Miami Heat sumó en el día de Navidad su sexta victoria consecutiva a costa de Los Ángeles Lakers, que por el contrario, sufrieron su tercera derrota seguida. En un partido no demasiado brillante de los Heat, bastó con su big-three para imponerse a unos peleones Lakers. Bosh y Wade sumaron 23 puntos cada uno, mientras que LeBron James no tuvo su mejor noche, pero aun así contribuyó con 19 puntos a la victoria de su equipo. Los Lakers de D’Antoni, que recuperaban a uno de sus tres bases lesionados, Jordan Farmar, evidenciaron de nuevo la carencia de dirección en pista. En los actuales Lakers la defensa goza de un papel secundario, todo lo contrario que el ataque, donde cualquier jugador tiene licencia para dar rienda suelta a su imaginación. Los Lakers pecaron de individualistas (con hombres como Young o Henry cabe esperar esto), la dirección y el juego combinativo apenas aparecieron en el Staples. De hecho, solo lograron 15 asistencias en todo el partido. Los aclarados y los triples eran la solución más recurrente en los ataques angelinos. Asimiso, los Lakers son el quinto mejor equipo de la NBA en lanzamientos exteriores, con un respetable porcentaje de un 38%, el cual mantuvieron en este encuentro. Pero sin defensa es imposible derrotar a un conjunto como Miami.

El partido comenzó algo deslavazado. Cada posesión se convertía en un despropósito de decisiones sin sentido en ambos equipos. En el caso de los Heat debido a que salieron algo dormidos a pista, pero en los Lakers simplemente es algo innato. Como consecuencia de lo alocado del juego en estos primeros compases, los equipos apenas se emplearon en defensa, beneficiándose de tal circunstancia los Lakers. Los californianos jugaban a posesiones largas, sin asomarse demasiado a la pintura, y buscando en reiteradas ocasiones el tiro exterior. Cada vez que tenían ocasión corrían al contraataque, tal y como apuntan las directrices a su entrenador. En los Miami Heat, LeBron James asumió otra vez de la dirección de los suyos, monopolizando cada posesión. Cada golpe asestado por su rival, era devuelto por Miami a través de LeBron. Sin embargo, los Heat no estuvieron demasiado acertados en el tiro durante estos primeros 12 minutos, ya que solo consiguieron anotar siete canastas, cinco de ellas acompañadas de asistencia. Finalmente, el primer cuarto acabaría con ventaja para Lakers (27-21).

El segundo cuarto continuó con los Lakers imponiéndose a su rival. Uno de los recursos que mayor resultado les estaba dando eran los puntos tras segundas oportunidades. Durante la primera parte sumaron 9 capturas en el aro rival, por ninguna de los Heat. Ray Allen, brillante todo el partido desde la línea de tres con cuatro de cinco triples intentados, impedía que los Lakers se marcharan a una distancia considerable. La defensa de los californianos mejoró en estos minutos, provocando pérdidas de Miami que se convertían en puntos fáciles. Pero la entrada de Pau Gasol a falta de 5:30 para el descanso cambió el panorama. Su defensa en la pintura fue pésima, ya que Chris Bosh, hasta entonces con seis tiros fallados en su haber, logró diez puntos en este cuarto. Todos ellos en la pintura frente a la “oposición” de Gasol. Cabe destacar la buena labor de Miami durante la temporada en esta faceta de juego, puntos en la pintura, donde figuran quintos de toda la NBA merced a sus casi 50 puntos por encuentro logrados en la zona. Volviendo al partido, el Showtime apareció en el Staples con Wade y James como protagonistas, encadenando varias acciones brillantes al contragolpe. Los Heat endosaron un parcial de 14-2 a los Lakers que logró cortar Pau. Los Lakers perdieron la eficacia en el tiro exterior, consiguiendo sólo un triple en diez intentos, casi todos durante el duro parcial impuesto por Miami. No obstante, cinco puntos consecutivos al final de la primera parte dejaban el marcador más o menos apretado al descanso (51 a 46).

“Showman” Young aparece

El partido se reanudó con los Lakers saliendo muy activos de vestuarios. El juego pasaba casi en cada posesión por Gasol, bien para que lanzara o bien para que doblara el pase a posiciones exteriores. Shawne Williams, titular ayer, se empeñaba en lanzar de tres pero sin demasiada suerte al encestar solo un triple en tres intentos. En cambio, el que sí acertó fue Jodie Meeks, quien ponía por delante a los Lakers con un lanzamiento exterior, aprovechando el bloqueo en ataque de Miami, capaz solo de anotar dos canastas en más de cuatro minutos. Los Heat apostaron por correr y castigar al rival cada vez que cometían un error, mostrando claramente sus cartas. La mano le salió bien a tenor de las 17 pérdidas que cometieron los Lakers en el partido.

En este cuarto emergió la figura de Nick “me lo tiro todo” Young. De sobra es conocido lo poco dado que es el escolta a pasar el balón. Con Young y Xavier Henry en pista el juego colectivo desaparece en los Lakers. Cada posesión se convierte en aclarados a cualquiera de los dos escoltas, quienes por supuesto no dudan en tirarse hasta las zapatillas. Young aportó 12 puntos en este tercer cuarto, imponiéndose en su duelo particular a LeBron. Nick, totalmente desatado, anotó siete puntos seguidos, que rápidamente devolvieron Bosh, martilleando la pintura, y Allen y Lewis con triples. El partido pasó a un segundo plano en favor de la vorágine ofensiva de Young, capaz de anotar un triple en la cara de LeBron para cerrar el cuarto con un parcial de 28 a 25 para los Lakers. Los Heat, negados toda la noche en el tiro de tres, solo acertaron tres veces de doce intentos desde más allá de los siete metros.

El último cuarto arrancó con el marcador muy apretado (76 a 73). Henry sumó varios puntos de manera consecutiva jugando como "falso base". El escolta es un auténtico "microondas", una máquina de anotar que puede darte todo o nada en cada partido. Con los “chupones” Henry y Young en pista, Miami le endosó un parcial de 13-2 que a la postre definiría el encuentro. A falta de 5:30 para el final del encuentro entraron LeBron y Gasol, quien se encargó de cortar el doloroso parcial Heat. La historia se volvió a repetir con Pau en pista, pues su entrada coincidió con malas defensas de los Lakers en las penetraciones de los Heat. Gasol no llegaba a ninguna ayuda, mientras LeBron, Wade o Cole penetraban con insultante facilidad. Con apenas 2:30 por jugar, Miami dominaba por ocho puntos, distancia más que suficiente para cerrar el partido. Los Lakers lo intentaron con el triple como principal arma, pero no quedaba tiempo para más.

Con esta victoria, Miami deja su récord en 22 victorias y 6 derrotas, en lo que supone el mejor arranque de la historia de la franquicia., y se quedan a medio partido de Indiana Pacers y del liderato del Este. Las estadísticas se volvieron a cumplir, ya que en los partidos en los que llegan a los 100 puntos llevan un balance de 17 victorias y 2 derrotas. Los Lakers, en cambio, se hunden en la Conferencia Oeste, pero al menos les queda el consuelo de haber caído dignamente ante el campeón de la NBA. Pocos hubieran apostado por ello antes del encuentro. A partir de ahora comienzan una serie de partidos a priori factibles para los californianos frente a Bucks, Sixers o Jazz. Pero los Lakers son capaces de lo mejor y de lo peor.