La velocidad punta no ha sido un apartado en el que Ferrari haya destacado a lo largo de la temporada y es, precisamente ese aspecto, el primordial en Monza. No obstante, tras la buena actuación que realizaron Fernando Alonso, lastrado por su problema inicial con la batería, y Kimi Räikkönen, que estuvo luchando por el podio hasta el final, en Bélgica, parecía que Monza no iba a ser tan negro como se auguraba.

De hecho, el equipo comandado por Marco Mattiacci se mostró muy competitivo a lo largo de todos los entrenamientos libres, algo que no es raro a juzgar por la política que ha estado ejerciendo durante toda la temporada. Habiendo anunciado que montarían un reglaje extremo en Monza y viendo los resultados, la esperanza renacía en los corazones de los tifossi. Tras la última sesión de libres, ambos Ferrari terminaron, virtualmente, en las dos primeras filas. Sin embargo, Marc Gené ya avisaba de que la clasificación sería otra historia. Y así fue.

El sábado acabó siendo la enésima decepción de Ferrari, que era superada por seis motores Mercedes: Mercedes GP, Williams y McLaren. A pesar de todo ello, el resultado no parecía tan malo teniendo en cuenta las escasas diferencias respecto a los de Woking, principalmente. Siempre hablando de Fernando Alonso, que superó a los Red Bull y a su compañero de equipo, Kimi Räikkönen, incapaz de clasificarse para la Q3.

Todo iba a colapsar en la carrera. Ni un reglaje agresivo ni, evidentemente, una estrategia inadecuada –Alonso fue adelantado por Pérez en la única parada en boxes- solucionaron nada. Ni Fernando ni Kimi fueron capaces de adelantar a ningún monoplaza después de la primera vuelta ni eran lo suficientemente competitivos como para defenderse. Fueron sobrepasados sin mayor problema por Valtteri Bottas y por Daniel Ricciardo.

Twitter de Daniel Ricciardo

El colmo fue el abandono de Fernando Alonso ante los tifossi como consecuencia de una fatal avería del ERS que se trasladó a la unidad de potencia, que, eso sí, constituye la primera de la temporada en cualquiera de los dos monoplazas. Ferrari ha realizado su peor actuación en Monza desde 1995Kimi no pudo maquillar el resultado y atravesó la meta en la novena posición de iure gracias a la sanción a Magnussen de cinco segundos. De no haberlo hecho, Ferrari hubiera completado su peor Gran Premio de Italia desde el año 1995, cuando ni Jean Alesi ni Gerhard Berger terminaron la carrera.

Ferrari no puede hacer más el ridículo: ha de proporcionar un monoplaza competitivo a sus pilotos. Es inconcebible ver a un monoplaza rojo luchando por entrar entre los diez más rápidos el sábado y que el domingo sólo aspire al podio cuando el resto de escuderías fallen o las condiciones sean cambiantes. Ese no es el lugar que ha de ocupar el equipo más laureado de la Historia. Ferrari ha de dar un paso al frente en 2015 para abandonar la mediocridad y dejar atrás la desidia de este 2014.