Lance Stephenson llegó a Charlotte este pasado verano firmando un gran contrato multianual tras las actuaciones individuales y colectivas (con varios triple-doble) de los dos años anteriores en Indianápolis. Hasta ahora, el rumbo del equipo en la débil Conferencia Este ha estado muy por debajo de lo esperado. El equipo marcha con cuatro victorias y doce derrotas en la clasificación a día de hoy. Una de las razones ha sido la mala adaptación de Stephenson al equipo.
Tras perder su séptimo partido consecutivo, Steve Clifford -entrenador principal- quiso quitarle parte o toda la presión que tiene para revertir esta mala racha. El resultado del movimiento es cuestionable y contradictorio, aunque las palabras no dejan indiferente a nadie. "Para ser justos, una de las cosas que se le han hecho más difíciles es que él vino aquí y la gente le proclamó como la siguiente superestrella. Él no es una estrella, es un chico que tiene talento para convertirse en una estrella. Para ser una estrella en esta liga tienes que hacerlo bien durante varios años", dijo Clifford.
"Se lo he dicho", añadió. "He sido afortunado de estar cerca de Kobe [Bryant] o [Tracy] McGrady. Ellos fueron superestrellas. También he estado cerca de Allan Houston y Latrell Sprewell, que fueron All-Star durante dos o tres años. Tiene mucho trabajo que hacer para llegar a ese nivel", finalizó.
No hay duda que Lance Stephenson es uno de los jugadores más singulares e icónicos de la liga. A eso se añade el componente old school que supone enfrentarte a él, con ingredientes propios más de la era de Thomas y sus 'bad boys' de Detroit que de la de LeBron (que lo ha podido probar en sus propias carnes).