Los viejos rockeros nunca mueren, los Spurs lo han demostrado en las dos últimas madrugadas derrotando a Los Angeles Clippers en el Staples Center y a Golden State Warriors en el Oracle Arena y han disipado cualquier duda que hubiera sobre la calidad o el rendimiento de la franquicia. Esta madrugada con un gran partido que dominaron de principio a fin, sumaron un victoria más y ya van 501 desde que Parker, Duncan y Ginóbili se juntaran para llevar a la franquicia a lo más alto.
Cierto es que las 18 perdidas de Golden State colaboraron en la victoria de los de Popovich. El equipo de la bahía de San Francisco sigue fallando en los momentos importantes y frente a San Antonio promedia, como la temporada pasada, 18 pérdidas por encuentro.
Además el encuentro estuvo marcado por el duelo de bases en el que un Parker magistral (28 puntos 7 asistencias) le ganó la partida a Stephen Curry que estuvo desacertado encestando solo 16 puntos, repartiendo cinco asistencias además de fallar los siete intentos desde el triple que hizo.
Y es que anoche en los Spurs todo funcionó. Desde el quinteto inicial, que sumó 73 puntos hasta el banquillo, donde destacaron Ginóbili (si es que se le puede considerar suplente) con 17 puntos y Corey Joseph que estuvo muy bien en la dirección de juego dando minutos de descanso a Tony Parker.
En los locales, el escolta Klay Thompson, que volvía tras un esguince de muñeca, estuvo muy bien de cara al aro anotando 29 puntos. Además 13 de ellos fueron el último cuarto. Sin embargo el acierto a canasta de los de Popovich impidió la respuesta de los de Steve Kerr. La circulación de balón de los visitantes volvió a recordar a aquella que gana campeonatos y su generosidad (28 asistencias frente a las 23 de los Warriors) fue determinante para matar el partido en el tercer cuarto y gestionar la renta en el cuarto, donde los menos habituales tuvieron participación en los últimos minutos.
Pese a la derrota, hay cosas positivas que se pueden rescatar en los locales. La principal es la vuelta de Harrison Barnes que tras deslumbrar en su año de Rookie pasó por una crisis de juego que arrastró durante la pasada temporada y que parece que vuelve para quedarse. Ayer con 22 puntos y 8 rebotes demostró que puede dar mucho a su franquicia.
Noche de récord, eterno Duncan
La de ayer fue otra madrugada de esas que pasará a la historia y con nombre propio. No es otro que el de Tim Duncan. El que para muchos es el mejor ala-pívot de la historia, superó la barrera de los 14000 rebotes capturados en su carrera con los 13 que cogió ayer. Solo once jugadores en la historia cogido más rebotes que él.
Además el estadounidense estuvo cerca de superar otro récord, esta vez en anotación. Duncan se quedó a ocho puntos de alcanzar los 25.000 anotados en toda su carrera y de ser el decimonoveno en la historia en conseguirlo y uno de los cuatro jugadores que siguen en activo tras Nowitzki, Garnett y Bryant.
También se rompió una larga racha que iba para récord. El base de los Warriors, Stephen Curry, se quedó sin anotar un solo triple tras 75 encuentros haciéndolo de manera consecutiva.
Victoria de prestigio para unos San Antonio Spurs que no habían empezado bien pero que con sus dos victorias seguidas han dado un golpe sobre la mesa. Golden State suma su segunda derrota consecutiva y que tiene que volver a ganar pronto para disipar cualquier tipo de dudas.