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Cuando los alemanes no mandaban en el Gran Circo

Hubo una época donde el alemán quedaba a un lado y eran otros los que triunfaban en la Formula 1. Esta tuvo lugar tras el aplastante dominio de Michael Schumacher al comienzo de este siglo, época que se ha encargado de cerrar durante estos últimos años el propio Sebastian Vettel. Quedan un poco lejos los mundiales de Alonso, Raikkonen y compañía. Parece que estamos ante una nueva era alemana en el mayor espectáculo sobre ruedas.

Cuando los alemanes no mandaban en el Gran Circo
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Por Javi Yilma

Oír hablar de Michael Schumacher es oír hablar de uno de los mejores pilotos de la historia, el mejor a lo que a títulos se refiere. El alemán estaba marcando un antes y un después respecto a la historia de la Formula 1. La manera de abrumar a sus rivales con su bólido rojo fue histórica, tanta que muchos llegaron a pensar que no íbamos a ver a un piloto con tal superioridad a lo largo de un tiempo. En Benetton se hizo un nombre en la lista de los mejores, pero con Ferrari alcanzo la cima en la que sigue manteniéndose.

Después de no tanto tiempo, de seis años para ser más exactos, estamos ante otra era de dominio alemán, esta vez protagonizada por Sebastian Vettel. El de Heppenheim no esta teniendo piedad con sus contrincantes y compañeros y, acompañado de una de las maquinas de la ingeniera más potentes de la historia de este deporte, esta dispuesto a seguir sumando y alcanzar a su ídolo, paisano y referencia, el anteriormente mencionado Michael Schumacher. Allá por el 2010 sonaba a palabras mayores, pero contando con una de las mentes privilegiadas de este mundo como es la de Adrian Newey nada es imposible para la joven perla de tan solo 26 años.

Mientras estos dos portentos del volante en todos los sentidos han ido acaparando todos los focos durante esta ultima década y principio de siglo, hubo un tramo durante los años 2005 y 2009 donde el protagonismo y las victorias eran de otros. Parece increíble que gente como Hamilton y Raikkonen solamente tengan un campeonato mundial o que el propio Alonso se haya quedado estancado en los dos cetros. Mucha culpa de todo esto la tienen los dos pilotos alemanes, uno en el pasado y otro en el presente.

Fernando Alonso acabó con el monopolio de 'Schumi'

Una temporada antes de ganar su primer titulo mundial con Renault, Alonso ya dejó buenas sensaciones en el año 2004 finalizando el campeonato en el cuarto puesto. El coche era competitivo y estaba en las mejores manos jóvenes de la parrilla. Durante la pretemporada la gente ya empezaba a sospechar que estaban ante una nueva era en la Formula 1, la era de Fernando Alonso. Acabó a las primeras de cambio con un Schumacher que notó signos de debilidad a lo largo de la temporada. El español acabó la temporada con un total de 7 victorias, lo cual le permitió doblar en puntos al pitolo alemán al final de año.

El verdadero rival en el año 2005 fue Kimi Raikkonen. El finlandés, tras un inicio un tanto irregular, a la larga consiguió mantener la regularidad en las ultimas pruebas quedándose a 22 puntos del español. Las siete victorias lo justifican, las mismas que Alonso.

Michael Schumacher sufrió uno de sus peores años de su carrera. Vio como perdía el campeonato a manos de un joven e inexperto piloto mientras el tiempo pasaba y los años no perdonaban. Solamente pudo ganar una carrera, la histórica carrera de EE.UU donde solo corrieron los monoplazas que disponían de neumáticos Bridgestone, es decir, Ferrari, Jordan y Minardi.

Tras el verano lleno de trabajo para mejorar el monoplaza y devolver a 'Schumi' al lugar de donde nunca tuvo que bajarse, la temporada 2006 se afrontaba con más optimismo que la anterior en la escudería italiana. La regularidad mantenida por el piloto alemán durante todo el año le mantuvo con opciones hasta las ultimas carreras, pero Fernando volvió a imponerse convirtiéndose en el piloto más joven en ganar dos campeonatos. Todo lo que se le reprochó a Schumacher durante la temporada pasada, en esta no era valido. Contaba con un coche en igualdad de condiciones que el de su rival, exceptuando los neumáticos. Finalmente se quedó a 13 puntos del español, ya que el abandono y posterior victoria de Alonso en Japón le condenó.

Varias carreras antes, Michael Schumacher desveló en publico en la rueda de prensa posterior al gran premio de Italia su futuro. Se especulaba sobre una retirada o un cambio de escudería para dejar de optar al titulo. El propio piloto optó por la primera, dejando en shock a todos los espectadores, y poniendo fin a la carrera automovilística del piloto más laureado de la historia de este deporte. Todo lo que él dio por la Formula 1, el propio deporte se lo ha devuelto a base de mundiales. Sin lograr el mundial en su ultimo año, pero dejando todo lo que tenia y más, con siete mundiales puso fin a su carrera.

En el año 2006 debutó una escudería que ahora está dando mucho de que hablar, Red Bull Racing, con el veterano Coulthard y Christian Klien.

Kimi Raikkonen, el beneficiado en el año de la trifulca integra de McLaren

Todos conocemos o hemos oído hablar , hasta los no seguidores de este deporte, sobre el conflicto entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton en McLaren. El español llegaba como vigente campeón del mundo y como primer piloto a Woking, pero las ganas de hacerse un hueco lo antes posible en el Gran Circo de Lewis Hamilton les costó una mala pasada a ambos. Sus diferencias tanto dentro como fuera del box y de la pista eran evidentes, y la falta de experiencia y el no saber convivir le dejó el titulo en bandeja a Kimi. El finlandés fue a remolque durante toda la temporada, sin hacer ruido y dejando el protagonismo a otros, caracterizado por su conocida frialdad en todos os ámbitos.

A falta de dos carreras, Hamilton tenía el mundial prácticamente en bandeja. Disponía de una ventaja de 12 puntos sobre Alonso y de 17 sobre Raikkonen. Tras el abandono del inglés en Japón, a falta de una apasionante carrera en Brasil la situación era perfecta para vivir una carrera de infarto. 

Se acercaba Brasil y todos estaban con las espadas en alto. La pole no fue para ninguno de los contrincantes, se la llevó el brasileño Felipe Massa, pero el orden de salida fue el siguiente: Hamilton – Raikkonen – Alonso. La carrera fue dominada por los dos Ferrari desde principio a fin, sacando una gran ventaja a sus rivales, lo que le dio el título mundial a Kimi Raikkonen. El finlandés se favoreció de una salida de pista de Lewis Hamilton en la tercera curva, en lucha con su compañero Fernando Alonso y por los problemas en su caja de cambios durante una vuelta, lo que le hizo acabar en séptima posición y perder el Mundial, además de ser doblado por Kimi.

El toque de atención para ambos pilotos de Woking fue importante y, para evitar futuros problemas, Alonso puso rumbo a Renault, con el sueño de volver a vivir tiempos pasados.

Hamilton se resarció un año después ante un combativo Massa

Tras un debut inesperado y sorprendente lleno de anécdotas en la Formula 1, llegaba a 2008 como, ahora si, el jefe de McLaren Mercedes. Alonso puso rumbo a Renault para intentar dar el salto al tercer titulo mundial, pero esa vez el coche no iba a ser de gran ayuda. Fernando acabó el año quinto, con solamente dos victorias y tres podios, sin apenas tener ninguna posibilidad de llevarse el campeonato durante todo el año. Su puesto en McLaren estuvo cubierto por Kovalainen, antiguo piloto de Renault.

Todo lo contrario pasó con Felipe Massa. En principio, Kimi Raikkonen, vigente campeón del mundo, iba a ser el líder de Ferrari; pero el tiempo y las carreras fueron dando protagonismo al brasileño. Felipe era un novato en este tipo de circunstancias, pero supo manejarse con gran soltura con su Ferrari y una carrera de locos en Brasil le privó del mundial en su mismo país.

Tras un año extraño en muchos ámbitos, llegó el gran premio de Brasil, en mi opinión, con uno de los finales más vibrantes y espectaculares de la historia. Hamilton llegaba con 94 puntos, sobre los 87 de Massa. Una carambola un tanto extraña necesitaba el brasileño para proclamarse campeón del mundo en su propio país.

El fin de semana no comenzó mal en la capital del Amazonas: Massa lograba la pole y Hamilton iba a salir cuarto. Massa dominaba la prueba pero el campeonato seguía siendo del británico, cuando un cambio de meteorología trastocó los planes de muchas escuderías. Muchas optaron por entrar a cambiar de compuesto de neumáticos, pero otros como Timo Glock, protagonista final, optaron por algo diferente. Lewis Hamilton encomendándose a la épica, remontó posiciones hasta llegar a donde se encontraba Glock, para así pasarle en la ultima curva del circuito y proclamarse campeón del mundo. Las lagrimas y felicitaciones de Massa a su gente durante el podio quedarán para los libros de historia y en la retina de muchos amantes del deporte, yo incluido.

Durante esta temporada presenciamos el nacimiento de una estrella. Ese mismo era Sebastian Vettel, el actualmente cuatro veces campeón del mundo. Consiguió su primera pole, acompañada un día después con la victoria en Monza, el templo de la velocidad, con un poco competitivo Toro Rosso.


 

Button y Brawn se impusieron en un año gris para este deporte

No fue un año que pasará a los libros de historia. Posiblemente el año más aburrido pero a la vez de impredecible de la primera década del nuevo siglo. Nada, absolutamente nadie diría yo, iba a pensar que un coche nuevo en la parrilla con dos pilotos veteranos iba a lograr el primer y tercer puesto de un mundial. Ross Brawn volvió al Gran Circo creando Brawn GP, escudería que duró solamente un año pero que pasará a la historia por lograr el campeonato. Fue un año marcado por los difusores, la famosa pieza que iba colocada en una altura un poco por debajo del eje de giro de las ruedas traseras y un poco por detrás del mismo que permitía ganar aerodinámica.

Varios coches optaron por este tipo de piezas al comienzo de la temporada. Los beneficiarios fueron Brawn GP, Red Bull Racing, Toyota y Williams. Los dos últimos duraron varias carreras arriba, pero las dos primeras escuderías mencionadas ocuparon las cuatro primeras plazas a final de temporada. A Button le bastó que su coche rindiera medio año a tope para ganar el campeonato, ya que después del parón veraniego Red Bull empezó a dar los signos de superioridad que todavía mantienen en la actualidad. Sebastian Vettel solo pudo lograr el subcampeonato, a 11 puntos del británico, algo que a estas alturas de su carrera seguro que le supo a poco.

Sorprendente fue el nivel mostrado por Ferrari y McLaren a lo largo de la temporada, pero sobre todo en el primer tercio. Ferrari necesitó llegar hasta Bahrein para puntuar, mientras el escudería de Woking no puntuó en 5 de las 8 primeras carreras. Situación alarmante para las dos escuderías más laureadas de la historia de la F1. Finalmente, McLaren consiguió dos victorias, ambas de Hamilton, y Ferrari se tuvo que conformar con la conseguida en Spa por Kimi Raikkonen. Situación igual de alarmante para Alonso y Renault al principio, pero circunstancia que se mantuvo a lo largo del año. Fue, con diferencia, el peor año del español en la Formula 1. No logró ninguna victoria, solamente un podio celebrado por todo lo alto en Singapur. Todo hacía presagiar que lo mejores tiempos de la escudería francesa habían terminado y que Fernando iba a buscar una salida. Se cumplió y el bicampeón puso rumbo a Maranello.

En definitiva fue el año de Brawn por lo logrado, pero también fue el año que descubrimos el verdadero potencial de Vettel con un coche competitivo. El mundial no estuvo muy lejos, aunque solamente necesitó un año más para lograrlo.


 

Daba comienzo una nueva era alemana

Sebastian Vettel, la pesadilla al volante de todos los españoles en estos últimos cuatro años. Red Bull, la maquina de ingeniera más prodigiosa del momento. Adrian Newey, el creador y diseñador de la maquina pilotada por 'Seb'. Si juntamos todos estos elementos nos encontramos con una mezcla historia, portentosa y llena de logros, si no preguntáselo al propio Alonso. En Ferrari ha encontrado el lugar idóneo fuera de los circuitos. Es un icono mundial por la historia y el tirón de Ferrari por todo el mundo. A pesar de eso, no es suficiente. Ahora mismo nadie se ve capaz de desbancar de los alto a este trío mágico. Si hay alguien capaz de hacerlo ese es el español; pero eso si, tiene que estar acompañado de lo mejor y, hoy por hoy, Ferrari no es capaz de dárselo. ¿Llegan ustedes a imaginar que bonita sería una lucha entre estos dos pilotos en igualdad de condiciones? Posiblemente no, porque no hemos tenido la oportunidad de verlo; lo que si hemos contemplado es un hándicap en toda regla, un tres contra uno que las manos mágicas de Fernando no son capaces de lidiar.