X
¡A Mil Por Hora!
NOVEDAD BAJO EL SOL
Ángelo della Corsa
La afición se relame los bigotes porque no tarda en comenzar la pretemporada y en poco más, arrancará El Torneo Mundial de la Fórmula Uno de 2015.
Para mejorar, es bueno de pronto echar la vista atrás y luego tener como referencia eso que vimos y vivimos: para esperar lo que será notable, o mediocre. Pero en muchas otras veces, ver lo extraordinario.
64 campeonatos idos han dejado experiencias conmovedoras: triunfos fenomenales, dominios indiscutibles y malos ratos.
El año que apenas quedó atrás, trajo consigo el agigantamiento de un piloto frío y calculador: Nico Rosberg, pensado más como uno que pasaría a la historia con poco. Nada de eso: levantó el vuelo, y tanto, que muchos imaginaron que llegaría incluso a ser el campeón.
En su establo se encontraba el agente revulsivo que fichó Mercedes AMG en vez de Michael Schumacher. Un tipo talentoso, pero dado a dormir un poco-demasiado en sus laureles; supuestamente apenas iría a hacer sombra a Fernando Alonso y en especial a Sebastian Vettel. No fue así. Lewis Hamilton sacó lo mejor de sí.
Entre él y su compañero alemán, agregaron las especias y las esencias a ese campeonato tan aguerrido que fue el de 2014. Sólo dejaron a INFINITI Red Bull tres victorias.
Se vieron espléndidas reyertas. Pero de modo alguno ha sido la primera vez en ocurrir…
LA HISTORIA ES TESTIGO
En 2012 hubo sorpresas, 7 pilotos distintos ganaban las primeras siete pruebas. La mano la llevaba el Ferrari rojo de Fernando de Asturias. Había llegado la hora, para que sin excusa, coronaran los italianos sus esfuerzos. La oposición fue, el ya joven bicampeón alemán, quien en la última justa del año –y a dos giros del final– aprovechó las facilidades que le otorgó Alonso, incapaz de ir a más... ...La campaña terminó con una diferencia de tres puntos a favor de don Sebastian.
En 2010 había conseguido Vettel su primera corona –de un total de 4, hasta ahora– pero no fue cantando y bordando. Tuvo que derrotar con todo afán a Alonso quien ya había sido antes bicampeón; el español a bordo del “Cavallino” y el de Heppenheim, con un bólido intruso y recién llegado a la nobleza tecnológica: Red Bull. Las apuestas dieron una voltereta hasta antes impensada.
Estaba el mundo en 1986. Sólo una falla grave se vio en aquel gran volante de esas calendas, llamado Nigel Mansell, su mal tino para nacer cuando había varios súper-dotados: Nelson Piquet, Alain Prost y Ayrton Senna que lo condenaban a ser comparsa. Estos, tenían el instinto devorador que el británico carecía.
Había asimismo, unos autos portentosos: Williams-Honda, Benetton-BMW, Lotus-Renault y desde luego los McLaren-TAG/Porsche. Senna muy pronto dejó de ser peligro con su Lotus en aquel año. El compañero de Nigel en Williams era Piquet y fue quien lo acabó dañando, ya que le restó puntos que sirvieron en bandeja la corona a Prost que con su McLaren, fue el rey por dos unidades más que Mansell. Tuvo el inglés que esperar hasta 1992 para subir al trono del mindo, y lo hizo precisamente en un Williams, pero ya motorizado por Renault.
A finales de la década de 1980 e inicios de la siguiente, una guerra civil dejó marcado para siempre al formulismo extremo. Prost y Ayrton. Senna y Alain, entonaron en esa época épicas brutales cada fin de semana en las que hubo carreras.
El paulista fue monarca en 1988 y 1990; el francés en 1989. Consiguieron consagrar al circuito nipón de Suzuka como el escenario formidable en el cual uno de los dos, se salía con la suya a base de puras amígdalas. Eran largadas y encontronazos de alarido.
Tanto el McLaren, como el Ferrari, de aquellos días dejaron ver que eran grandes autos; pero que demandaban pilotos extraordinarios para que las disputas hicieran leyenda.
Y lo lograron.
(...Continuará el miércoles 4 de febrero)
Twitter: @delacorsa
[ EN LA FOTO DEL ÍNDICE: "El León Británico en 1992" a todo trapo ]