Gran final de la Copa del Rey entre un Madrid vigente campeón y un Gran Canaria que llegaba por vez primera tan alto. Espectacular el ambiente en un barrotado Coliseum de la Coruña y comienzo de duelo con triple del cañonero Jaycee Carroll. Muy férrea la defensa de los canarios, que estaban cerrando su zona con buenas ayudas. Pese a ello el Madrid tomaba ligera ventaja (4-11) con el magnífico pick&roll interior entre Reyes y Ayón, que se entienden solo con mirarse. De inmediato reaccionaba Aíto moviendo el banquillo y poniendo en juego al pivot Alen Omic (que está siendo el máximo reboteador en la Liga). También cambios en el Madrid con Sergio Rodríguez en pista.
Los blancos fueron los primeros en llegar al bonus de personales, pero seguían haciendo mucho daño a los isleño con los puntos de un afilado Felipe Reyes (que se convertía en el 4º máximo anotador de la historia de la Copa). Ritmo frenético en las transiciones, y el Herbalife que volvía al partido moviendo muy bien el balón a las cuatro esquinas para encontrar el triple lateral de Xavi Rabaseda. Tiempo muerto de Laso. El Chacho comenzaba a mover el juego con maestría, abriendo a la perfección la zona 3-2 del Granca, lo que aprovechaban Maciulis y Ayón. Final del primer cuarto con 18-24.
Se mantiene el pulso
Los dos equipos mostraban lo amplio de sus banquillos, moviendo sin cesar los respectivos rosters. Grandes minutos para el internacional español Pablo Aguilar, que veía aro desde varias posiciones. También juego para el adolescente Luka Doncic, que hace solo tres años estaba en el mismo escenario pero ganando la MiniCopa. A los blancos les estaba costando mucho anotar, y tampoco entraban con convicción a por los rebotes, por lo que los isleños igualaban el duelo. Además, estaban cometiendo excesivas faltas, como la antideportiva que le caía a Nocioni.
El partido iba a tirones, y llegaba una buena racha de los blancos, que cuando se encuentran sueltos y pueden correr la pista son imparables. Parcial de 2-10 para los merengues, con triple incluido del francotirador K.C. Rivers. Tras el eterno copyright de Felipe Reyes (rebote ofensivo y canasta a tabla), el Madrid llegaba a la ventaja de diez puntos, aunque respondía de inmediato DJ Seeley con un misil desde el 6.75. Los siguientes compases fueron un bonito intercambio de canastas, con Lima muy intenso en la pintura y los canarios respondiendo con el triple limpio de Brad Newley. Y el apoteosis canario culminó con otro misil de Eulis Báez sobre la bocina. A vestuarios con 38-40 y todo abierto.
Herbalife planta cara
Comienzo del tercer cuarto con mismo resultado que el final del segundo, es decir, otro triple inmenso del dominicano Báez, más caliente que nunca. Transcurrían los minutos y el Madrid que seguía sin sumar un punto, horrendo en los tiros de campo. Tras la magnífica asistencia de Oliver culminada por Alen Omic, el parcial favorable al Herbalife era de 11-0. Frenaba la tremenda sangría el triple de Maciulis y la entrada a canasta de Carroll. Posesiones más lentas, en estático y con los dos conjuntos totalmente empatados en el electrónico. Seguía la espectacular batalla interior de dos gladiadores como Reyes y Báez.
Tras varios minutos a remolque, el Madrid se ponía de nuevo por delante tras el 3+1 del asesino mormón Jaycee Carroll. Pero jamás perdían la cara al partido los isleños, y cuando estaban pasando dificultades para ver aro aparecía el veterano Albert Oliver para enchufar tiros imposibles. Más rotaciones, y Aíto que volvía a introducir un triple cambio, retocando radicalmente el panorama en la cancha. La anotación era baja, costaba un mundo sobrepasar las pegajosas defensas rivales, pero el Madrid estaba ganando la batalla de los rebotes ofensivos, cruciales para dar segundas oportunidades. Otro cuarto igualado que culminaba con el triple de Kevin Pangos (59-62).
Sufrida victoria blanca
Últimos diez minutos que amanecían con un espectacular alley-hoop entre Sergio Rodríguez y Ayón. De nuevo abrían una pequeña brecha los madridistas, pero como durante todo el duelo alguien respondían por Herbalife de inmediato, en este caso el australiano Newley desde el perímetro. Momentos para el Chacho, que volvía a tomar la batuta de mando y aceleraba el encuentro, lo que castigaba mucho la zona estática del Gran Canaria. Problemas serios para Sergio Llull, incómodo durante todo el duelo y que se cargaba ya con su cuarta personal. El balear al banquillo y el Madrid en bonus.
En otro arreón de los merengues, potenciado por las canastas entrando en la zona de Carroll y Nocioni, la ventaja se situaba en la barrera psicológica de los diez puntos. Se apoyaban en los tiros libres los isleños para seguir anotando, pero la potencia de fuego blanca era cada vez mayor, con un Rivers imperial, conectando puntos, reboteando y taponando. Aíto pedía desesperado tiempo, se le acababan las estrategias. Hasta el último segundo lucharon los isleños, haciendo hasta triples defensas y poniendo un parcial de 0-6. De manera muy sufrida, pero el Madrid vencía (81-85) y conseguía la tercera Copa del Rey consecutiva.