Sexto enfrentamiento de una serie con muchas más historia de la que incluso cabía esperar. 'Match ball' para unos Trail Blazers cuya temporada ha estado ya muy por encima de las expectativas. Los Clippers afrontaban el choque con la necesidad de ganar en terreno hostil para seguir vivos y sin contar con sus mejores soldados: Chris Paul y Blake Griffin.

Sin dominador claro el marcador no se desequilibra

En los primeros compases del encuentro fueron ligeramente mejor los Clippers imponiendo una marcha más de velocidad. Los locales, por su parte, estuvieron más tranquilos apoyados en un Damian Lillard anotador de dos triples y siete de los primeros nueve puntos de su equipo. Dos faltas tempranas impidieron a JJ Reddick ser protagonista de los primeros minutos y Portland  no tardó en recuperar el mando apoyado por el público con un ambiente idóneo. Austin Rivers entró con ganas desde el banquillo pero un choque con Aminu le deja la cara muy dañada con sangre en la cara, lo que le obligaba a dejar el encuentro tras anotar cinco puntos en cinco minutos. Una característica de estos primeros minutos fueron los pocos puntos y las canastas trabajadas. Un triple Wesley Johnson ponía el 9-14 para los visitantes. Sin embargo, poco iba a tardar Lillard en igualar la situación. Y un posterior canastón de Gerald Henderson hacía el 22-17 obligando a pedir tiempo muerto a Doc Rivers tras un parcial 13-3. Los locales dominaron el rebote ofensivo con un total de ocho capturas en ataque. Un triplazo de Paul Pierce para empatar cuando el cuarto ya agonizaba devolvía la igualdad al marcador.

Los entrenadores no querían ni un sólo momento en que el rival pudiera despegarse aprovechando un buen arreónLos Clippers comenzaron el segundo cuarto aprovechando la superioridad de Jeff Green sobre McCollum cuando este le defendía. Se mantenía la igualdad a la baja por el escaso acierto de ambos equipos de cara al aro, ni siquiera los tiros libres fueron un seguro (fallos de Pierce, Crawford, Crabbe...), los nervios pasaron factura .  A mitad del cuarto se produjo la vuelta de Austin Rivers tras haber sido tratado. Los diversos fallos en ataque hicieron que el marcador reflejara un 37-37 a falta de cuatro minutos para llegar al descanso. Terry Stotts ordenó el 'hack'  a Jordan para aprovechar su escaso acierto en lanzamiento desde la personal. Pasado algo más de tiempo, los equipos mejoraron en ataque liderados por Lillard y Crawford. Con menos de cinco segundos en el marcador, CJ McCollum conseguía una gran canasta tras un buen movimiento dejando atrás al argentino Pablo Prigioni. Con este último acierto llegaba el descanso con los locales dos puntos por arriba. Lillard fue para Portland en estos primeros minutos precisamente eso que los Clippers echan ahora en falta: un líder.

La victoria se hace en pequeños momentos

Buen rendimiento el visto por parte de Austin Rivers en defensa y asistiendo. Un triple lejano Reddick ponía el 53-58 dando un respiro a los Clippers. Poco duró la alegría ya que la respuesta la llevaron a cabo Aminu y Harkless en forma de triple poniendo 62-60 arriba a Portland. Y es que Maurice Harkless estuvo realmente inspirado con once puntos en los cinco primeros minutos de cuarto, dejando una ventaja para su equipo en el marcador de 69-64. Austin Rivers decidió no resignarse y poner el 72-72 con su décimo punto en el cuarto. Además, un posterior triple suyo da ventaja 75-77 a los de Doc Rivers. De nuevo, la respuesta no se hizo esperar y  otro triple Lillard traía de vuelta la igualdad. Siguiendo la tónica general del choque, la alternancia se hacía patente y la inestabilidad del marcador terminaba con los visitantes dos puntos arriba a falta de los últimos doce minutos. Los dos equipos permanecían a la espera de un resbalón rival, ese pequeño instante en que el otro mostrara su debilidad y poder asestarle un golpe definitivo.

Más anotación, más igualdad, menos tiempo

Quedaban doce minutos y daba igual el camino hasta ese momento, la distancia era tan sumamente corta que cada canasta marcaba la diferencia. Jamal Crawford asumió bastante responsabilidad para los Clippers pero se mostró algo fallón. Los entrenadores no querían ni un sólo momento en que el rival pudiera despegarse aprovechando un buen arreón, muestra de ello fue el tiempo muerto solicitado por Doc Rivers justo después de que Allen Crabbe anotara el triple que ponía el 88-85 favorable a los Blazers. A mitad del periodo, los locales tuvieron un momento de lucidez que aprovecharon para poner una ventaja de seis puntos (93-87).  A falta de cinco minutos para el final los Clippers estaban fuera y los Blazers eran equipo de semifinales, gracias a la ventaja de cuatro puntos que se ampliaría hasta los siete con el triple de McCollum; el tiempo muerto posterior de Doc Rivers no pilló por sorpresa.

DeAndre Jordan se impuso como ese hombre que marcara diferencias. El pívot de los Clippers sumó muchos rebotes, especialmente ofensivos dotando a su equipo segundas oportunidades, poco pudo hacer Mason Plumlee ante un rival que le sobrepasó. Del 98-91 se pasó al 98-95 lo cual no es especialmente trágico para los locales, pero Stotts consideró que era mejor frenar el empuje del rival con un tiempo muerto. Llegaban las posesiones decisivas y eso no es fácil de llevar. Mason Plumlee fallaba dos tiros libres, pero el rebote iba a ser para Portland para producirse el triple posterior de McCollum. Cuando parecía que la victoria se quedaría en Oregón, tres malos ataques consecutivos de los locales y la ausencia de perdón por parte de su rival hacían que el marcador mostrase 103-101 a falta de 39 segundos. En la siguiente jugada dos tiros libres de Jamal Crawford igualaban el encuentro a falta de 32 segundos. En el siguiente ataque de Portland falla McCollum tras un buen movimiento pero el rebote en ataque fue para Plumlee quien recibió la falta de Jeff Green  y anotó los dos tiros libres. Crawford no fue capaz de materializar la respuesta y finalmente se impusieron los Blazers.

Con este resultado los Portland Trail Blazers avanzan hasta las semifinales dejando por el camino a unos Clippers cuya plantilla de bastante renombre se ha visto lastrada por lesiones y un nivel mostrado menor de los esperado.