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Cuando lo que importa es el conjunto

Los Golden State Warriors campeones han demostrado muchas cosas a lo largo de la presente temporada, incluido en los momentos importantes del año, en contra de lo que mucha gente pensaba, tachándolos de equipo inexperto. Es cierto que no todos han brillado a la vez (si lo hubiesen hecho, estaríamos hablando de un 4-0 rotundísimo), pero cada pieza ha sabido colocarse en su lugar en el momento preciso, para ayudar de ese manera a ser lo que son, un equipo.

Cuando lo que importa es el conjunto
FOTO: www.warriorsworld.net
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Por Ginés Gómez

Con las Finales ya un tanto alejadas, toca hacer balance de todas las claves de la victoria de los Golden State Warriors en la temporada 2014-15, un equipo sin ningún jugador con experiencia anterior en las eliminatorias Finales por el trofeo Larry O'Brien. En esta ocasión, la experiencia no ha sido un grado, cuando lo que ha dominado ha sido la calidad y el carácter de equipo por encima del plano individual, además de tener al MVP de la temporada en su rotación.

Los escuderos de Stephen Curry: Klay Thompson, Draymond Green, Harrison Barnes, Andre Iguodala, Andrew Bogut, Leandro Barbosa y hasta Festus Ezeli y David Lee. Todos y cada uno de ellos, con la implicación del mejor jugador de la temporada regular, ese chico de sonrisa simpática. La aportación puntual de todos, ha construido ese equipo demoledor en temporada regular y postemporada.

El MVP defensivo y ofensivo

El primero en nombrar debe ser, qué duda cabe, el MVP de las Finales contra todo pronóstico previo: Andre Iguodala. Un jugador que lleva toda la vida, sus 11 temporadas en la NBA, siendo titular en Philadelphia, un año en Denver y en los anteriores Warriors de Mark Jackson, para terminar este año sacrificándose para ayudar al equipo desde el banco, por petición expresa del entrenador novato, Steve Kerr. Más de 11.500 puntos después, nada le ha podido salir mejor a ese jugador físicamente imponente. Un Scottie Pippen al uso, que ha pasado de promediar 7,8 puntos, 3,3 rebotes y tres asistencias en temporada regular, a los 10,4 puntos en playoffs y esos 16,8 puntos, 5,8 rebotes y 4,0 asistencias de las Finales, defendiendo y secando a LeBron James, sobre todo el los últimos tres partidos.

Klay Thompson ha sido durante todo el año el segundo hombre de la bahía de Oakland, el Splash Brother, con un año de vértigo en el que ha destrozado estadísticas (como esos 37 puntos en aquel tercer cuarto contra Sacramento). Sin embargo, sus Finales han sido más bien discretas, casi decepcionantes. Se ha mostrado irregular en el tiro y no ha sabido encontrar su sitio en ciertos momentos de los seis partidos. Comenzó bien cuando su equipo no terminaba de levantar el vuelo (en el segundo partido anotó 34 puntos), pero se fue diluyendo conforme los Warriors fueron creciendo en la eliminatoria. Aprobado, para un jugador de sobresaliente.

El tema de Draymond Green es peculiar, ya que su rendimiento puede considerarse termómetro de su equipo. Cuando él está bien, agusto en pista, su equipo se encuentra cómodo. Cuando no, no es buen síntoma para el juego alegre. Los dos primeros partidos muy discretos, coincidiendo sus tres mejores actuaciones con las tres últimas victorias de los Warriors, para cerrar la eliminatoria (triple-doble incluido en el partido decisivo). Se le vio falto de paciencia al inicio de las Finales, cuando las cosas no le salían a su equipo, pero él es así, todo pundonor y carácter. Se fue acomodando a los momentos, cogiendo confianza poco a poco, empezando casi de cero.

El rendimiento de Draymond Green es el termómetro de estos Warriors.

Harrison Barnes firmó su peor partido (0/8 en tiros de campo) en el tercer encuentro de la serie final, tocando fondo. A partir de ahí, ha ayudado a su equipo en los tres encuentros decisivos, con tres actuaciones muy buenas, en su línea de regularidad mantenida durante el curso, con 14 puntos en el Game 4. El brasileño, Leandro Barbosa, ha aportado la veteranía necesaria desde el banco, llevando la iniciativa cuando nadie quería la bola. Firmó su segundo mejor partido en anotación y minutos en playoffs en estas Finales, con 14 puntos en 17 minutos, fallando sólo un tiro. Ha sido una gran aportación desde el banquillo, un anotador que mejora con los años.

Los hombres grandes y Livingston

Andrew Bogut ha sido el principal damnificado por el famoso ajuste del small ball de Steve Kerr, siendo el hombre más alto del equipo. No llegó a jugar en el Game 6 y en el Game 5 disputó tres minutos, pero su defensa en los primeros encuentros de la eliminatoria fue muy eficiente sobre los hombres grandes de Cleveland (5 tapones en los tres primeros partidos). Su caso es similar al de Festus Ezeli, aunque éste si fue elegido por Steve Kerr para jugar en el último partido. 11 sorprendentes minutos, en los que anotó diez puntos, cogió cuatro rebotes y puso un tapón. Todos cuentan en estos Warriors, incluso David Lee. El ex-All Star pasó de casi no contar para Steve Kerr en playoffs (excepto ante Memphis) a jugar el segundo, tercer, cuarto y quinto partido de las Finales, como tranquilizador en algunos momentos, ante la hiperactividad de Draymond Green. Su dosis de experiencia ha sido valiosa para el equipo de la bahía, con 20 puntos y nueve rebotes entre el tercer y cuarto partido de las Finales.

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También ese hombre que estuvo a punto de quedarse sin piernas (literalmente) ha sido importante. Tras una carrera llena de lucha contra su cuerpo, Shaun Livingston consiguió el anillo de campeón, aportando como los demás su granito de arena. Su pausa y la imprevisibilidad que le da el ser un base de más de dos metros han ocupado un papel importante en la rotación de este equipo campeón. Su mejor partido fue también el último y decisivo, anotando diez puntos. Un premio a un jugador que no ha parado de intentarlo por amor al baloncesto, que ha logrado encajar en un equipo campeón.

Este es el resumen de una parte del equipo que, por cada 100 posesiones se juega 73, reparte el 70% de las asistencias, que basan todo su éxito en el colectivo. Esta temporada ha triunfado el baloncesto y, sobre todo para todos los enamorados de esto, se ha podido disfrutar de unas geniales Finales de nuevo. Se ha pasado de uno de los mejores juegos practicados de la historia, los Spurs del año pasado, a unos dignos sucesores que se dedican a eso, disfrutar jugando y dar espectáculo, insistiendo en la participación de un grupo muy versátil y talentoso. Eran inexpertos, pero el talento les desborda, los puntos se les caen de los bolsillos.