La Liga está en su recta final, y los blancos volvían al Palacio buscando llevarse la primera plaza y poder centrarse ya en la tremenda Final Four que se avecina. En frente unos andorranos que han hecho los deberes y ya están fuera del peligro del descenso. Por los de Laso causaban baja Rudy Fernández y Salah Mejri, ambos recuperándose aún de sendos esguinces de tobillo. El duelo amaneció con intercambio de canastas, pero los merengues no tardaron mucho en hacerse con el dominio en el rebote. Esto le permitió segundas oportunidades de tiro, y cuando doblaban balones al exterior allí estaba Sergio Rodríguez con la mira telescópica perfectamente enfocada.

En el ecuador del primer parcial el Madrid ya rompía la barrera psicológica de los diez puntos. El Chacho desde el perímetro y Ayón en la pintura estaban haciendo un auténtico roto a los pupilos de Peñarroya. De hecho, el técnico tuvo que pedir un desesperado tiempo muerto. Pero la máquina de guerra merengue no paraba de funcionar, en defensa se peleaba y robaban balones, y en ataque los porcentajes de tiro eran buenos. Múltiples rotaciones madridistas, sabiendo la importancia de llegar lo más frescos posibles al partido contra el Fenerbahçe, esto hizo que se cortara un tanto su ritmo anotador, lo que aprovecharon a la perfección veteranos como Jordi Trías o Víctor Sada para limar las diferencias. Final del primer cuarto con 24-17.

Resistencia andorrana

Tras varios minutos sin anotar ninguno de los equipos, era el norteamericano Shawn Green el que veía aro desde el perímetro. Respondía su compatriota Jaycee Carroll, que ante la baja de Rudy tenía muchos minutos. El mormón está recuperado plenamente del tobillo y tiene la muñeca caliente. La ventaja local se mantenía en torno a los diez puntos, pero los andorranos no se marchaban del todo del partido, gracias a los puntos del propio Green y el joven David Navarro. A Laso no le gustaron un par de defensas demasiado indolentes de los suyos y pidió tiempo para reestructurar la zona 3-2.

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El Morabanc recuperaba sensaciones y concatenaron una jugada de cinco puntos tras robarle el balón al Madrid según sacaban de banda. Con ello demostraban que su nivel de concentración era máximo. Los azules se acercaban de nuevo y además los blancos llegaban al bonus de personales. Minutos de total electrocución del Madrid, que bajó los brazos en defensa, llegaban muy tarde a sus marcas y se lanzaban pases muy malos en ataque. La terrible empanada fue perfectamente utilizada por el Morabanc para darle vuelta a la tortilla, además el austriaco Schreiner y Green se dieron un auténtico festín desde el 6.75. Parcial insolentemente favorable (14-28) de los visitantes que se iban al descanso con ventaja de +7 (38-45).

Un final de infarto

Según se reanudaba el partido los andorranos metieron otro triple y se ponían diez puntos arriba, la mayor ventaja visitante del encuentro. El público del Palacio miraba de manera atónita como el partido se había torcido sobremanera, mientras los suyos no reaccionaban. Transcurrían los minutos y los merengues seguían en medio de la zozobra, incapaces de reconducir la situación. Reyes y Ayón le pusieron más intensidad en la pintura, por lo que volvían dominar los rebotes, pero no estaba el equipo fino en los tiros de campo. El triple de Rivers daba un plus de fuerza, pero Bogdanovic y el griego Bogris no dejaban de anotar puntos. Llull cogió la moto para lanzarse contra la canasta de manera kamikaze, con ello forzó faltas de tiro. Con el alley-hoop sobre la bocina culminado por Slaughter el cuarto se cerró 61-67.

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El último parcial arrancaba con una desventaja relativamente asequible para los merengues. El Madrid no estaba jugando nada bien, pero al menos aguantaba el marcador, e iba limando en el electrónico a base de latigazos de calidad, como el tremendo triple de Sergio Rodríguez. Precisamente con otro misil desde la larga distancia, esta vez de Maciulis, los merengues se ponían de nuevo por delante después de muchos minutos, pero los pupilos de Peñarroya seguían muy enchufados, moviendo bien el balón y metiendo puntos. Los últimos minutos fueron infartantes. Todo llegaba igualado hasta que Gustavo Ayón metió un palmeo a falta de un segundo. Tras dos rebotes el mexicano le daba el partido al Madrid. Agónica victoria (84-83) que le asegura el primer puesto matemático de la regular a los blancos.

Protagonistas

El mejor del encuentro fue Gustavo Ayón (14 puntos, 9 rebotes, 6/10 en tiros de dos, 21 de valoración). El Titán de Nayarit hizo un trabajo sobrio y saneado en ambas pinturas, y ante todo, suyo fue el palmeo en el último segundo que le dio la victoria al Madrid. No le fue a la zaga un excelso Sergio Rodríguez (18 puntos, 5 asistencias, 5/7 en triples, 22 de valoración). El genio de La Laguna cambió el ritmo del partido en el último cuarto, repartió juego y velocidad al mismo tiempo que sacó su modo francotirador desde el perímetro para freir a los andorranos.

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Por un tremendo Morabanc Andorra, muy concentrado, luchador y competente en todas las marcas destacar al griego Giorgios Bogris (16 puntos, 8/11 en tiros de dos, 4 rebotes, 3 asistencias, 5 faltas recibidas, 21 de valoración), una auténtica roca que tampoco está exento de calidad. Gran encuentro también del cañonero austriaco Schreiner (12 puntos, 4 asistencias, 4/7 en triples) que fue un tormento para los hombres exteriores del Madrid, y del base Stojanovski (10 puntos, 4/4 en tiros libres), irregular pero muy intenso todo el duelo.