Los fallos de seguridad evidenciados tras el accidente de Jules Bianchi en el Gran Premio de Japón han traído consigo un nuevo debate al mundo de la Fórmula Uno. La FIA, que ahora mismo tiene una investigación abierta del caso, explicaba esta misma tarde en una rueda de prensa que se ha programado una reunión mañana sábado con los jefes de equipo de todas las escuderías donde se expondrán las medidas a tomar para que esta situación no se vuelva a repetir, lo que supondrá un cambio en el reglamento.

Tras señalar a varios posibles culpables, desde la Federación apuntan a los pilotos y su desobediencia a las indicaciones de los comisarios. Uno de los puntos que presumiblemente se tocarán mañana será la instauración de un limitador de velocidad electrónico, que se accionaría cuando los comisarios ondeasen la doble bandera amarilla. Algo que no es nuevo, pues ya se utiliza en competiciones como el Mundial de Resistencia. De esta forma se evitaría que los monoplazas pasaran a altas velocidades en tramos marcados como peligrosos, ya que este tipo de bandera indica a los pilotos que reduzcan la velocidad y se preparen para detener el monoplaza si fuera necesario, algo que en Suzuka fue pasado por alto por la mayoría tras comprobarse que algunos pasaron a 250km/h.

Bianchi que se encuentra en estado grave pero estable, conducía a 200km/h cuando se produjo el accidente en la misma curva en la que Adrian Sutil se había estrellado contra las protecciones. Para remolcar el monoplaza se hizo necesaria la intervención de una grúa, momento en el que ocurrió el fatal incidente. En la vuelta 44, el piloto de la escudería Marussia perdió el control del vehículo y fue directo contra la grúa en una de las curvas más peligrosas del circuito y la más veloz. Sufrió una fuerza de 50G en la cabeza.

FOTO: La Vanguardia