Lewis Hamilton gana el pulso final por el mundial

"La clave está en los dedos y en la mano porque te permiten doblar la muñeca del rival. El brazo también tiene que acompañar, pero una mano dominante es fundamental". Las declaraciones del madrileño Juan Pedro de la Torre, subcampeón del mundo de pulso, hace unos meses a 20 Minutos podrían haber tenido aplicación en este final de temporada de Fórmula Uno. Dos protagonistas, mismas armas, diferentes técnicas. Al final, ganó el que mejor supo fusionar su talento con sus herramientas.

Hamilton adelantó a Rosberg en la salida y dominó la carrera de principio a fin

El 'hammer time' de Lewis Hamilton tuvo un peso físico y estratégico muy superior al de las técnicas de Nico Rosberg durante toda la temporada. En Abu Dabi no fue diferente. El británico adelantó a su compañero en la salida para no soltar ni la victoria en Yas Marina ni su segundo campeonato del mundo. El alemán, al que todo le salió al revés, tuvo problemas durante toda la prueba y finalizó decimocuarto. El resto de pilotos, meros espectadores de lujo de un pulso cuya historia fue cortada de raíz en la vuelta 1.

El pulso por el Mundial que tanto se esperaba sobre la pista terminó antes de llegar a la primera curva. Casi tan rápido como Don Juan Carlos, cual 'Charlie' del CNI, investigó a fondo y desveló por fin el futuro de Fernando Alonso en la categoría. Solo ocho segundos de emoción, los mismos que pasaron entre que se encendió la primera luz del semáforo y que el señor del martillo consiguió colocar el morro de su W05 por delante del de su compañero. A partir de ahí, nada más. Hamilton rodó 55 vueltas como legítimo campeón del mundo, sin gran oposición de su rival y con la ayuda divina de Felipe Massa para el alemán como irrelevante. Todo en contra para el germánico; más aún si a mitad de carrera el monoplaza tiene problemas de ERS y pierde potencia sin cesar. Rosberg no tuvo la suerte de su lado en Yas Marina.

Rosberg tuvo problemas en el ERS una vez mediada la carrera

No hubo piedad, tampoco, por parte de Hamilton. Dominio absoluto desde el primer segundo de gran premio con respecto a lo que le interesaba: la posición de su compañero y el Mundial de Pilotos. Incluso la suerte estuvo de su lado y ni siquiera fue necesario aplicar la técnica del 'hammer time' para doblegar la muñeca de su contrincante ni entrar en una lucha sin cuartel por la victoria con Massa. Rosberg precisaba que los problemas mecánicos cargaran de peso la flecha plateada del británico, pero fue la suya la que finalmente, por acción de la gravedad, acabó en el suelo. La desilusión del alemán, emergente en cada mensaje de radio, se transformó en orgullo al afirmar que deseaba acabar la carrera pese a los problemas mecánicos. Un gesto que honra la imagen de un subcampeón del mundo que luchó hasta el último suspiro por la corona.

Por lo demás, la historia de la carrera es breve y sencilla. Campeón adelanta a aspirante en la primera vuelta y solo la trama Williams, con la 'Operación podio' por bandera e impulsada por los problemas de Rosberg, aportó vistosidad. Massa y Bottas consiguieron un doblete que su equipo no disfrutaba desde Mónaco 2005, e incluso el brasileño le disputó la victoria al gran protagonista del gran premio. La manera perfecta de rematar una temporada que supuso el retorno a los puestos de honor para los hombres de Sir Frank Williams.

Carrera con poca emoción más allá de los puestos de podio

El resto de actores de reparto fueron eclipsados por la cabeza de campeonato más que nunca. Los más destacados, dos de los campeones que acudieron a esta temporada como ayentes. Fernando Alonso finalizó su etapa en Ferrari con un noveno puesto en Abu Dabi y la sexta posición en el Mundial, una vez más por delante de su compañero de equipo, que para Mattiacci no desbordará puntos pero sí esa motivación esencial en la Fórmula Uno actual. Por delante del asturiano, tanto en Yas Marina como en el Mundial, terminó Sebastian Vettel. El alemán, que también se despedía de su escudería, acabó octavo en la última cita del calendario y en el quinto puesto de la clasificación general. Premio insuficiente para dos pilotos que aglutinan seis Mundiales en su palmarés y que buscarán volver a visitar el Olimpo en una nueva escuderia.

El campeonato de 2014 no quedará en la memoria de los aficionados, pero sí en la del equipo Mercedes y Lewis Hamilton. La gran adaptación al nuevo medio de la escudería, planteado por la reglamentación vigente y orquestado por la cúpula de la Fórmula Uno, y la fabricación de un motor muy superior al de Ferrari y Renault se traducen en un doblete histórico para los alemanes. El año que viene puede ser diferente si se da paso a la descongelación de los propulsores. Si no, otro campeonato similar a este, con los cabezas de serie de los pulsos predefinidos. Las mismas caras; las mismas técnicas. En cualquier caso, las barajas cambiarán sus figuras. “Lo mejor está por llegar”.

Gran Premio de Abu Dhabi 2014