La máxima competición europea ofrece, por enésima vez, la cara y la cruz de lo que el baloncesto es capaz. En el FC Barcelona-Panathinaikos se enfrentarán, cara a cara, dos equipos con dos dinámicas bien diferentes. Si el conjunto entrenado por Xavi Pascual bordaba la primera fase, sumando un balance casi perfecto, de 9-1, y entraba al Top-16 por la puerta grande, los griegos se clasificaban como terceros, con un igualado 5-5, y es ahora el conjunto heleno el que llega en mejor posición que el Barça.
El primer partido de esta fase para el FC Barcelona fue de todo menos un buen estreno: el Alba de Berlín, que supo imponer su ritmo, alto, y su estilo de juego, más físico y atlético que el de los catalanes, dio la sorpresa ganando a los catalanes, uno de los favoritos en el camino a la Final Four de Madrid.
Ante Tomic y Marcelinho Huertas, los jugadores que, en principio, deberían tomar las responsabilidades del Barça, no están respondiendo de igual manera
El FC Barcelona se encuentra en uno de los momentos más críticos en lo que va de temporada. Hasta ahora no había encadenado tres derrotas seguidas (Rio Natura Monbus, Alba de Berlín y Bilbao Basket), y aun con las bajas de Álex Abrines, Brad Oleson y Juan Carlos Navarro, la falta de un líder en la pista y los errores ofensivos están haciendo que la clasificación para la Copa del Rey y el inicio del Top-16 se compliquen más de lo deseado. A día de hoy, el Barça es quinto, con un balance de 10-5, y Valencia Basket y CAI Zaragoza, a un triunfo de los catalanes, le pisan los talones en las últimas posiciones de playoff.
En cuanto a la competición europea, los números de los de Xavi Pascual siguen siendo mejores que los que registran en Liga Endesa, pero el partido ante el equipo alemán dejó ver errores de fondo.
El papel de Ante Tomic está siendo, en los últimos encuentros, testimonial. Tan sólo ocho puntos fueron la aportación del croata en Alemania, con un pobre 3/10 en los tiros de dos, y un 2/5 en los tiros libres, el caballo de batalla para el interior azulgrana. De hecho, en los tres últimos encuentros, Tomic ha sumado menos de diez puntos, quedándose en tan sólo un punto ante Rio Natura Monbus, datos que no ayudan, en absoluto, a encauzar la situación del equipo.
Precedentes
Este viernes será la tercera vez que FC Barcelona y Panathinaikos se vean las caras en lo que va de temporada. El primer partido, que se resolvió con triunfo catalán, dejó ver a un Barça muy serio y efectivo en los lanzamientos de dos puntos. Ante Tomic y Maciej Lampe brillaron en este primer asalto, haciendo frente a la potencia que Esteban Batista aportó a su equipo desde la pintura. En el partido de vuelta, en Atenas, los de Dusko Ivanovic echaron en falta la presencia de Batista, que tan sólo sumó tres puntos, pero fue Antonis Fotsis el que, a base de veteranía y un muy buen porcentaje en sus definiciones (acabó con 14 puntos y 4/5 en tiros de dos y 2/2 en triples) el que cogió las riendas del equipo. Además, el referente en Panathinaikos, Dimitris Diamantidis, se perdió el segundo encuentro, algo que los griegos acusaron en exceso y acabaron cediendo ante el FC Barcelona.
Batista y Slaughter, líderes para Ivanovic
AJ Slaughter ha sido, en la primera fase, una de las piezas clave en Panathinaikos. Sus 13 puntos, con un acierto del 40% desde la línea de 6’75 hacen del norteamericano un jugador exterior temer por Xavi Pascual. Batista, duro en la zona, está haciendo de su juego cerca del aro una de las mejores bazas para los griegos. Con 10 puntos y 5 rebotes de promedio, será la bestia negra para los jugadores interiores del Barça.
Al FC Barcelona, pues, no le queda otra que recuperar el baloncesto que ofreció en la fase de grupos e intentar sumar una victoria lo más temprano posible. El escenario, con los precedentes y la responsabilidad que conllevan este encuentro, es el ideal para reencontrarse con su mejor versión, en un Palau Blaugrana que recibirá a los suyos con ganas de triunfo. Panathinaikos, llamado a ser uno de los cuatro clasificados para jugar el playoff previo a la Final Four, no cederá ninguna licencia a los catalanes, que quieren estrenar su casillero de victorias.