Aprobar en junio sin haber estudiado durante el curso es un milagro. Ya ocurrió en el primer examen, ante el Barcelona, pero no se completó ante el Gipuzkoa. Estudiantes, capaz de lo mejor y lo peor en menos de una semana, consuma su descenso a la categoría de plata del baloncesto español.

Queda saber si finalmente jugará en LEB o se salvará una vez más si ninguno de los ascendidos consigue reunir el dinero necesario. Ourense ya tiene plaza asegurada tras su pacto con la ACB del año pasado, y todo parece indicar que el Melilla, en caso de ascenso (1-0 en la serie con el Huesca ahora mismo) no tendrá problemas económicos para jugar con los mejores.

Aunque ahora, todas esas hipótesis poco importan. Movistar Estudiantes ha ocupado plaza de descenso en 28 de las 34 jornadas ligueras. La realidad se impuso a la ficción, a pesar de que dos minutos antes del final el Estudiantes estaba salvado.

Cronología del desastre

En el minuto 38 del partido, los colegiales vencían por diez puntos tras una canasta de Salgado (63-73). En el mismo momento, en Vitoria, un triple de Adams alejaba al Baskonia y complicaba la permanencia al Manresa (78-72). Los dementes, más de 500 desplazados, lo celebraban en las grandes de Illumbe. El Estu vivía y jugaba sus mejores minutos del partido. A partir de un triple de Grimau, todo cambió...

Cero puntos de Estudiantes en los últimos dos minutos: 15-0 de parcial

Ese, más una canasta de Agbelese y otra de Landry, colocaban el 70-73 a poco más de un minuto. Las piernas colegiales temblaban y los brazos no respondían. La presión fue máxima, como nunca antes en los más de 60 años del club de Serrano. Las responsabilidades y los balones calientes: para los capitanes. Pero Salgado y Jaime Fernández erraron sus lanzamientos.

A pesar de contar con una posesión a favor, las sensaciones eran malísimas. Los aficionados, con las manos en la cabeza. Varios jugadores en el banquillo no querían ni mirar. Juancho lo hizo dos veces al aro en el último ataque útil. Dos triples que no entraron. Tampoco fue esa la mejor opción ofensiva. Rebote para Landry y tiros libres.

Un tremendo mate de Zoran Vrkic y otro 2+1 con su firma significaron al defunción estudiantil. Ambas acciones logradas con ventaja sobre los hombres pequeños de Estudiantes. Valdeolmillos jugó el minuto clave con tres bases: Salgado, Fernández y Laprovittola. Una decisión lógica para el ataque, pero muy peligrosa para defender al poste. Un circunstancia más que condenó al equipo. 

Calco de la temporada: falta de ideas en ataque en momentos clave, triples fallados...

Para colmo, Landry cogió el rebote de su segundo tiro libre. Esa captura fue la última que sufrió el Estudiantes en ACB. El 'shock' era tremendo. Más palos: Manresa había perdido en Vitoria (83-80). Había sido el propio Estudiantes el que se ganaba el descenso. Por dos minutos horribles, los más crueles de su historia. 

Movistar Estudiantes evidenció errores que había padecido durante todo el curso. Como el alumno que no mejora. Sin ideas ofensivas cuando al defensa rival es intensa, sobre todo en los últimos minutos; penoso porcentaje en triples (26%), confirmando las estadísticas que encumbran al Estu como el peor equipo de la Liga Endesa en ese apartado (31% de acierto). Aún así, los colegiales eligieron el 6,75 para jugarse la temporada.

No había consuelo posible. Caras largas, cabezas gachas, lágrimas y gritos sordos en el vestuario. También en las gradas de San Sebastián, y en miles de casas en Madrid. Aún todos buscan explicaciones a lo ocurrido. Quizá no haga falta darle muchas vueltas: es baloncesto y, sobre todo, es el Estudiantes.