Oklahoma se impuso en casa de los Sixers por 91-103 en un partido que tuvieron controlado de principio a fin, los locales nunca estuvieron por encima en el marcador.
Incorporando a Durant
Es el segundo partido en el que participa una de sus estrellas, Kevin Durant. El primero fue una derrota en casa de New Orleans Pelicans y los visitantes buscaban empezar a mejorar su récord, a costa del peor equipo de la liga, que tras esta victoria es de 6-13. Su otra estrella, Russell Westbrook, fue dueño y señor del partido, así lo demuestran sus 27 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias. El resto del equipo supo acompañar a sus dos estandartes, como por ejemplo, Serge Ibaka dominando la pintura con 3 tapones.
Un mero espejismo
Los Sixers venían de ganar en el Target Center a Minnesota Timberwolves, evitando así igualar el peor inicio de la historia. Pero los Thunder les devolvieron a su cruda realidad, sin tener ninguna opción de meter presión a los visitantes. Con esta derrota, obtienen un récord de 1-18. Al equipo se le notó la falta de Tony Wroten y Alexey Shved, sus otros dos creadores de juego, fuera de la convocatoria por distintas lesiones. Así que cuando Michael Carter-Williams se sentaba, el equipo carecía de orden alguno, y JaKarr Sampson era incapaz de llenar el hueco que los dos anteriormente mencionados habían dejado.
Como hasta ahora, hay alguna que otra noticia positiva, K.J. McDaniels sigue desarrollando su competitividad NBA y demuestra que terminará por hacerse un hueco en esta liga. Otro de los que Brett Brown debería estar orgulloso es Robert Covington, gracias a él primordialmente, el equipo se mantuvo a distancias no muy lejanas cuando salía desde el banquillo. Con 21 puntos en 8-13 en tiros de campo, fue el líder de unos Sixers perdidos tanto en defensa como en ataque.
Proyecciones distintas
Por un lado, los Thunder buscan situarse dentro de los ocho primeros equipos de su conferencia y estar por encima del .500, mientras Kevin Durant, con minutos restringidos, coge ritmo de competición y pueden empezar a apuntar realmente alto en la clasificación.
Por su parte, los Sixers intentan conseguir su segunda victoria de la temporada para no caer en una mentalidad derrotista. Aunque no parece lo realmente importante, lo que necesita el equipo es coger experiencia a toda costa ya sea a base de victorias o derrotas. Si el bloque se mantiene, puede ser un equipo interesante dentro de un par de años, pero esta temporada es un mero trámite.