquico escolta serbio de los morados, que convirtió cinco puntos seguidos, tres de ellos desde su casa en la ciudad del Pisuerga tras un tiro mal seleccionado pero que su gran muñeca transformó en canasta (78-74). El CB Valladolid volvía a estar metido de lleno en el encuentro.

Los detalles dan la victoria a Obradoiro

Incluso tuvo un ataque para ponerse a uno o igualar, pero Omari Johnson cometió pasos y en la jugada siguiente un Corbacho casi inédito en el día de hoy castigó con un triple. 81-75 y tan sólo dos minutos por disputarse. Pero el cuadro castellano estaba empeñado en que el final sería de infarto. Lamont Mack y otra vez Andjusic anotaron sendos triples que empataron el partido.

Moncho Fernández sorprendentemente decidió no solicitar tiempo muerto y volvió a confiar en el poderío bajo los aros de Mario Delas, que fue objeto de falta. Tan sólo anotó uno de los dos tiros libres y en el siguiente ataque morado, Armon Johnson, que había tomado el relevo de Pepe Pozas tras la eliminación del malagueño, realizó una penetración que acabó con canasta de Omari Johnson. Por fin, a falta de menos de un minuto, el CB Valladolid había dado la vuelta al choque.

Sin embargo, poco les duró la ventaja a los vallisoletanos, porque en el siguiente ataque Pavel Pumprla, que no había aparecido prácticamente desde el primer cuarto, anotó una bandeja atravesando como Pedro por su casa la zona de los vallisoletanos, que propusieron una defensa muy endeble para ser la más importante del partido. No obstante, les quedaban aún 12 segundos a los de Casas para ganar el partido. Armon Johnson sacó el balón fuera y Mack falló el triple.

Finalmente, el luminoso del Fontes Do Sar lucía el resultado de 84-83. Victoria de Obradoiro, que rompe su nefasta racha de 6 derrotas consecutivas y aleja casi definitivamente el descenso. Todo lo contrario que el CB Valladolid, que confirma que es matemáticamente equipo de LEB Oro y que, salvo milagro, será colista, de modo que su única esperanza de mantenerse en ACB es que el River Andorra no formalice su ascenso conseguido en la pista. Aunque esperado desde hace semanas, un día negro para el baloncesto en Valladolid.