FC Barcelona y CSKA se medían en el Palau Blaugrana en un duelo entre dos históricos que no atraviesan por un buen momento de forma. Los azulgranas, muy discutidos por la pobre imagen ofrecida hasta la fecha y el CSKA, que venía de cosechar la derrota más dura de su historia en Europa (-27). El partido, como no podía ser de otra forma, tuvo de todo, nervios, tensión, polémica y buen baloncesto.
CSKA juega con los nervios locales
Urgencia de victoria para ambos equipos, que venían de caer derrotados en la última jornada y que buscaban acallar las críticas y reducir las dudas de este arranque de competición. El comienzo del choque fue una muestra de la necesidad de victoria de ambos equipos y los primeros compases estuvieron marcados por los nervios y, sobre todo, por los errores en lanzamientos fáciles.
Los primeros veinte minutos de partido tuvo un dominio ruso bastante claro. Los de Moscú fueron siempre por delante en el marcador y se apoyaron fácilmente en el juego interior, con Kaun (8) y Micov (10) liderando el ataque moscovita. Teodosic, que fue defendido con acierto por Abrines, movía a su antojo a la defensa azulgrana y al descanso se fue con la friolera de 6 asistencias. La defensa azulgrana demostró que no es la de antaño, concediendo muchas oportunidades en segunda opción y siendo frágiles bajo ambos aros.
Con 35-40 se fueron al descanso. Tomic, que estuvo notable en ataque y nefasto en defensa, y Huertas mantuvieron el ataque azulgrana en todo momento ya que Navarro apenas lanzó dos tiros en todo el primer tiempo.
Los triples rompen el choque
Todo parecía llevarnos a un partido de pocos puntos, sobre todo por la dinámica de tiro de los azulgranas que se enfilaban a los 70 puntos al final del choque. Sin embargo, el tercer cuarto en el ámbito culé fue excelente, soberbio. El equipo de Xavi Pascual recordó al de antaño mediante la defensa, transición y tiro exterior. Triple tras triple, el equipo catalán se fue en el marcador hasta un +10 (52-42). Navarro, que había anotado apenas tres puntos en la primera mitad se enfiló hasta los 16 al término del tercer periodo y sólo en el último minuto, tras una antideportiva de Lampe, los rusos pudieron anotar en dos ocasiones consecutivas.
Los últimos diez minutos fueron y querer y no poder por parte del equipo moscovita. Cualquier atisbo de remontadaera contrarrestado por un Barcelona pletórico, como aquel imparable que conquistó París. Marcelinho, Navarro y Tomic se valieron para dar algo más que una simple victoria, algo más que un triunfo ante un CSKA. La victora del Barcelona frente al club de Messina fue una muestra de que el Barcelona nunca se fue y que puede ser de nuevo favorito para levantar la Euroliga.