Cuesta entender la NBA sin jugadores altos, pero es una realidad que los pívots no están de moda. La pintura siempre ha sido clave para poder dominar la NBA. Los mejores equipos vendían sus esperanzas de título a los jugadores interiores y depositaban gran parte de sus esperanzas en aquellas enormes manos. El All-Star es una confirmación más de que los gigantones se encuentran en decadencia, pero son varios los motivos que han guiado al baloncesto a dicha situación.

La ausencia de pívots dominantes

Estos últimos años se está asistiendo a una sequía de jugadores interiores, y es que ya quedan atrás aquellos movimientos imposibles en el poste y esas bestias dominando la liga. Lejanos suenan  apellidos  como Ewing, Olajuwon, Robinson, O'Neal, Smits o Mutombo. Esa época dorada de los '80 y los '90 está abandonada, pero en la memoria quedarán los tableros que rompían y los tapones que dejaban.

O`Neal y Mutombo I Foto: buzzfeed.com
O`Neal y Mutombo I Foto: buzzfeed.com

Atrás quedan los años en los que costaba decidir cuál era el '5' más imperial de la pintura. Cierto es que todavía permanecen secuelas de estos jugadores en otros que intentan buscar una imagen semejante, como Andre Drummond o DeMarcus Cousins. Son cada vez menos los equipos que cuentan con esa bestia en la zona, capaz de castigar esos "odiosos" small-ball que tanta fama tienen en la liga hoy en día.

La figura del gigantón de más de 2,10 de altura se ha visto obligada a modificarse. Razón tenía Charles Darwin cuando elaboró su teoría de la "supervivencia del más apto" en la que hablaba que las especies que eran capaces de modificarse sobrevivirían, y así es como los pívots empezaron a meter triples. Es la única forma de llamar la atención en esta década del siglo XXI, y los aficionados se han tenido que habituar a ver jugadores como Cousins y Davis metiendo triples. Lejos permanecen esos tiros libres que destrozaban los tableros y hacían temblar las canastas. Los únicos que siguen con esta buena tradición son DeAndre Jordan, Andre Drummond y Dwight Howard.

DeAndre Jordan lanzando un tiro libre I Foto: NBA.com
DeAndre Jordan lanzando un tiro libre I Foto: NBA.com

Se ha pasado de la época de Shaquille O’Neal, uno de los últimos grandes dominadores de la pintura que ha marcado un antes y un después en la NBA, a la época de los Howard, DeAndre Jordan, Faried, Cousins y compañía. Todos estos son perfiles de jugadores que sí ofrecen un gran espectáculo en determinados momentos, pero que están muy lejos de dominar la mejor liga del mundo.

La epidemia del small-ball

Los Miami Heat y los Warriors ganaron 3 anillos practicando esta técnica

Es un hecho que las franquicias ahora giran en torno a un jugador exterior y ya quedan pocos equipos que depositen todas sus esperanzas de victoria en un perdigón interior. Todo esto ha conducido al small-ball. El concepto de small-ball, en baloncesto, se refiere a un estilo de juego que se caracteriza por la ausencia de un juego interior “real”, con un quinteto más bajito de lo habitual y que, en definitiva, juegan a correr.

Los Warriors de la temporada 2006/07 llevaron este estilo a su extremo llegando a jugar con Stephen Jackson de '4' y Al Harrington de '5'. Precisamente este equipo ahora es uno de los mayores predicantes de esta clase de juego, y con Green jugando de pívot han conseguido alzarse con un Anillo de la NBA.

Un All-Star de "enanos"

Ya no quedan jugadores altos en el All-Star y en los quintetos titulares no habrá ningún jugador que sobrepase el 2,10 de altura. Sorprendente es que el jugador más alto sea Kevin Durant un teórico alero. El árbitro no deberá lanzar la bola al aire muy alta y es que el salto inicial se realizará entre Kevin Durant y LeBron James, dos jugadores que han jugado una gran cantidad de minutos en la posición de '3' a lo largo de su carrera.

Durant y LeBron en el All Star I Foto: USAToday
Durant y LeBron en el All Star I Foto: USAToday

Habrá que ver cómo cambian las siguientes ediciones. Algunas voces de la liga apuntan que ha llegado el momento de separar en las votaciones para el All-Star a los pívots y así garantizar la presencia de un '5' en el quinteto titular. Como la NBA siga evolucionando así, no sería de extrañar que el salto del año que viene lo hagan Isaiah Thomas y Chris Paul.