Nuevo duelo europeo entre un Madrid con las bajas de Rudy (aún recuperándose de la mano) y Campazzo (con un fuerte esguince de tobillo) que se enfrentaba a los rusos del Kazán, segundos por la cola del grupo y con necesidad acuciante de victorias. Con esas premisas, comenzó un duelo desatado en la anotación, donde los ataques estaban dominando claramente a las desajustadas defensas. Los rusos volcaron mucho juego interior al exmadridista D'Or Ficher, que se colgó del aro blanco en reiteradas ocasiones. Con su salida en tromba, los del Kazán impusieron un contundente parcial de 7-15 ante el silencio del Palacio. Inmediato tiempo muerto de Laso.
El Madrid seguía clavado en el marcador, diseñando jugadas muy precipitadas y sin marchar al rebote con fe. Mientras, el Unics seguía masacrando gracias al propio Fischer y el cañonero Keith Lagford. Las primeras rotaciones salieron a pista intentando cambiar la deriva negativa. Reyes y Maciulis, para reforzar la endeble defensa, y K.C. Rivers, para enchufar desde el perímetro. La respuesta fue efectiva y tras parcial de 5-0 ahora era Pashutin el que pedía tiempo. Gracias a la extraordinaria asistencia no-looking pass de Sergio Rodríguez a Maciulis, el primer parcial culminó 22-23. Los blancos se habían repuesto de la empanada inicial.
Dura contienda
Según avanzaba el segundo parcial, los blancos se pusieron por vez primera por delante en el encuentro. Las jugadas eran más coordinadas y con mejor resolución. Los de Laso volcaron el juego en el pick&roll culminado por sus torres Reyes y Ayón. También el gigante tunecino Mejri se lucró de la electrocución de los hombres interiores del Kazán, netamente inferiores cuando se quedaban defendiendo en el uno contra uno. La ventaja blanca llegó a +8 tras un parcial fulgurante, pero tampoco rompieron definitivamente el partido. Tras la efervescencia de esos minutos, el duelo volvió a pararse en la anotación.
Factor importante para desequilibrar el enfrentamiento estaban siendo los triples. El Madrid comenzaba a ver aro desde el perímetro mientras que los rusos seguían ciegos en la larga distancia (0/7). Fischer seguía haciendo daño puntualmente, pero en líneas generales, los merengues habían conquistado el tempo. Anotación muy repartida por un Madrid que comenzaba a funcionar en grupo y terminó la primera mitad con una ligera ventaja de 46-42. Partido muy disputado en el que los rusos dieron primero y los blancos respondieron. Todo abierto al descanso.
Sorprendente derrota
El tercer parcial amaneció con un ritmo más lento en las transiciones y deceleración en la anotación. Al Madrid, le sentaron mal los minutos en los vestuarios y volvió a salir frío, lo que aprovecharon los del Kazán para ponerse de nuevo por delante en el electrónico. Ahora, era Curtis Jerrells el que aportaba puntos y se lucraba de las defensas excesivamente indolentes de los merengues. Con esa ligera ventaja de los rusos, transcurrió la mayor parte del cuarto. El Madrid no se encontraba nada cómodo y cometió numerosas pérdidas de balón con frecuentes pasos y pases a la nada. Debacle local, mientras que el Unics ponía el 61-68. Mucho que remar para no caer.
A remolque, tuvo que seguir el Madrid hasta los compases finales del duelo. Las bajas de Rudy y Campazzo habían mermado sensiblemente la rotación merengue, que no encontraba soluciones para hacerse de nuevo con el ritmo del duelo. El Kazán no se complicaba la vida, jugaba a las cuatro esquinas y agotaba posesión hasta que algún hombre sólo tiraba y anotaba con soltura, sobre todo Jerrells y Fischer. Muy mal partido del Madrid en líneas generales, que se vio falto de recursos e intensidad para remontar el duelo. Dolorosa derrota 75-85, la primera en el Palacio esta campaña, que da algo de vida a los rusos y deja a los blancos con 5-2 y mucha batalla por el liderato del Grupo A.
Protagonistas
Espectacular partido por parte de dos hombres del Kazán. El exmadridista D'Or Fischer fue un auténtico ejecutor (25 puntos, 8 rebotes, 5 tapones, 11/17 en tiros de dos, 33 de valoración). Un auténtico titán en la pintura que se mostró acertado de cara al aro al mismo tiempo que se cebó en una de sus facetas favoritas, la de poner pinchos de merluza dignos del mejor chef. Enorme partido también de Curtis Jerrells (23 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias, 5/7 en triples, 31 de valoración), una auténtica metralleta humana que asaeteó a los merengues sin piedad.
Por un Madrid gris, cansado y poco resolutivo nombrar el esfuerzo de Sergio Rodríguez (12 puntos, 5 asistencias), Ayón (10 puntos, 4 rebotes), Nocioni (11 puntos, 3 rebotes) y Llull (8 puntos, 7 asistencias). Los cuatro dieron la cara en distintas fases del duelo, pero no destacaron en ningún momento y terminaron el partido bajando los brazos, entre resignados y fundidos.