El doble milagro de San Isidro

Estudiantes tumba al Barcelona y Gipuzkoa gana en Manresa. Dos factores que prolongan la estancia del Movistar Estudiantes en la ACB hasta la última jornada.

El doble milagro de San Isidro
Fotografía: ACB
victorplaza
Por Víctor Plaza

15 de mayo, fiesta en Madrid. Es San Isidro, patrón de la ciudad. Su códice del siglo XVI menciona cinco milagros: el del Molino, el de los Bueyes, el del Lobo, el de la Olla y el de la Cofradía. Hoy, en 2016, podemos sumarle dos más: el Demente y el Gipuzkoano.

Había terminando el partido del BarclayCard Center y, entre aplusos, jugadores se retiraban y público abandonaba sus asientos sin saber aún si el Estudiantes descendería de manera matemática. La ACB, el por qué es un misterio, había decidido que le Manresa-Gipuzkoa empezará media hora después que el Estu-Barça. Así, los colegiales se enteraron del resultado en el vestuario y en el metro. De locura.

No le quedaba otra a los del Ramiro que ganar al Barcelona para aspirar a la salvación. No importaban otro partido, al menos al principio, que el propio. 

Por ello, los de Valdeolmillos salieron confiados, ante un Barcelona más dormido de lo habitual. Un buen Bircevic colocaba las primeras diferencias, aunque Doellman contestaba en el cuadro azulgrana.

La igualdad fue una constante. El entrenador granadino mostró una pequenísima rotación, con cuatro jugadores por encima de los 30 minutos: Jaime Fernández, Nacho Martín, Laprovittola y Juancho Hernangómez. Bircevic sumo 27. Prácticamente un quinteto que llevó todo el peso del partido ante el líder. Más mérito en la victoria colegial.

Laprovittola recuperó el nivel: fue el mejor 'estudiante' con 17 puntos y 22 de valoración

Tras el primer cuarto (17-17), Estudiantes pareció distanciarse de la mano de Nacho Martín, pero el Barcelona, sin realizar un gran baloncesto, vivía de Doellman, que se fue al descanso con 14 puntazos. 36-33 y a vestuarios. Mientras, Manresa ya destacaba ante el Gipuzkoa.

En la reanudación, Satoransky hacía acto de aparición para contener las intentonas locales. El base anotó 8 de los 15 puntos del Barcelona Lassa en el tercer acto. La ventaja física con Salgado, Fernández o Laprovittola era evidente y surtía efecto. No así, sorpresa, el juego interior, con Tomic desacertado y apenas participativo. Estudiantes cercó su pintura antes del tramo final (51-50).

Fue un último cuarto de transistores y miradas al móvil. Movistar Estudiantes se erigió definitivamente como controlador del encuentro, y dejó al Barcelona a remolque. Cerca, pero a la vista. Sin peligro, los de Valdeolmillos mantuvieron la calma y el tempo del partido, a pesar de lo mucho que había en juego.

Quizá ayudaba que Manresa dominaba por catorce puntos a Gipuzkoa. No deja de ser paradójico que Estudiantes jugará sin presión conociendo el resultado del rival. La afición, o buena parte de ella, entendió la actitud. Y rabió y aplaudió como si nada estuviera pasando en Cataluña.

Numerazos de Doellman: 19 puntos y 27 de valoración

En cuanto a la cancha, Estudiantes atacaba con inteligencia. Un motivado Juancho Hernangomez ponía la máxima (68-57, min 38) tras un parcial de 12-2. Al Barcelona le costaba responder, hasta que Abrines encendió la mecha desde el exterior. Los de Xavi Pascual se acercaban peligrosamente, mientras Gipuzkoa hacía lo propio en Manresa. Todo podía dar la vuelta en cuestión de segundos.

En una de las últimas posesiones, Laprovittola encontró a Juancho cuando se acababa la posesión. El mate del mediano de los Hernangómez sentenció al Barcelona. Bocina final en el Palacio y ovación de la grada. En esos momentos, ésa era la última vez del Estudiantes en la ACB.

Lo demás es historia. Gipuzkoa remontó en Manresa, con polémica incluida. Valdeolmillos esperó hasta para salir a la rueda de prensa. Después pidió precaución, tranquilidad. Nada había ganado su equipo.

Cuenta final

No le falta razón. El Estudiantes sigue sin depender de si mismo, aunque ahora ve multiplicadas sus opciones de salvación. Debe ganar en San Sebastián y esperar el pinchazo del Manresa en Vitoria. Un RETAbet.es Gipuzkoa Basket animado y con ganas de ofrecer a su afición una victoria en su último partido en ACB; un Laboral Kutxa Baskonia cansado (después de la Final Four de Berlín juega contra el Real Madrid el miércoles en el Palacio) pero en su fortín difícil de superar. Una combinación, por tanto, nada descabellada. San Isidro ha hecho posible que el Estudiantes agote sus vidas una semana más. Después se impondrá la realidad.