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Fernando Alonso y el espíritu de Stirling Moss

El piloto asturiano consiguió en este 2013 su tercer subcampeonato del mundo. Hace ya siete temporadas que el de Ferrari no se alza con el cetro mundial y las esperanzas de que vuelva a hacerlo han ido menguándose año tras año. El español comienza a sentir la frustración propia de ser reconocido como el mejor piloto y no tener los medios necesarios para certificarlo en la pista.

Fernando Alonso y el espíritu de Stirling Moss
(Foto: Santi Alfranca | VAVEL)
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Por Adrián Ruiz

Poca es la gente que no conoce el nombre de Fernando Alonso. El piloto asturiano es un icono del deporte, no sólo nacional sino también a nivel mundial. Considerados por muchos expertos como uno de los mejores pilotos que este deporte ha dado, el asturiano ha visto como a lo largo de los años su superioridad teórica se veía diluida en la pista. Y no porque Alonso no haya estado a la altura. Sino que por H o por B, el español ha contado en pocas ocasiones con un coche que le permitiese luchar cara a cara con los dominadores del gran circo en los últimos cuatro años, Red Bull.

Los más críticos dirán que es Alonso el que no ha estado al nivel que se le exigía y que se ha visto superado una y otra vez por pilotos de mayor habilidad. Sus defensores, afirmarán que el hecho de que el español no haya ganado ningún título desde 2006, es debido a la incompetencia de las escuderías en las que ha militado. Probablemente no será ni una cosa ni la otra. Desde que abandonara Renault en 2006, Alonso ha pasado por tres equipos distintos (McLaren, de nuevo Renault y finalmente Ferrari). Siete temporadas en las que ha estado al frente de tres de los equipos más laureados de la historia de este deporte. En el caso de la escudería francesa, a pesar de tan sólo contar con dos mundiales como equipo oficial (los cosechados por Fernando Alonso), poseen en sus vitrinas hasta 11 cetros mundiales como proveedores de motores. Cualquiera que no haya seguido la F1 desde cerca, podría afirmar que el asturiano es simplemente un piloto venido a menos a lo largo de los años. Sin embargo, todos aquellos que sí que han visto las carreras año tras año, coincidirán en que Alonso no ha tenido precisamente una carrera plácida desde que llegó al gran circo.

Los años ‘placenteros’

Fernando Alonso llegaba a la F1 de la mano de Flavio Briatore en 2001. El agente italiano que por aquel entonces ya dirigía la escudería Renault, le consiguió al asturiano un asiento oficial en la escudería Minardi F1. Tras su año de ‘fogueo’, Alonso pasó a ser piloto de pruebas del equipo francés en 2002 para convertirse en piloto oficial en la temporada de 2003. Un año, 2003, que sería testigo del nacimiento de una estrella. Fernando Alonso batió todos los records de precocidad y se convirtió en el piloto más joven de la historia en conseguir una pole (Malasia 2003), una vuelta rápida (Canadá 2003) y una victoria (Hungría 2003). 2004 se convertiría en un año de transición en el que el piloto de Renault no pudo alzarse con ninguna victoria a lo largo del año.

No obstante, 2005 sería el año de su consagración entre los grandes del deporte español y de la F1. El asturiano se erigió como el campeón del mundo más joven de la historia y el primer español que lograba tal hito. 2006 volvió a ser su año y se proclamó campeón de nuevo, esta vez con menos holgura que la temporada anterior. A lo largo de 2006 anunció su marcha a McLaren la campaña siguiente lo cual supondría, a la postre, el mayor error de su carrera deportiva.

McLaren, el principio de la sequía

El año 2007 estuvo lleno de controversias en el equipo inglés. El duelo frenético entre el campeón del mundo Fernando Alonso y un recién llegado Lewis Hamilton, provocó que el español abandonará la mítica escudería inglesa tan sólo una temporada después de su llegada. Ambos pilotos llegaron a la última carrera con opciones de coronarse campeones del mundo pero fue finalmente el Ferrari de Kimi Räikkönen el que se alzaría con tal honor por tan sólo un punto de diferencia sobre los hombres de las flechas plateadas.

Tras la debacle en McLaren, Alonso se vio obligado a regresar a Renault donde pasó dos años de transición en las que no tuvo ni la más mínima influencia en la lucha por el título mundial. El de Asturias apenas fue capaz de cosechar dos victorias y otros tantos podios a lo largo de las temporadas 2008 y 2009. Sin embargo, a finales de 2009 se confirmaba la noticia tan deseada por los aficionados del piloto asturiano. Ferrari, la escudería más laureada de todos los tiempos, hacia oficial la llegada del español. La agonía de Alonso parecía que llegaba a su conclusión y por fin tendría un coche para pelear por volver al lugar del que nunca debería haberse ido, la lucha por el mundial de F1.

No obstante, la empresa no iba a ser tan sencilla. Alonso lleva en Ferrari cuatro temporadas en las cuales tan sólo una ha luchado verdaderamente por el mundial en una. En su primer año rozó el título pero una triquiñuela de Red Bull en la última carrera dejaba al español a las puertas de la gloria y coronaba a Sebastian Vettel como el campeón más joven en la historia de este deporte (superando precisamente al asturiano). De todos modos, el rendimiento a lo largo del año proporcionaba esperanzas para creer la temporada siguiente. Sin embargo, Vettel y su Red Bull arrasaron a lo largo de todo el año en una de las temporadas menos competidas desde que Jenson Button se proclamara campeón en 2009 con su Brawn.

2012 volvió a ser un año esperanzador en las aspiraciones de Alonso para alzarse con el título de nuevo. El español se presentaba en Brasil con todavía opciones de arrebatarle el liderato y por lo tanto el cetro al bicampeón Sebastial Vettel. A pesar de que durante parte de la carrera el piloto asturiano se encontraba en posición de conseguirlo, una remontada espectacular del alemán volvía a dejar a Alonso a las puertas del tricampeonato y se tenía que conformar con el subcampeonato por tan sólo tres puntos de diferencia.

El año 2013 ha sido prácticamente una copia de 2011 pero con un Vettel mucho más desatado y experimentado al mismo tiempo. La temporada del alemán ha sido simplemente excepcional y no ha dejado ni la más mínima opción a sus rivales. Aunque Alonso luchó hasta el final, las malas clasificaciones hacían que tuviera que forzar mucho en carrera para alcanzar el podio. Sin embargo, por más que remara contra la corriente, un segundo puesto parecía ser su límite ya que Vettel no daba pie a nada más. El de Red Bull arrasó en las últimas nueve carreras, venciendo en todas (algo que nunca nadie antes había conseguido) y proclamándose tetracampeón del mundo a falta de tres carrera para el final de la temporada. De nuevo Alonso tenía que saciar sus ansías de título con un subcampeonato más. El tercero de su carrera deportiva.

Al igual que poca gente no conocerá a Fernando Alonso, poca gente sí conocerá a Stirling Moss. El piloto inglés corrió durante diez temporadas en la categoría reina del automovilismo. Diez años en los que cosechó hasta 16 victorias y 24 podios. Además, consiguió cuatro subcampeonatos y tres terceros puestos. Stirling Moss es conocido en el mundo del motor por ser el piloto más grande de la historia de entre aquellos que nunca consiguieron un título mundial. Y es que el piloto londinense se quedó a las puertas en cuatro ocasiones, más los tres terceros puestos de hacerlo. Sin embargo, nunca lo logró.

Obviamente, los casos de Stirling Moss y Fernando Alonso no son perfectamente comparables ya que este último sí que ha logrado, hasta en dos ocasiones, alzarse con el título de campeón del mundo. No obstante, si comparamos la trayectoria deportiva del piloto asturiano desde que partió hacía McLaren en 2007 con la del piloto londinense, podemos ver que los resultados son, cuanto menos, parejos. En los últimos siete años en el gran circo, el español ha logrado tres subcampeonatos y un tercer puesto mientras que el inglés consiguió cuatro subcampeonatos y tres terceros puestos. Alonso está a tan sólo un subcampeonato de igualar los números de Moss. Desafortunadamente para el asturiano, el dominio de Red Bull y Sebastian Vettel podría hacer que finalmente el de Ferrari igualara los registros que dejó el gran piloto inglés.

A Alonso aún le pueden quedar entre dos y cuatro años al máximo nivel en el gran circo. Unas temporadas que servirán para dirimir si el de Asturias entra a formar parte del olimpo de pilotos de la F1 o se queda entre aquellos que fueron grandes pero no eternos. A pesar de que, como ya hemos dicho antes, muchos expertos consideren al español como uno de los más grandes, los títulos mundiales son siempre el baremo que separa los mitos de los talentosos. Todo gran aficionado a este deporte coincidirá en que aunque conseguir dos cetros mundiales y aunar las habilidades que Alonso posee es algo reservado a los más grandes, las estadísticas son las que finalmente preservan a los largo de la historia.

En la tabla de pilotos con más títulos mundiales, Alonso ocupa la posición 15º compartiendo bicampeonato con hasta otros seis pilotos. Una posición no muy destacada y no acorde a un piloto de tal calibre según los que más saben de este deporte. No obstante, el piloto asturiano aparece en las posiciones más altas de otras estadísticas importantes dentro del mundo de la F1. Es el quinto piloto con más victorias (32) y el tercero con más podios (95) a tan sólo 11 del segundo (Alain Prost). Además, es el piloto que más puntos ha conseguido en la historia de la F1. Obviamente, este hecho es un poco virtual debido a los cambios en el sistema de puntuación a lo largo de la historia. Sin embargo, si todos los pilotos a lo largo de la historia de este deporte hubieses puntuado según el método utilizado actualmente, Fernando Alonso aún sería el tercero con más puntos en la historia a tan sólo 18 puntos del segundo clasificado (de nuevo Alain Prost). No hace falta decir que el piloto que lidera todas las estadísticas no es otro que el heptacampeón Michael Schumacher. Aunque parece que si hay algún otro piloto capaz de desafiar ese dominio, no es otro que su compatriota y tetracampeón Sebastian Vettel.

Veremos pues si Alonso es capaz de deshacerse de esa, llamémosla, condena que no le ha permitido cosechar ningún otro título mundial desde que dejó Renault en 2006 y así poder evitar cualquier tipo de comparación, por mínima que sea, con el piloto inglés Stirling Moss y su colección de subcampeonatos y terceros puestos en el campeonato del mundo.

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