La historia de siempre

El líder de la Liga Endesa suma su octavo triunfo en ocho jornadas.

La historia de siempre
Foto: ACB.
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Por Eugenio Fernández

Una década. Ese es el tiempo que ha pasado ya desde que el Baloncesto Sevilla doblegara por última vez al Real Madrid en temporada regular. Parece tener el equipo sevillano una extraña habilidad para competir especialmente motivado ante los merengues, año tras año, y aún así morder el polvo en cada duelo.

Es lo que suele ocurrir cuando se miden en la arena una máquina perfectamente engrasada y un prototipo inestable. En el deporte, las buenas intenciones y la voluntad pueden ayudar a igualar las fuerzas, pero rara vez sirven para salir victorioso ante hombres como los del conjunto capitalino.

Con esa intensidad tan necesaria para los humildes aguantaron los hispalenses casi todo el encuentro y, aún yendo siempre a remolque, por momentos la parroquia congregada en San Pablo renovaba su fe en la ansiada proeza.

Hernangómez, la fulgurante promesa que va quemando etapas hasta convertirse en realidad, comenzó decidido a demostrar ante el equipo que le tiene cedido en Sevilla de qué material está hecho. Pese a ello, poco duró la ventaja de los pupilos de Audie Norris, que tuvieron que verse por debajo en el luminoso el resto del partido, con el desgaste físico y mental que ello provoca.

Mientras ambos equipos se batían el cobre, un pívot de 34 años iba a lo suyo. Reyes flotaba por el parqué como si fuera consciente de que hoy era uno de esos días en los que el mismísimo Sabonis hubiera sido incapaz de frenarle. En esas, el cordobés se atrevía incluso desde la línea de 6,75 y lograba una anotación de 18 puntos que, refrendada por el gran apoyo de otros hombres como Carroll y Sergio Rodríguez, sería crucial a la postre.

Entretanto, en el bando local se fraguaba una esperanzadora actuación global, cuyo máximo estandarte fue el alero Byars, teniendo como escudero a Álex Urtasun, quien sigue demostrando jornada a jornada que está muy lejos de ser el hermano pobre. Si acaso, hay que recalcar el sabor amargo que dejó el partido de Porzingis, pues el pívot letón posee cualidades de sobra para firmar una mañana mucho más productiva que la de este domingo.

Así, entre los voluntariosos arreones de unos y los destellos brillantes de otros, se avanzó por la inhóspita travesía hasta el destino final, que una vez más aguardaba un botín para el Madrid y un naufragio para el CB Sevilla.

El equipo blanco aglomera en sus trincheras un arsenal de estrellas tan devastador que le vuelve a situar esta temporada como claro favorito a ganarlo todo. Si a ello le sumamos la aportación, como hoy, de esa suerte de Cid Campeador que es el inmortal Felipe Reyes, derrotar al cuadro de Pablo Laso se antoja un obstáculo prácticamente insalvable.