Partido vibrante el que enfrentó en el Oracle Arena a Phoenix Suns y Golden State Warriors. Los de Kerr buscaban una victoria para seguir en lo más alto con el mejor récord de su historia mientras que los Suns tenían la necesidad de ganar sí o sí para soñar con poder entrar en los playoffs, un objetivo que se aleja un poco tras la derrota sufrida a manos de Curry, Thompson y compañía que se encontraron con un triunfo que a falta de poco más de cuatro segundos parecía escaparse.

Primera parte para los Warriors

El partido comenzó más parejo de lo que se esperaba, en gran parte por la falta de acierto de los “Splash Brother”, que conseguían porcentajes muy bajos en tiros de campo con cuatro de once lanzamientos entre los dos. No obstante con la ayuda de jugadores como David Lee o Holiday, el equipo conseguía abrir una pequeña brecha de cinco puntos al final del primer cuarto. En los Suns Wright con siete puntos, mantenía con vida a los suyos, que en la noche de hoy dieron una buena imagen.

El mismo guion fue escrito para el segundo cuarto, dos equipos muy parejos, pero la calidad de los locales, hacía que la ventaja fuera aumentando poco a poco. Speights que se fue al descanso con ocho puntos, era el jugador más destacado junto con Curry con diez y Thompson con nueve. Con todo esto los de Kerr se marchaban en el luminoso y dejaban una ventaja de +11 en el intermedio del choque. Parecía pues una renta más que suficiente para los líderes de la Conferencia Oeste, pero nada más lejos de la realidad, los Suns metieron en problemas a los Warriors.

Los Suns reaccionan para la segunda mitad

Los visitantes salieron mucho más agresivos en el tercer cuarto y poco tardaron en reducir la ventaja a la mitad, gracias a Morris, que anotó cinco puntos en poco más de un minuto y metía a los suyos de lleno en la lucha por el partido. Esto sumado a alguna perdida por parte de Barbosa y de Lee, dejaba una ventaja de tan solo un punto para los de Kerr. Los Suns pudieron ponerse por delante en el encuentro de no ser por Stephen Curry, que salía al rescate de los suyos con dos triples y ampliaba la renta a seis puntos, con el último cuarto por jugarse.

El comienzo de los últimos doce minutos pareció dejar sin partido al Oracle cuando un triple de Iguodala dejaba a los Suns ocho puntos por debajo. Los Warriors se relajaron y lo pagaron caro. Los visitantes consiguieron un parcial de 8-0 y empataron el encuentro a siete minutos para el final. Se avecinaba una batalla a todo o nada en la que los Suns tenían mucho más que perder si no conseguían llevarse el choque finalmente.

Barnes corta la ilusión de Phoenix

El partido se acercaba al final y Phoenix por fin lograba una renta de hasta cuatro puntos que, a poco más de un minuto, parecía definitiva. Pero si hay algo que diferencia a los Warriors de los demás, es que tienen a los “Splash Brothers” en sus filas, y eso fue lo que terminó de inclinar la balanza. Primero con cinco puntos de Thompson fundamentales para cortar la ventaja de los Suns y después dos puntos de Curry que ponían por delante a los suyos.

Pero la emoción nos iba a reservar unos últimos segundos de infarto. A cinco segundos para el final, Bledsoe silenciaba el Oracle Arena con una canasta que ponía un punto de ventaja para los suyos. Cuando todo parecía de cara para los Suns, apareció Barnes, en una jugada bastante embarullada, para lanzar a una mano. Su balón golpeaba varias veces encima del aro, pero entraba finalmente, poniendo el 107-106 final en el marcador.

Los Warriors siguen siendo el mejor equipo de la NBA mientras que los Suns, que soñaron durante mucho tiempo con una inesperada victoria, finalmente acabaron saliendo derrotados del Oracle y ven como se alejan peligrosamente de los puestos de playoffs, cuando la temporada está llegando poco a poco a su fin. Los de Kerr se llevan una gran experiencia para lo realmente duro de la liga, la fase final.