Los Angeles Clippers vencieron a San Antonio Spurs en el Staples Center de Los Angeles por 119-115 en el primer partido de ambos equipos tras el parón obligado por el All-Star de Nueva York. En el día en que se cerró el período de traspasos, Spurs y Clippers demostraron que son estructuras sólidas -no hicieron ningún movimiento en las últimas horas- y que son dos amenazas a tener muy en cuenta en la Conferencia Oeste.
Las artimañas no surtieron efecto
El partido comenzaba por los derroteros por los que irían transitando durante la práctica totalidad de sus minutos, con mucha igualdad. La baja de Blake Griffin se mostraba en una doble vertiente: para los Clippers, dejaba a DeAndre Jordan como referencia ofensiva en la pintura y hacía que éste se tuviera que inmiscuir en más asuntos de los que está acostumbrado; para los Spurs, dejaba a Tim Duncan con un poco de respiro para hacer diabluras. Ambas vertientes se vieron bien durante el primer cuarto, con Jordan recibiendo mucho balón en poste y Duncan pudiendo anotar desde fuera. El primer envite terminaba con 27-24, pequeña ventaja local.
En el segundo cuarto se vio lo que sería la estrategia a seguir por parte de San Antonio: el Hack-a-Jordan (es decir, hacerle faltas intencionadamente dado su bajo porcentaje de acierto en tiros libres). Ya con las cartas sobre la mesa, el juego se desarrollaría normalmente pero siempre con la amenaza de esta estrategia. DeAndre Jordan acabaría con 10/28 desde la línea de personal. Como dijo Duncan después, eso le dio una oportunidad a su equipo y los Spurs cambiaron las tornas del partido un poco. Al descanso, los de Popovich lideraban por 52-55.
Los Spurs estaban más enchufados en este punto. Tony Parker cogía peso también, no sólo direccional sino anotador, y funcionaba. Su equipo estiraba el chicle de la ventaja y su rival estaba en aprietos, pero aparecieron dos hombres que resultarían claves para la remontada y para sustentar la victoria: Chris Paul y Jamal Crawford. Si bien no había mucha combinación de equipo, sí había en los Clippers mucho acierto por parte de estos dos hombres. Con este panorama, más abierto y con un poco más de espectáculo, el equipo de Los Angeles daba un vuelco al partido y ganaba 90-88 al final del tercer cuarto.
La situación era la opuesta a la del tercer cuarto: los Clippers por delante, con voluntad de escaparse, y los Spurs sin reaccionar. La solución estaba escrita: Hack-a-Jordan. Durante el último período se hizo más patente, lógicamente, este modo de jugar. Los dieciocho tiros libres fallados por el pívot se acabarían notando mucho, ya que se iba viendo cómo bajaba la diferencia -que rondaba los diez y pasó a igualarse totalmente- a medida que el jugador clipper iba minando sus opciones desde el 4’60. El conjunto de Doc Rivers no se podía permitir perder un partido que había llevado tan bien por una circunstancia como ésa, y así fue. Volvieron a surgir los exteriores de los Clippers, Paul y Crawford, para tratar de sentenciar en los últimos compases. Nada de eso, ya que las jugadas de pizarra de Popovich surtían efecto en los últimos segundos y un triple de Belinelli dejaba a los campeones a uno (115-114). Chris Paul cogió toda la responsabilidad, se hizo espacio ante Ginóbili y anotó (117-114) para la victoria y el júbilo de la afición local presente. El partido acabó 119-115 tras tiros libres.
Doble victoria
Antes de comenzar el encuentro se encontraban sólo a una victoria los unos de los otros, pero ese escenario ya ha cambiado. Esta victoria era vital, no sólo por sumar una más sino por poder poner tierra de por medio con el otro en una conferencia tan salvaje como es la del Oeste.
Los Clippers comienzan bien la última parte de la temporada, tomando distancia con los Spurs y con un balance de 36-19. Dos protagonistas en su equipo: Paul, que lleva 12 o más asistencias en cuatro partidos seguidos (no lo hacía desde 2010), y Jordan, que lideró al equipo en anotación pero por el contrario falló 18 tiros libres (sólo Dwight Howard había hecho algo así).
Por su parte, los vigentes campeones se van de LAX con 34-20 en su zurrón y la oportunidad perdida de poder arañar una victoria a un competidor directo. Lo único positivo, Duncan: 2º jugador de más edad en anotar 30 o más puntos con un 85% de acierto en sus tiros (sólo superado por Kareem Abdul Jabbar en 1987) y 16º máximo anotador de la historia (superando a Alex English).
