Ya con las aguas en calma tras la tormenta del cierre de mercado y del All-Star, vuelven los partidos cada madrugada para abrir boca y comenzar a sacar conclusiones de cara a lo verdaderamente importante: la postemporada. El equipo entrenado por Stan Van Gundy, Detroit Pistons, incorporó a Reggie Jackson (Oklahoma), que no se vistió para el partido, y comenzó en pista el novato Spencer Dinwiddie en el puesto de base, en su primer partido como titular. Tampoco lo hizo Tayshaun Prince, que vuelve a la franquicia dos años después, ambos a la espera de que se formalice el traspaso.

Chicago es uno de los equipos que no se ha movido durante el auge de los traspasos, únicamente ha corrido el rumor de un posible interés en Kendrick Perkins (junto con Cleveland Cavaliers), tras su salida de Oklahoma a Utah en el traspaso de Kanter, y ser posteriormente cortado por el equipo de Salt Lake City.

Ya en liza, el primer arreón fue de Detroit Pistons, con un 10-0 de parcial para colocarse 12-7, contestándolo inmediatamente Derrick Rose con un triple. El movimiento de balón en los Bulls era fluido, aunque sin acierto, y costaba ajustar la defensa ante unos Pistons que se movían sin presión y de manera liberada.

Inicio más competitivo de los Pistons, más acertados en el principio del partido que los de Illinois.

Greg Monroe se hacía grande en ataque, se comía a Gasol y, sumado al acierto exterior de los de Michigan, provocaba un ligero desequilibrio, solo contestado por Jimmy Butler, con ocho puntos en los primeros diez minutos. Se sentía que el equipo local se estaba tomando más en serio el partido, con más intensidad.

Así se llegó al final del primer cuarto, con unos competitivos Pistons ganando de uno a unos Chicago Bulls que afinaron en los últimos minutos del mismo, 23-22.

La segunda unidad de los pupilos de Thibodeau fue picada por la misma araña del sueño que el quinteto titular, empezando el segundo cuarto sumidos en un letargo que aprovechó Detroit para coger rebotes ofensivos y evidenciar su mayor intensidad, aunque no gozaron de pegada para despegarse en el tanteador.

Se vio obligado Thibs a meter de nuevo a Butler y, además, dar entrada a Mirotic, junto a Noah. Muy poca claridad en los ataques de Chicago y muchos tiros liberados por parte de Detroit, aunque también muchos airballs.

Butler, la llave de la puerta cerrada

El escolta de Houston tomó el mando y fue haciéndose con el partido, de manera que todos los balones que se jugaban en el ataque bull, salían de sus manos, a modo de canalizador, casi siempre de manera acertada, algo que brillaba por su escasez en momentos anteriores. Echándose el equipo a la espalda en momentos de flaqueza, hizo fluir con segundos pases, puntos y asistencias el estancado ataque de Chicago.

Se llegaba a mitad de segundo cuarto con Chicago dos puntos arriba y Butler con 12 puntos y dos asistencias. Prueba de la poca concentración en defensa, como casi siempre, eran los diez rebotes en ataque de Detroit, cinco de ellos (para un total de 13 a cuatro minutos del descanso) de Andre Drummond.

El partido fue girando poco a poco a favor de los visitantes con la salida de Rose a pista, con una defensa más específica de Gasol sobre Drummond, y con Monroe más sujeto. Todo el juego ofensivo de Bulls se aglutinaba sobre Jimmy Butler que resolvía con solvencia. El banquillo de Bulls producía el doble de puntos que el de Detroit Pistons y el porcentaje de tiro de los de Motorcity iba en decaimiento.

Un triple de Caldwell-Pope acercó a los Pistons a 8 puntos de desventaja antes de irse a vestuarios. Si Butler continuaba con el recital, junto a toda la calidad que tiene alrededor, sería capaz de cargar de pólvora del cañón. 14 puntos y cinco asistencias, pero la sensación de generar muchos más. Gibson luchó mucho en la zona para conseguir 13 tantos (sólo conseguiría dos más en la segunda parte).

Por el otro bando, Drummond se iba al descanso con diez puntos y 14 rebotes, 8 de ellos ofensivos, aunque cinco de 15 en tiros. La anotación, bastante repartida en los locales.

Drummond está en casa

Comienzo arrollador del tercer cuarto por parte de Andre Drummond, bajo los dos tableros. Amo y señor de la zona, incontestable en los primeros minutos, colocando a su equipo a dos puntos y endosando, él solo prácticamente, un parcial de 6-0 a los Bulls.

Pau no pudo con él, ni en un lado ni en otro de la cancha del Palace of Auburn Hills. Un auténtico titán el pívot estadounidense. El juego interior local dominaba, además de la aportación de Caron Butler, reactivado.

Los Bulls perdidos en sus propias lagunas en ataque y defensa, y Pistons envalentonados por el orgullo y el acierto exterior, provocaron el giro de 360º.

Un comienzo muy parecido al principio de partido, donde solo se salvaba por el bando visitante Jimmy Butler, pero ningún equipo se despegaba. On fire, Caron Butler, y después Dinwiddie, colocaron la distancia en nueve puntos a favor para Detroit a falta de cuatro minutos para el final del tercer cuarto, 69-60.

Sin capacidad de respuesta, y los Pistons jugando a placer, pintaba muy mal para el equipo de la Ciudad del Viento. Pau Gasol, por cierto, muy desdibujado todo el partido, superado en aro propio y contrario por el poderoso juego interior de los de Detroit.

Bandeja de Aaron Brooks que cierra el tercer cuarto dejando nueve arriba a los locales, que llegaron a ir ganando por 11 puntos, envalentonados por su público y las pérdidas continuas de los visitantes (12 por cinco antes de comenzar el cuarto decisivo). Mucho por decir aún, aunque el dominio era muy férreo por parte de los Pistons. El tercer cuarto: 32-15.

Sin capacidad ni orgullo rojo

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Taj Gibson siguió fajándose y cometiendo faltas en ataque y perdiendo balones, contagiado por el equipo. Pero, de repente, la defensa de Chicago se ajustó de una manera que cada ataque de los Pistons era una falta en ataque. El dominio de la zona del enorme Drummond decreció y volvió el tanteador ajustado.

Un espejismo, ya que no se demostró la ambición de ir a por el partido por la franquicia de Illinois. No parecía haberle sentado bien a Derrick Rose el descanso, desaparecido en combate la práctica totalidad del partido. El juego bajó muchos peldaños en calidad, con muchos fallos, sobre todo por parte de los Bulls.

El porcentaje de tiro en la segunda mitad hacía presagiar victoria local, con un 61% para los de Stan Van Gundy, y un 36% por parte de Chicago. Nada cambiaba, y todo hacía presagiar la victoria local, con unos Bulls inoperantes, siguiendo la tendencia del choque.

Los de Chicago quemaron todas sus naves, con un Hack a Drummond, que nada resolvió y que fue la última bala. Los Bulls terminaron hincando la rodilla, en un final plagado de faltas y de parones.

En Chicago, muy solo Butler, con 30 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias. Cabe reseñar que Pau Gasol no pudo superar el récord de Michael Jordan, en cuanto a dobles-dobles seguidos en temporada regular, al quedarse en 12 puntos y ocho rebotes.

Por parte de Detroit, hubo tres que destacaron sobre el resto: Greg Monroe, sensacional, con 20 puntos y seis rebotes; Caron Butler, con 20 puntos y cuatro robos; y Andre Drummond, amo del rebote, 18 puntos y 20 rebotes.

Tiempo para meditar y reflexionar, sí, otra vez, para el equipo de Thibodeau; con objetivos de ganar el anillo no puede dejarse llevar de la manera que lo ha hecho a lo largo de toda la temporada ante equipos de menor calibre. Y ahora, recién superada la primera mitad de curso, las urgencias son mayores, para un equipo que no termina de desplegar todo el potencial que tiene sobre el papel.