El día llegó. El día de demostrar que el FC Barcelona quiere enmendar el episodio de la pasa temporada en Milán. El día en el que el Barça ponga rumbo hacia una final Four que tiene a tiro de piedra. El día de dar un golpe encima de la mesa y de deshacerse, de una vez por todas, de las dudas y ataduras que impiden ver a un equipo cómodo y alegre en la pista.
El camino del FC Barcelona en la competición europea reina está siendo, hasta el momento, una de las mejores actuaciones de los equipos participantes: con tan sólo una derrota en la fase regular, en el Palau y ante Fenerbahçe, y 8 victorias de 11 posibles en el Top 16, los de Xavi Pascual se ganaban a pulso la segunda plaza y el campo a favor en caso de quinto partido en esta serie.
El Madrid, la bestia negra
Pero en todo camino siempre hay piedras que lo hacen menos llevadero, y el Real Madrid supone este obstáculo para la plantilla catalana. El último tropiezo continental del FC Barcelona tenía lugar en la capital española, dónde el Barça caía a manos de un conjunto blanco que jugaba con el equipo catalán a placer. Mario Hezonja, el único en salvarse de la quema, tiraba de carácter para intentar dirigir a un Barça que había claudicado muy temprano, y la derrota se consumaba sin que el joven croata pudiera maquillar el resultado final, que era de 97 a 73.
Tras la caída en Madrid, llegarían tres partidos más contra el eterno rival. Y el Barça, que parecía haberse encariñado con la piedra, volvía a ceder ante los de Pablo Laso: la final de la Copa del Rey y el partido de vuelta de la Liga Endesa acababan con victoria blanca, mientras que el segundo encuentro que enfrentaba a catalanes y merengues en el Palau Blaugrana se saldaba con triunfo local, para mantener un casi inmaculado expediente en Europa. El FC Barcelona cerraba el Top 16 en Turquía, ante un Galatasaray incapaz de presentar resistencia en casa y que ya se había despedido de la Euroleague muchas semanas atrás.
Ahora, es Olympiacos el que llega a la ciudad condal. El equipo griego, que se clasificaba en tercer puesto del grupo F, cosecha un balance de 10-4 y ha protagonizado un Top 16 con resultados ajustados. Excepto el holgado triunfo ante Emporio Armani Milán, ante el que ganaba por 23 puntos, los demás partidos los ha resuelto con finales apretados, en los que la máxima ventaja ha sido de 12 puntos.
Mal equipo a domicilio
En su papel como visitante, Olympiacos se muestra más débil que en el Pireo. De hecho, de las seis derrotas que ha sumado desde el inicio de la competición, cinco han sido lejos de Atenas, con el Buesa Arena como pista prohibida para los griegos (ha caído en sus dos visitas a Vitoria).
En cuanto a la plantilla, Giannis Sfairopoulos ha conseguido confeccionar un grupo que reúne, por encima de todo, galones en lo que a fases finales se refiere. Empezando por el eterno Vassilis Spanoulis, pasando por Bryant Dunston y acabando con Ioannis Papapetrou y Giorgios Printezis, Olympiacos se enfrenta al FC Barcelona con armas que van más allá del baloncesto, y aboga por la experiencia de sus componentes como principal argumento.
Bajas de ambos colores
Olympiacos, que aterriza en Barcelona con la duda de Spanoulis, deberá buscar en otros jugadores la manera para llevarse el primer asalto de la serie. El “7” de los helenos, que lleva un mes apartado de las convocatorias, ha estado entrenando y es posible que dispute sus primeros minutos en Barcelona tras la lesión de rodilla. La presencia de Spanoulis ha sido clave para el equipo, y es que el conjunto de El Pireo ha perdido dos de los cuatro partidos que el capitán se ha perdido. Por otro lado, el interior Othello Hunter, que sufre una lesión en la cadera, está prácticamente descartado para este miércoles.
Para el FC Barcelona, Justin Doellman sigue siendo una incógnita para Xavi Pascual, quién, casi a ciencia cierta, no podrá contar con el norteamericano para esta semana. Juan Carlos Navarro, por otro lado, volvió a la competición ante el Real Madrid tras estar ausente en Turquía, por problemas musculares.
Ofensivamente, el FC Barcelona llega a esta serie con una media de 83 puntos por partido, una marca que sólo superan CSKA de Moscú y Real Madrid, con 87 puntos cada uno. Olympiacos, por su parte, promedia 75 puntos cada partido, y se queda algo atrás si los catalanes propusieran un intercambio de puntos. Pero es en el rebote dónde Barça se encuentra con una verdadera piedra de toque con Olympiacos: los griegos capturan un rebote menos que los azulgrana, y con piezas importantes en la pintura, como Dunston y Brent Petway, para contrarrestar la fiabilidad de Ante Tomic bajo los aros.
En un partido inédito en lo que va de temporada, catalanes y griegos se la juegan en una serie que promete igualdad e intensidad a partes iguales. El FC Barcelona, que cuenta con el factor cancha a favor, puede viajar a tierras helenas con medio pie en la Final Four de Madrid, si usa bien los factores que le son favorables. Olympiacos buscará romper la imbatibilidad del Palau Blaugrana (en competición europea tan sólo Fenerbahçe ha conseguido ganar como visitante) y hacer el viaje de regreso a Grecia con, al menos, una de las posibles victorias bajo el brazo. Spanoulis y Navarro, duelo de legendarios en el continente, rompen el hielo en Barcelona.