Antes de comenzar a relatar los hechos, conviene situarse en el tiempo. Semana de Gran Premio. Durante los lunes, martes y miércoles, los seguidores de la Fórmula Uno y en especial de la Scuderia Ferrari, pueden observar como los especialistas de la prensa italiana, alemana, inglesa y española, hablan en los medios de comunicación donde colaboran, acerca de las mejoras que supuestamente Ferrari va a introducir en ese Gran Premio.

Generalmente por regla general, Fernando Alonso suele ser muy precavido, quizás debido a la experiencia que ha acumulado de fracaso tras fracaso en estos cinco años que lleva en Ferrari, y durante la rueda de prensa oficial del equipo del jueves, procura no crear grandes expectativas acerca del posible rendimiento que pueda demostrar su monoplaza durante el fin de semana.

Sin embargo, los resultados del viernes suelen no darle la razón al piloto español, debido quizás principalmente a la costumbre de Ferrari de rodar con menos gasolina que sus rivales durante los Libres 1 y 2 para aumentar la confianza de sus pilotos con el coche, en especial con Kimi Raikkonen. Los buenos resultados llegan, y todo el pesimismo que había inundado el box italiano tras la conclusión del último Gran Premio desaparece tras ver como Alonso y Raikkonen terminan arriba en la tabla de tiempo de la jornada del viernes.

Da la sensación de que por fin los de Maranello han encontrado el rumbo a seguir y pueden ser unos firmes candidatos a la última plaza del podium de la carrera del domingo (las dos primeras están reservadas salvo desastre grandioso para Mercedes).

No obstante, suele decirse que se pilla antes a un cojo que a un mentiroso, y la jornada de clasificación del sábado suele devolver del dejavu emocional del viernes a Ferrari, dejando un parónama poco alentador para los intereses de la escudería más laureada de la historia de la Fórmula 1 que suele terminar en tragedia o drama el domingo una vez finalizada la carrera. Y tras ello (ahora los tifosis no pueden pedir la dimisión de Domenicali) suele llegar siempre la misma pregunta: ¿Qué le pasa a Ferrari?.

“Necesitamos dar un paso adelante” o “Vamos a trabajar día y noche y vamos a hacer lo que podamos" son algunas de las declaraciones que carrera tras carrera normalmente suele realizar Fernando Alonso, ya que a Kimi Raikkonen ni se le aguarda ni se le espera, acostumbrado más el finlandés a responder con monosílabos las cuestiones lanzadas por los periodistas acerca de su rendimiento.

De esta manera, con semblante serio, el activo más importante actualmente de Ferrari, da explicaciones carrera tras carrera acerca de la poca competitividad de los monoplazas rojos, intentando demostrar la mejor de sus sonrisas ante las cámaras, cuando su lenguaje corporal indica todo lo contrario.

Sin embargo, en este Gran Premio de Canadá, pudimos observar como Fernando Alonso se paseaba por el paddock con el casco puesto tras otra carrera para olvidar. Quien ha visto un par de carreras de automovilismo, sabe que cuando esto ocurre, el piloto intenta ocultar sus sentimientos. "Demasiado despacio en las rectas", “La verdad es que era como ir con lastre”, para finalizar con un "a nivel personal, intentar acabar por delante de mi compañero y luego irme a casa" ya una vez quitado el casco.

Para el fan del piloto asturiano, cada año perdido es una losa

Ferrari se presentaba en Canadá como aquel alumno que le han quedado varias asignaturas para septiembre por no haberse esforzado lo suficiente durante el curso académico. Su presidente, Luca Cordero di Montezemolo, hombre carismático donde los haya, había anunciado durante su visita a España, una gran mejora para este Gran Premio. La fecha y hora clave habían llegado. Era esta la carrera que, se esperaba, podría suponer un paso adelante en el rendimiento del F14 T, pero la realidad de nuevo fue más dura que la ficción.

Mientras los espectadores y asistentes al circuito de Gilles Villenueve asistían ayer quizás a la mejor carrera disputada hasta la fecha, en parte debido a los problemas mecánicos sufridos por ambos Mercedes cuando rodaban con una amplía ventaja en las dos primeras posiciones, los monoplazas italianos veían desde la distancia como los Vettel, Ricciardo, Massa, Perez … luchaban por las primeras posiciones.

¿Y por qué?, se preguntarán ustedes. La respuesta es fácil: la mejora prevista para el F14 T en materia de refrigeración (nueva cubierta del motor y pontones laterales) y aerodinámica, no había podido ser montada en el coche rojo por las temperaturas tan altas acontecidas en Montreal durante este fin de semana. El resultado de 10-12 semanas de trabajo en el túnel de viento tirado a la basura porque los ingenieros de Maranello no habían pensado que quizás en verano suele hacer más calor que en el resto de estaciones del año. La desidia de Ferrari.

Historicamente, en Ferrari lo de ganar títulos no es una costumbre como pueda parecer por los éxitos recientes, sino más bien algo extraordinario. 21 y 16 años llevaban los italianos sin ganar un mundial de pilotos y constructores hasta que Michael Schumacher rompió esta racha allá por el año 2000. La historia empeora si nos remontamos antes de la llegada de Schumacher a la escudería italiana: la mayor racha de títulos de constructores consecutivos era la que tuvo lugar entre 1975, 1976 y 1977 y solamente Alberto Ascari había conseguido repetir corona (1952 y 1953).

Sin embargo, pocos negaran que Ferrari sigue siendo una leyenda. Se dice que todo piloto ansia correr para la Scuderia, que ganar un mundial con ellos es diferente al resto. Y quizás esto sea lo único que mantiene ligado a Fernando Alonso a la Scuderia. La historia de la Fórmula 1 confirma que los ciclos históricos de éxito se forjan con años de anticipo. El piloto asturiano hablaba recientemente del trabajo de Ferrari para forjar el suyo, pero el panorama actual en Maranello permite dudar que pueda iniciarse en un corto periodo de tiempo.

En la escudería italiana deben cambiar muchas cosas, empezando por la reestructuración en marcha que está llevando a cabo el recién llegado Marco Mattiacci. Mientras esto ocurre, me pregunto si a estas alturas el tifosi más acérrimo todavía conserva la esperanza de ver a Ferrari campeonar a corto plazo. Porque para el fan del piloto asturiano, cada año perdido es una losa: el tiempo pasa y no saben si Ferrari logrará llegar a tiempo para que Fernando Alonso gane al menos un titulo con ellos o será un recién llegado el que herede todo el esfuerzo y trabajo realizado.

Suele decirse que una persona debe procurar estar siempre en el sitio justo y en el momento adecuado. Hace demasiados años que el asiento de Ferrari no parece que sea el sitio adecuado para ese justo momento. Esperemos por el bien de la competición que esto cambie. Mientras esto ocurre, en Ferrari tendrán que sufrir "carrera a carrera" al más puro estilo Cholo Simeone su desidia particular.

FOTOS: La vanguardia, tresruedas.files.wordpress, Mundo deportivo, vivelohoy y @FranChuvi10