En esta serie de Playoffs de la NBA, los Golden State habían perdido aquella esencia de Warriors que les catapultó a batir el récord de más victorias en una temporada y se estaban dejando atropellar por unos crecidos Thunder. Pues bien, con el (3-1) en el marcador y con la frase de win or go home en la cabeza, los Warriors empezaron el partido más importante de todo lo que llevamos de campaña. Kerr lo tenía claro y en los tiempos muertos lo remarcaba una y otra vez: "movimiento de balón y defensa, movimiento de balón y defensa".
Los nervios estaban presentes. Pese al mal arranque del rival, los Thunder seguían ahí y no se despegaban del marcador en ningún momento. Las defensas cogieron rápidamente protagonismo y se pudo ver una auténtica batalla campal por cada posesión. La mentalidad de Warrior se notaba desde el minuto uno y es que los de Curry dominaban en la primera parte el rebote, la intensidad y especialmente el tiro. La emoción estuvo por todo lo alto, Curry con su toalla en la cabeza se comía las uñas en el banquillo y se marchaba al descanso con malas sensaciones en cuanto al tiro.
Dos contra dos
Kevin Durant anotó 40 puntos
Estas Finales de la Confernecia Oeste tienen cuatro apellidos, Thompson, Durant, Curry y Westbrook. Estos cuatro jugadores están cogiendo el peso de sus franquicias y está determinando el partido hacia un lado o otro. En la pasada noche se pudo vivir de nuevo el duelo entre estas estrellas y en esta ocasión la balanza se decantó hacia el lado de los locales. Los números son parecidos entre los dúos de los dos equipos, sin embargo las aportaciones tanto de Green como de Bogut fueron claves en defensa.
Kevin Durant fue el mejor de los Thunder con 40 puntos, siete rebotes y cuatro asistencias aunque estos escandalosos números no fueron suficientes para adjudicarse la victoria y el pase a la Final de la NBA. Su compañero Westbrook asumió la responsabilidad en algunos momentos del partido, aunque las siete pérdidas que cometió le lastraron en el cuidado del balón. En el otro bando, Curry empezaba falto de ritmo y sin buenas sensaciones el partido, hasta que la mecha se encendió y marcó la diferencia tal y como hacía en Regular Season. Esta puede ser una de las mejores noticias para los Warriors y es que parece ser que el MVP se ha reencontrado con las buenas sensaciones de antaño.
El banquillo marcó la diferencia
Los banquillos también juegan y en esta ocasión el de los Thunder no lo hizo, por un momento la gente de OKC pensó que había vuelto a entrenar a su equipo Brooks ya que los titulares jugaron prácticamente todo el rato. Tanto Westbrook, como Ibaka y Durant disputaron al menos 40 minutos y jugadores muy importantes como Kanter, Morrow o Foye se tuvieron que conformar con no jugar ni 10.
La otra cara de la moneda está en el bando de los locales debido a que el equipo de blanco tuvo un gran aporte de sus reservas. El mejor del banco fue Speights con 14 tantos y un tapón. Los habituales Livingston e Iguodala también desarrollaron su función a la perfección y ayudaron de manera considerable a la victoria. Habrá que ver si esto se repiten en más ocasiones y es el banquillo de los Campeones de la NBA quien es capaz de poner en aprietos a los Thunder.
Hacer posible lo imposible
Este es el lema de los Warriors desde que empezó la temporada 2015/16 y hasta el momento no les ha ido mal. Los de la Bahía han conseguido romper el récord de los Bulls de Jordan y ahora están ante el reto de voltear un (1-3) en contra. Dicen que es muy difícil hacerlo, pero estos guerreros han demostrado que son expertos en hacer posible lo presuntamente imposible. El Game 6 dará mucho que hablar.