NBANBA VAVEL

Indiana Winners

El equipo de Frank Voguel es el único que permanece invicto en el inicio de la temporada en la NBA y firma el mejor arranque de la franquicia desde que juega en la liga.

Indiana Winners
Paul George y Roy Hibbert se congratulan (foto: Zimbio).
ninozurich
Por Antonio Pulido Casas

Hay situaciones que cuando menos te las esperas, suceden. Repentinamente. Sin que tengas tiempo para asimilarlo, te pegan una bofetada y se van. Indiana Pacers ha decidido ponerse el guante y dejar sus huellas dactilares sobre todo el que pase. Al menos, eso es lo que ha conseguido en sus primeros ocho partidos, en los que nadie se ha atrevido a devolverle el manotazo. Están invictos, con récord de la franquicia incluido desde que se inscriben en la NBA (8-0). Y pretenden seguir.

El sorprendente final de temporada anterior (finalistas de conferencia Este) no ha acabado de convencer a Indianápolis. Demasiado fácil llegar a los (pen)últimos partidos y desaparecer; el mérito estaba en la continuidad y en, por supuesto, llamar la atención en la NBA, que es de lo que se trata. No se conformaron con el 5-0 inicial (el mejor arranque de la franquicia desde la temporada 1971-72), sino que, hasta ahora, lo han instalado en 8-0. No hace falta decir que se trata del mejor que han alcanzado en su historia, siendo el séptimo equipo que lo consigue en tantos años de canastas americanas.

El secreto, al margen de meter más puntos que el rival, se mantiene en la base, que no quiere decir que sean atractivos, pero sí eficientes (de hecho, comandan esa estadística entre los demás equipos). El quinteto ideal continúa aterrando de igual forma (ya saben, George, West, Hill, Stephenson y Hibbert), así que la novedad se encuentra en los hombres secundarios, los verdaderos responsables de que el primer equipo no lo parezca cuando el reserva juega. Entre ellos, CJ Watson y Luis Scola, bastante acoplados a sus tareas en pista. Por si no te has convencido todavía, son el equipo que menos puntos permite por partido (89,5). ¿Ya?

Pero es importante que Paul George aparezca en este texto, con un mínimo de 21 puntos y 6 rebotes en cada choque, se erige como el quinto jugador con mejor promedio de puntaje (24,9) y el segundo en eficacia (21,2% en PIE/valoración). Se tomó tan a pecho ese pique con LeBron James que también le supera en rebotes. La ascensión de George apunta a cotas más desvergonzadas, que en la NBA no sólo se trata de dar bofetadas, sino de que también se recuerden.

Teniendo un guardaespaldas como Roy Hibbert, que es capaz de taponar 35 tiros en ocho partidos (4,4 por partido), te sientes despreocupado. Obviamente, nadie ha puesto más que él. Ni que se atrevan. El triplete idóneo se completa con Lance Stephenson, espoleado después de firmar su primer triple-doble contra Memphis Grizzlies (13 puntos, 12 asistencias y 11 rebotes) y reafirmado como segundo de a bordo en tiempos de hastío. Ah, se me olvidaba, el quinteto titular de los Pacers casi llega al 50% en tiros de campo. Y eso que Danny Granger está lesionado.

Milwaukee Bucks, el próximo rival, carburará si el 9-0 es posible. De llegar a él, los Indiana Pacers estarían un poco más cerca del récord absoluto en la modalidad: 15-0 (todavía lejos). Washington Capitols, en la 1948/49, y Houston Rockets, en la 1993/1994, son los únicos en conseguirlo. Mientras, en el camino, el guante lleva tiempo caliente.