Normalmente, San Antonio Spurs es una de las franquicias que menos atracción tendría en un 'Media Day'. Es que, ni sus jugadores ni su entrenador, Gregg Popovich, suelen brindar declaraciones que causen revuelo. Este año, la situación fue otra.

Claro, pues los Spurs fueron el equipo que se quedó con el juguete más preciado del verano: LaMarcus Aldridge. El ala-pivot cambió Portland por San Antonio y trajo consigo una atención mediática inusual para los miembros del conjunto texano.

"Nunca he visto tanta gente, tantos nuevos, en el primer día", dijo Tony Parker, que hace apenas una semana estaba disputando el Eurobasket con su selección (Francia). "Me siento bien, obviamente un poco decepcionado porque no pudimos conseguir el oro", remarcó el base, que descansará durante los primeros días del 'training camp'.

Si bien la adición de Aldridge fue una excelente noticia para los Spurs, todavía quedan dudas respecto a cómo se acostumbrará a un estilo de juego muy distinto al que utilizaban los Blazers. "Las sensaciones fueron similares a estar en una montaña rusa, conocer una ciudad nueva y compañeros nuevos, pero es un honor poder jugar al lado de Timmy (Duncan), Tony (Parker) y Manu (Ginóbili)", manifestó el All-Star.

La otra contratación sorpresiva de San Antonio fue David West. El pivot resignó aproximadamente 11 millones de dólares para pasar de Indiana Pacers a los Silver&Black. "La verdad es que no fue una decisión difícil", contó West, agregando que "me tomé mi tiempo para decidir y me di cuenta que ésta situación era lo mejor para mi".

Por último, los Spurs lograron retener a dos jugadores icónicos: Duncan y Ginóbili. El primero decidió mucho más rápido, pero el argentino realmente consideró el retiro, según lo contó él mismo. "No estaba listo para ser un exjugador. Quise encarar este desafío", comentó el escolta. Además, Ginóbili destacó que "el hecho de que pidan por mi, que me quieran de vuelta, significó muchísimo".