Real Madrid y Boston Celtics se volvían a ver las caras 27 años después, en un encuentro entre dos de los equipos más laureados del baloncesto mundial. Allá por el año 1988, y con jugadores de la talla de Larry Bird o Robert Parish, los Celtics se llevaron el triunfo de la capital de España por 96-111, ante un conjunto blanco en el que destacaban hombres como Drazen Petrovic o Fernando Martín.

Este es el séptimo partido de los blancos ante un equipo NBA, con un balance de una victoria y cinco derrotas en los seis encuentros anteriores. Un Real Madrid que llegaba al choque después de perder ante el Unicaja en la Supercopa de España, pero que viene de cosechar la mejor temporada de su historia, alzándose con hasta cinco títulos, todos los que disputaron. Por su parte, el conjunto del estado de Massachusetts se presentaba en Madrid con un equipo joven y en progresión, y que había arrasado al Emporio Armani Milán en la jornada del martes.

Partido típico de pretemporada

Desde los primeros compases del choque quedó patente que este iba a ser un partido marcado por la inactividad, ya que la temporada no ha hecho más que comenzar, y por el cansancio de varios jugadores que venían de disputar el Eurobasket. Ambos entrenadores presentaron varias bajas significativas; Rudy Fernández y Jeffery Taylor por parte de los blancos y Evan Turner y Amir Johnson en los Celtics, aunque esto no les impidió formar con un quinteto de garantías para luchar por la victoria. Llull, Carroll, Thompkins, Ayón y Maciulis fueron los cinco hombres que seleccionó Pablo Laso, mientras que Stevens alineó a Bradley, Smart, Zeller, Lee y Crowder.

Los errores en el pase y en el tiro fueron la tónica predominante en los minutos iniciales, con los Celtics marcando el ritmo de la anotación gracias al acierto de Bradley desde el perímetro. Trey Thompkins era el encargado de liderar la faceta ofensiva de un Madrid que se mantenía firme en el partido, aunque con varios errores en el movimiento del balón, sumando hasta siete pérdidas de balón. La entrada a cancha de Sergio Rodríguez aumentó el ritmo del choque, que llegaba al final del primer cuarto con una ligera ventaja para los de Boston, 23-25.

Mandan los Celtics

Después de unos primeros doce minutos de máxima igualdad, el encuentro se convirtió en un correcalles al inicio del segundo cuarto, con los de Laso manteniendo la intensidad y una ventaja que oscilaba entre los dos y los cinco puntos. La magia del “Chacho” hacía vibrar al público y aumentaba el ritmo de juego, mientras los Celtics comenzaban a romper poco a poco el marcador, liderados por Bradley, que estaba haciendo un gran trabajo en defensa sobre Jaycee Carroll.

Antes de llegar al descanso el conjunto de Estados Unidos comenzó a disfrutar de una ventaja de más de diez puntos, tras varias buenas acciones de Thomas. El Real Madrid, lastrado por su poco acierto en el lanzamiento, logró aguantar el tirón de los visitantes pero comenzaban a dar síntomas de cansancio. Boston llegó al final de la primera parte por delante en el electrónico, 43-54, y mandando en todas las facetas del juego, sobre todo en los puntos anotados desde la pintura (10-30).

Boston rompe el partido

Tras el paso por los vestuarios el Madrid salió dispuesto a disfrutar de la “fiesta”, corriendo y desarrollando su estilo habitual de juego, aunque sin suerte. Los Celtics aprovecharon los fallos en el tiro de su rival para seguir abriendo hueco en el marcador, liderados por Thomas y por un inconmensurable Bradley en el aspecto defensivo, que secó a Carroll durante toda la noche.

David Lee dejó la jugada de la noche con un gran mate sobre Gustavo Ayón, mientras Boston seguía aumentando la ventaja en el marcador. Los triples de Llull, la pelea de Felipe Reyes y la magia de Sergio Rodríguez mantenían al público en el partido, aunque no era suficiente para doblegar a unos Boston Celtics que tenían en su pareja exterior, formada por Thomas y Bradley, su principal arma ofensiva, bien secundados por Lee. Las pérdidas de balón y las continuas interrupciones por las faltas bajaron el ritmo del choque, que llegaba al final del tercer cuarto con una clara ventaja para los visitantes, 69-85.

Sin historia

La ventaja aumentó en los compases iniciales del último cuarto, llegando hasta la veintena de puntos, permitiendo que Stevens diese minutos a los jugadores menos habituales y que gozarán de menos oportunidades cuando empiece la temporada regular, y que cumplieron con creces ya que mantuvieron la intensidad y acabaron de doblegar a un Real Madrid que a pesar de la desventaja nunca dejó de luchar.

El rookie Terry Rozier capitaneó el ataque de los Celtics en el último cuarto, mientras que en los locales, la pelea de Nocioni y el acierto de Thompkins, máximo anotador del encuentro con 24 puntos, maquillaron el marcador hasta el 96-111, el mismo resultado que en el partido de 1988, y que ponía el punto final a una nueva fiesta del baloncesto con la visita a Europa de un equipo NBA. El Real Madrid sumaba su segunda derrota consecutiva antes de comenzar la verdadera competición, que arranca este domingo con la visita del Valencia Basket al Barclaycard Center.

Por su parte, los Boston Celtics se despiden de Europa con dos victorias en dos partidos, dejando una gran impresión de cara a la temporada regular que comienza dentro de veinte días y manteniendo las buenas sensaciones con las que acabaron el curso pasado y que les permitió llegar hasta la primera ronda de playoffs contra todo pronóstico, una meta que intentarán mejorar este curso.