El Real Madrid empieza la Euroliga 2015-2016 con el objetivo de revalidar el título conquistado la temporada pasada. Los blancos son los principales favoritos para ganar el título en todas las apuestas y la responsabilidad será enorme debido a los éxitos alcanzados en los últimos meses. La primera piedra en este largo camino será el Khimki de Moscú, un equipo fabricado a golpe de talonario y que se proclamó campeón de la Eurocup la pasada campaña. Un rival muy duro para empezar.

Encontrarse como equipo

El Real Madrid ha encadenado tres derrotas consecutivas en apenas dos semanas de competición. Los de Laso perdieron en la Supercopa frente al Unicaja, contra los Boston Celtics en el amistoso de la gira NBA y por último ante el Valencia Basket en la primera jornada de la Liga Endesa. Se ha hablado mucho del cansancio de la mayoría de los jugadores, que apenas han tenido descanso en todo el verano. Pero al técnico madridista lo que más le preocupa es la falta de cohesión de una plantilla una vez más muy potente pero que aún tiene que convertirse en un auténtico equipo.

A pesar de haber mantenido la columna vertebral, los cambios en el Real Madrid este verano han sido muy numerosos, y eso pasa factura a la hora de confeccionar un conjunto. De ahí que Laso haya insistido en los últimos días en que lo que más le preocupa es "encontrarse como equipo". Por el momento las sensaciones no están siendo buenas, pero en Madrid sigue habiendo total tranquilidad y plenitud de confianza en un equipo que vuelve a ser favorito para proclamarse campeón de Europa.

Un Khimki muy peligroso

El Madrid tendrá que superar un primer obstáculo de suma dificultad, el Khimki de Rimas Kurtinaitis. El técnico lituano dispone de una plantilla muy completa que está llamada a competir contra cualquiera de los favoritos. La gran estrella del conjunto moscovita es el base americano Tyrese Rice, MVP de la última Eurocup conquistada por los rusos y también mejor jugador y verdugo de los blancos con el Maccabi en la Final Four de Milán de hace dos años. Al americano se le caen los puntos de las manos y su velocidad es un dolor de muelas para sus rivales. Un líder que aparece en los momentos más calientes de los partidos y que gana partidos y campeonatos.

Este año estará bien acompañado por el atlético escolta Alexey Shved, que ha regresado de su etapa en la NBA con un contratazo bajo el brazo (mejor pagado de Europa). Junto a ellos completan la rotación exterior el enérgico Zoran Dragic, también recién llegado de la NBA, el estilista finlandés Koponen y el americano Honeycutt. Su poderío exterior asusta a toda Europa, pero por dentro los rusos tampoco van mal.

Varios viejos conocidos de la Liga Endesa monopolizan la pintura del cuadro moscovita: Augustine, Paul Davis y Todorovic. El joven montenegrino llega procedente del Barcelona (cedido en el Bilbao la temporada pasada) y su futuro parece brillante. En Moscú esperan su explosión definitiva. Para completar el juego interior el Khimki cuenta con dos jugadores rusos: el veterano tirador Sergey Monia y el 2,13 Ruslan Pateev.

Jugadores a seguir

Tyrese Rice es la estrella del Khimki y tras conducir a su equipo a conquistar la Eurocup ahora pretende llevarlo lo más lejos posible en la Euroliga. El base puede presumir de haber ganado el MVP de las finales de ambas competiciones. Al Real Madrid le acrivilló en la vibrante final de Milán de hace dos temporadas con 26 puntos y una prórroga para recordar.

Rudy Fernández parece haberse recuperado de la lumbalgia que arrastraba desde el Eurobasket. El mallorquín completó un buen partido contra el Valencia Basket y se espera su mejor versión contra el Khimki ahora que el Madrid no pasa por su mejor momento. Su liderazgo será determinante para que el conjunto blanco recupere la confianza.

Fotos del texto: teinteresa, diario-bernabeu