Adelantamientos. Pausa. Sustos. Preocupación. Adelantamientos, adelantamientos, adelantamientos. Problemas de fiabilidad. Tensión. Emoción. Festejo del público local. Un breve telegrama sería un mal comentarista de un Gran Premio de Gran Bretaña que comenzó con una marcha de más, tuvo que detenerse para coger aire y acabó con unos de los mejores duelos de la temporada. Pero vamos por partes. Lewis Hamilton completó una gran remontada, consiguió la victoria en casa y volvió a colocar su nombre a la altura de Nico Rosberg como el candidato que más suena a campeón del mundo. Y también le ganó a los problemas de fiabilidad, esos que sufrió en carne propia en los Libres 2 y que atacaron al alemán de Mercedes en el ecuador de la prueba. A su lado, Valtteri Bottas y Daniel Ricciardo terminaron segundo y tercero, respectivamente, empleando también los adelantamientos como credenciales para opositar al podio.
Los problemas de fiabilidad volvieron a ser el más firma competidor de Mercedes
Si hay una palabra que describa a la perfección la carrera de Silverstone, esa es “vértigo”. Vertiginosa fue la salida, con Hamilton, Magnussen y Button arrasando a sus rivales en las primeras curvas. Vértigo fue lo que sintieron todos los presentes al observar el aparatoso accidente de Räikkönen y Massa en la recta anterior a la curva 6. Vértigo habrán experimentado Alonso y Vettel en una lucha por el quinto puesto que tuvo sabor a título mundial. Pero también vértigo es lo que debe estar deambulando por el garaje de Mercedes al observar la presencia de un único enemigo en las últimas semanas: la fiabilidad. Nico Rosberg debió abandonar mediada la carrera por problemas en la caja de cambios, los mismos que experimentó Hamilton el viernes.
El Gran Premio de Gran Bretaña es una cita marcada en el calendario por su condición de 'mítica'. Además, con el añadido de que la 'pole' asegura la victoria solo en contadas ocasiones y la posibilidad de encontrar algún chaparrón disperso, el espectáculo no podía fallar. Y no lo hizo desde la misma largada, que modificó el plan original de toda la parrilla. Primero, por los numerosos adelantamientos en solo cinco curvas; luego, por el accidente de Räikkönen, que se salió de pista dos veces, chocó con las protecciones y al quedar dando trompos en medio del trazado se llevó a Massa y sus 200 grandes premios por delante. El de Ferrari sufrió 47G de fuerza en el choque, varias contusiones y, a falta de confirmación oficial, no estará en los test de este miércoles. Bandera roja y a esperar una hora a que los comisarios arreglaran el guardarraíl, tan mágico por su condición de salvavidas del finlandés como por el tiempo dedicado para repararlo. La segunda salida sería en movimiento y detrás del Safety Car.
El accidente de Räikkönen obligó a parar la carrera más de una hora
El parón pareció alimentar las ganas de velocidad de Hamilton. El inglés, que había conseguido escalar dos posiciones en la salida, se libró de Magnussen y Button en menos de dos vueltas y, con la segunda plaza bajo el brazo, se dispuso a atacar a un Rosberg que luego le dejaría la pista libre y la puerta del mundial abierta. Metros más atrás, la locura. El contador de adelantamientos se estropeó de tanto dar al botón. Bottas estaba haciendo su mejor carrera en esta temporada y se colaba en el podio tras salir en la 14º posición. Alonso, por su parte, sorteaba monoplazas de colores como si fueran coches de choque y, pese a recibir un 'Stop and Go' de cinco segundos por colocarse mal en la salida, ponía su nombre entre los seis primeros tras largar 16º.
¿Qué hubiera ocurrido sin los errores estratégicos de Williams y Ferrari en la clasificación? Bottas encontró la respuesta con la segunda posición; Alonso, el duelo del año con Sebastian Vettel por la quinta posición. Una batalla digna de ser narrada. Una lucha simbólica por diez puntos que hace unos años habrían significado la victoria. Una veintena de giros que comenzó en igualdad de condiciones, pero terminó en superioridad del de Heppenheim por contar con neumáticos más frescos. Una lección de pilotaje de las que captan pilotos para las canteras, con la que muchos niños correrían a tironear las faldas de su madre y le dirían “yo quiero ser como él”, señalando a dos locos en la televisión. Un pulso de valentía que terminó en un rueda con rueda con acelerador a fondo por Luffield y Woodcote, y que tenía Copse como fecha de caducidad. Lo ganó Vettel, pero fue un premio para los ojos de todos que gritaban “avanti” con cada trazada defensiva de Alonso.
Alonso y Vettel regalaron uno de los mejores duelos de la temporada
Para recordar, como también lo es que ahora Mercedes corre contra sí mismo y contra la fiabilidad. No hay quien pueda dar caza a este campeón invicto en nueve peleas. Solo Ricciardo lo logró cuando los problemas mecánicos ataron las extremidades de un W05 que no pudo golpear y quedó nocaut. La pérdida de un efectivo en casa de 'enemigo' puede potenciar la necesidad de hacer de su feudo un bastión inexpugnable. Dentro de dos semanas, Alemania.
| Autoría imágenes | Zimbio.com |