La hora de la verdad está llegando en el Top 16. Tras vencer al CSKA y recuperar el liderato del Grupo F, el Madrid visitaba la siempre difícil cancha del Maccabi (tercer clasificado). Duelo clásico por antonomasia, de hecho el más repetido en esta competición, con los blancos buscando una victoria que les permitiría conseguir la ventaja de campo en el cruce de playoff. Con esas premisas comenzó un duelo donde los macabeos volcaron el juego interior en el volumétrico Schortsanitis, que siempre se hace hueco gracias a los kilos, pero suele pecar de lentitud. Inicio de anotación muy baja y gran cantidad de errores en los tiros a canasta. El Madrid subsistía gracias a los tiros exteriores, mientras que los israelíes tiraban de sus norteamericanos Tyus y Hickman.

Gracias a un misil de Mirotic desde la frontal, los blancos daban el primer arreón en el marcador, por lo que el picasiano David Blatt pidió un inmediato tiempo muerto. El técnico macabeo reaccionó poniendo en pista a Joe Ingles, un viejo enemigo de los merengues que suele salir caliente en estos partidos. Big Sofo seguía haciendo su guerra particular en la pintura, pero el Madrid le hacía continuas defensas dobles, por lo que el gigante heleno se mostraba ciego de cara al aro. Laso también comenzaba a mover sus piezas y tanto Mejri como Sergio Rodríguez entraban en pista. Precisamente el tunecino conectó puntos preciosos en la zona y el Madrid terminó dominando el errático primer parcial 15-20.

Pulso de gigantes

El segundo cuarto amanecía con Rudy marchando al banquillo tras sufrir un fuerte golpe en el muslo. Mientras los fisios le revisaban en la banda el Chacho tomaba los mandos y enchufaba un magnífico triple desde el perímetro. El acierto merengue en los tiros exteriores estaba marcando la diferencia, mientras que los macabeos se mostraban ciegos en esta faceta (0/7 en triples). El partido se estaba volviendo muy físico, con jugadas calientes, como la doble técnica pitada a Reyes y David Blu. El experimentado árbitro Luigi Lamónica intentó frenarlo a base mano dura, por lo que el ritmo del partido se frenó mucho, llegando los dos conjuntos al bonus de personales cuando restaba un mundo para el descanso.

En esa telaraña de faltas y golpes se movía mejor el Maccabi, con un Alex Tyus muy poderoso en lo físico, y que se estaba dando un festín de mates y alley-hoop. Rudy volvía a pista descartando cualquier lesión de gravedad, mientras que el Chacho y Mirotic mantenían el ritmo anotador del Madrid. El partido se mantenía en una tensa igualdad, pero el Madrid estaba pecando de indolente en las marcas defensivas, por lo que los israelíes culminaban muchas jugadas con un hombre libre o canastas fáciles bajo el aro. El carrusel de tiros libres hizo que el cuarto fuera eterno, aunque muy intenso. El Madrid no se estaba tirando castañas, pero muchos de sus tiros se salían, por lo que los macabeos se marcharon a vestuarios con una ligera ventaja 43-40.

Madrid domina, Maccabi resiste

Reanudación del partido guiado por la misma tónica de la primera mitad: ritmo muy bajo en la anotación, muchos errores en las transiciones y una cantidad ingente de personales. Era evidente que el Madrid no se encontraba cómodo en la pista, sin capacidad para correr o poder mover el balón con celeridad. Los minutos seguían transcurriendo y el marcador parecía más un reloj de arena que uno electrónico. Orgía de tiempos de muertos, donde ambos entrenadores buscaban soluciones para poder romper el partido, aunque los macabeos parecían netamente más satisfechos con esta situación de atasco.

El gran tapón de Ricky Hickman a Llull enardeció al numeroso público que abarrotaba el Nokia Arena, demostrando que el factor cancha tiene gran valor en la competición europea. En un duelo de tanta intensidad y marcas pegajosas destacaron los minutos de Ioannis Bourousis, un veterano rocoso que nunca baja la cara cuando hay batalla. Gracias a sus puntos en la pintura el Madrid consiguió una ventaja de +6, por lo que Blatt convocaba preocupado a los suyos. Magnífico parcial de los blancos (5-17) que estaban rompiendo el partido hasta que Devin Smith respondió con un triple forzado. Final del cuarto con 57-62 y emoción a raudales.

Agónica victoria

Con los dos equipos bailando un chotis en el marcador se disputaron los minutos finales. La mala noticia para los blancos es que las canastas de media y larga distancia no estaban entrando, ello sumado a que la potencia física del Maccabi estaba dominando los rebotes les dejaba sin segundas oportunidades. La deriva negativa vino a romperla un brillante Mirotic que volvía a ver aro. Todo seguía en un pañuelo.

Por lo hebreos estaba erupcionando Devin Smith, que ya superaba de manera sobrada los veinte puntos. El factor de las personales era otro intangible a tener muy en cuenta. Cada jugada era sufrida e intensa, costaba sangre meter canasta. Y cuando apenas restaban cuarenta segundos aparecía el genio del Chacho que se llevó a dos hombres de la defensa para asistir a Bourousis. Enorme y sufrida victoria del Madrid 76-77 en Tel Aviv, que literalmente dependió de un tiro libre fallado por el rival. Los blancos alcanzan el 10-2 en el Grupo F y se aseguran la ventaja de campo en los playoff.

Protagonistas

Literalmente monstruoso el partido de Sergio Rodríguez (21 puntos, 5 asistencias, 11/11 en tiros libres, 6 faltas recibidas, 30 de valoración). El Chacho volvió locos a todos sus defensores, supo leer a la perfección la defensa rocosa de los hebreos y percutió con entradas a canasta que culminó con quirúrgicos tiros desde la línea. Una vez más el de La Laguna ha demostrado que su nivel de calidad, manejo de balón y muñeca caliente no tiene rival entre los playmakers del Viejo Continente.

El otro hombre del partido fue Ioannis Bourousis (14 puntos, 10 rebotes, 2 tapones, 5 faltas recibidas, 26 de valoración). El gigante heleno se vino arriba ante un rival tan físico y un público beligerante. Veterano de mil batallas gusta del calor en la contienda, y se marcó un partido excelso en el balance ataque-defensa. Sin duda un refuerzo superlativo para estatemporada. Para cerrar, una mención a la actuación de Nikola Mirotic (17 puntos, 4 rebotes, 2 asistencias), otro de los que tiró del carro cuando los tiros no estaban entrando y se partió la cara con las moles del Maccabi. Bravo una vez más el hispano-montenegrino en tareas de calidad e intendencia.

Por el competitivo Maccabi destacar en primer plano el partidazo de su tridente de norteamericanos. Devin Smith (23 puntos, 4 rebotes, 4/8 entroples, 23 de valoración), Alex Tyus (18 puntos, 11 rebotes, 9/9 en tiros de dos, 26 de valoración) y Ricky Hickman (17 puntos), estuvieron a un alto nivel, demostrando que se entienden a la perfección entre ellos y tirando mucho de físico. Sin embargo, el resto de la plantilla hebrea actuaron más de palmeros que de compañeros.