Ya están aquí, ya han llegado. Tras todo el año hablando de ellas, las Finales de la NBA 2016  ya son una realidad. Y en ellas, un hombre que quiere reinar por encima de todos, LeBron Raymone James. Por segundo año consecutivo ha logrado meter a sus Cleveland Cavaliers en las finales; y en la mente de Lebron solo cabe la posibilidad de ganarlas. Tiene hambre de revancha, de victorias, de partidos épicos y de demostrar porqué están donde están y porqué para muchos él es el rey.

Los orígenes

El 26 de junio de 2003, en el Madison Square Garden de Nueva York, el mundo de la NBA presenció la llegada de uno de los jugadores más grandes de todos los tiempos. Los Cleveland Cavaliers seleccionaron en el primer puesto del draft a LeBron James, la joven promesa procedente del St. Vincent-St. Mary.  Un año en el que también llegaron sus dos excompañeros Dwyane Wade y Chris Bosh, así como su buen amigo Carmelo Anthony.

Lebron James en el draft de 2003 junto a David Stern (NBA.Com)
Lebron James en el draft de 2003 junto a David Stern (NBA.Com)

Hablamos de un jugador que no necesitó un primer año para amoldarse a la NBA, para ver lo que era jugar con las estrellas, con sus ídolos; sino que desde el primer momento pasó a ser ya una estrella de la liga, con tan solo 19 años.  Desde entonces, Lebron James ha ido desplumando todos los récords posibles, superando a muchs de las leyendas de la NBA en los diferentes aspectos del juego; hasta convertirse hoy, 13 años después, en el jugador letal que todos conocemos.

La hora de la verdad

Sin embargo, LeBron James es consciente de que tan solo tiene 2 anillos de campeón, y eso que ha llegado hasta en seis ocasiones a las finales de la NBA. Este año, en su séptima final, no está dispuesto a dejar pasar la oportunidad. Sabe que estos son los momentos en los que realmente se ve quién es grande y quién no. Es ahora cuando tiene que demostrar que es el mejor, es justo ahora cuando tiene que demostrar que es imparable, que todos los que dicen que es el rey no se equivocan. Dejar a un lado cabreos infantiles, egos y polémicas. Dedicarse a jugar, a anotar, asistir, rebotear, taponar y deslumbrar al mundo.

Este año sabe que ya no es un chaval, que son 31 años, mucha experiencia en Playoffs y muchos galones que asumir. Sabe que enfrente está Curry, los Warriors, el coco. Pero Lebron James, con todo Cleveland a sus espaldas, sabe que los Warriors han estado a punto de quedarse por el camino ante Oklahoma, sabe que no son invencibles, que si son un equipo y van todos a una pueden alzarse con el glorioso título de campeones.  Lo han visto, él lo ha visto, Portland, Oklahoma… han demostrado que Golden State Warriors tiene puntos débiles, le han enseñado a los Cavs y a Lebron que el otro púgil no se protege el costado, que ahí es donde tienen que golpear.

Lebron James, concentrado en el Media Day de las finales (NBA.Com)
Lebron James, concentrado en el Media Day de las finales (NBA.Com)

No va a ser fácil, son plenamente conscientes de ello, pero LeBron sabe que sus mosqueteros, sus caballeros, están listos para la batalla. Llevan meses afilando sus espadas, sabedores de que la gran final les aguardaba. Quieren dar un golpe en la historia, y lograr colocar a Cleveland en el olimpo del baloncesto, concediéndole a toda la afición de “The Q” el primer Anillo de la franquicia. Es la tercera vez que se  meten en las Finales de la NBA, y ahora más que nunca tienen que confiar en ese  “a la tercera va la vencida”, que esta vez les toca a ellos. Los seguidores de Cleveland quieren ver traducido en un anillo todo lo que significa su líder.

Nacido para liderar

Un Lebron James que fue nombrado Rookie del año tras ganar el premio al Rookie del mes durante toda la temporada. Un jugador que ha sido el más joven lograr 1000 puntos, y luego los 2000, los 3000… y así hasta los 26000. El jugador que antes ha alcanzado los 26000 puntos y que no se pone límites en seguir sumando.  Se encuentra en el puesto número 11 en la lista de máximos anotadores de la historia en la NBA, además del sexto máximo anotador en Playoffs y el número 10 en la lista de máximos asistentes en Playoffs. Es a todos estos logros a lo que se agarran todos y cada uno de los fans de Cleveland Cavaliers. Quieren ver por fin a Lebron James levantando la copa en el Quicken Loans Arena. Soñar es gratis, dicen algunos, pero desde luego que este sueño no va a ser gratis. LeBron James y Cleveland deberán dar lo mejor que tienen dentro, olvidar los fantasmas del pasado, la derrota de la temporada pasada; y el mundo observará si lo consiguen.