Buscar mayor potencia en los monoplazas y llegar a los 1000 CV. Ese era el plan de Bernie Ecclestone y para ello quería volver a los motores V8 de años pasados pues cree que “los motores actuales son una pieza de ingeniería increíble pero no están diseñados para la Fórmula 1”. Pero en una reunión mantenida por el Grupo de Estrategia el pasado jueves, se dejó clara la negativa a la propuesta de Ferrari para remplazar los motores V6 Turbo por V8 BiTurbo de 2.2 litros a partir de 2017. Tanto Honda como Mercedes rechazaron la propuesta y amenazaron con abandonar la Fórmula 1 en caso de que llegase a término.

Por este motivo, los integrantes del Grupo de Estrategia han propuesto dos opciones. Por un lado, modificar los coches y los neumáticos para 2016, por lo que los motores no se tocarían en relación a lo visto hasta ahora. O bien esperar hasta 2017 para realizar modificaciones mucho más grandes, las cuales incluirían mayor potencia en los propulsores.

Los jefes de equipo han discutido sobre la posibilidad de aumentar la potencia hasta los 1000 CV desde 850-900CV fijos. La manera más barata y simple de conseguirlo sería eliminando el medidor de flujo de combustible que se ha erigido como corazón de esta nueva normativa basada en la eficiencia y que limita los monoplazas a utilizar 100kg de gasolina (130 litros) y a un máximo de tasa de flujo de combustible de 100kg por hora.

Otro de los problemas que afronta ahora mismo la Fórmula 1 es su menguante parrilla, que ahora mismo cuenta con sólo nueve equipos y con varios de ellos atravesando problemas económicos, por lo que existe la posibilidad de que en un futuro compitan solo 16 monoplazas. Para evitar esto, se había propuesto el tener un tercer coche por equipo pero no parece haber convencido a Bernie Ecclestone. El jefe de la Fórmula 1 ha propuesto en su lugar una segunda liga con los Red Bull de 2013 y motores V8, una idea que ha sido rechazada por Ferrari, Mercedes y McLaren-Honda, según la publicación alemana Auto Motor und Sport.

Para Ecclestone, el añadir un coche más no era la opción más adecuada, pues el tercer piloto, aunque podría ganar puntos para los campeonatos de pilotos y constructores, sería un novato o un piloto invitado. Además, el coste para los equipos sería enorme, ya que el año pasado Red Bull calculó que para tener un tercer monoplaza tendrían que invertir unos 35 millones de euros. Todo esto provocaría una gran desventaja para los equipos pequeños, que no podrían permitirse tener otro coche y por lo tanto verían reducidas sus posibilidades de sumar puntos.

La nueva idea de Bernie para dar más espectáculo a este deporte ha sido entonces crear una especie de segunda división con los Red Bull de 2013 y motores V8. En un principio, la idea fue implantar una especie de “Super GP2”, en la que se competiría con coches de esa categoría inferior pero con motores más potentes. Pero finalmente ha decidido atraer a nuevos equipos para su segunda división con un paquete inicial de 15 millones de euros. En ella participarían Colin Kolles, que prepararía la base con el chasis del Red Bull de 2013 y el motor V8 podría producirlo Flavio Briatore en Mecachrome.

Fotos: Renault, XBP.