En un principio, sorpresa e incredulidad. Sería, seguro, algo momentáneo, cuestión de unas cuantas vueltas. Pero las vueltas iban pasando, su liderato se afianzaba, y los dos Mercedes estaban cada vez más lejos del triunfo. Así se fue gestando la primera victoria de Sebastian Vettel como piloto de la Scuderia. Batiendo en Malasia al monoplaza imbatible, imponiéndose a la escudería más fuerte del campeonato, derrotando sobre el asfalto de Sepang a la combinación pilotos-escudería más devastadora de la parrilla.
Tras un decepcionante 2014, nadie confiaba en Ferrari. El adiós de Fernando Alonso dejaba huérfano al equipo italiano y a merced de un monoplaza y una unidad de potencia que estaban muy lejos de la competitividad exigida. El Gran Premio de Australia fue un soplo de aire fresco para los de Maranello, con un podio merecido que ocultaba, sin embargo, una preocupante realidad: la distancia que les separaba de Mercedes era aún abismal.
Sebastian Vettel, lanzando al cielo el trofeo de su primera victoria como piloto de Ferrari. | Foto: clarin.com
Precisamente esa distancia hace más inexplicable todavía lo sucedido en el Gran Premio de Malasia. Un tempranero Safety Car provocado por un accidente de Ericsson comprometía la estrategia de las dos balas plateadas. Hamilton, que defendía la pole, y Rosberg, tercero, aprovechaban el coche de seguridad para entrar en boxes y cambiar neumáticos, siendo imitados por casi todos los pilotos de la parrilla. Todos menos Sebastian Vettel. Confiando en la baja degradación de sus neumáticos, el muro de Ferrari optó por dejar al alemán en pista, quien se ponía líder y se encontraba, de improviso, con la estrategia ganadora a dos paradas, una menos que el resto.
Por supuesto que el acierto estratégico de Ferrari no basta para explicar lo sucedido hoy en el trazado malayo. El ritmo del SF15-T en carrera ha sido realmente notable, todo lo contrario que el del W06, que ha dado problemas durante todo el fin de semana a Lewis Hamilton y a Nico Rosberg.
Ya fuera por el exceso de calor en el circuito, un deficiente set-up de las balas plateadas o el buen desempeño de Ferrari y de Vettel, el caso es que un Ferrari ha vuelto a lo más alto del podio por primera vez desde el Gran Premio de España 2013. Y eso es algo que, sin duda, merece ser celebrado en el seno de la escudería italiana.
Hamilton empezó liderando la carrera, hasta que un Safety Car comprometió su estrategia. | Foto: benzinsider.com
Hoy las alabanzas se dirigen, y con razón, hacia Sebastian Vettel, que estuvo secundado en el podio por Hamilton y por Rosberg, pero no hay que olvidar el gran papel de Kimi Räikkönen, que confirma el buen rendimiento del Ferrari. El piloto finlandés ha logrado una brillante cuarta posición después de que un pinchazo sufrido en los primeros compases de la prueba comprometiera seriamente su carrera.
En el Gran Premio de Malasia, Ferrari y Mercedes han estado un paso por encima del resto. Williams se ha tenido que conformar con ser el tercer equipo en el circuito malayo, un logro insuficiente si se tiene en cuenta que el equipo británico acabó el año 2014 de forma sobresaliente y que su FW37 se postulaba como uno de los monoplazas más rápidos para la presente temporada.
Tras Valteri Bottas y Felipe Massa llegaron los dos Toro Rosso. El buen resultado obtenido por Carlos Sainz en Australia ha resultado no ser un espejismo y el equipo italiano ha vuelto a superar a su hermano mayor, Red Bull. De hecho, con el séptimo puesto obtenido, Max Verstappen se ha convertido en el piloto más joven de la historia de la Fómula 1 en puntuar.
Max Verstappen, delante de los dos Red Bull en Malasia. | Foto: laf1.es
En Red Bull están acusando también la marcha de Peter Prodromou y la progresiva desvinculación de Adrian Newey de la Fórmula 1.
Por su parte, la escudería austriaca no termina de arrancar. Después de dominar los circuitos durante casi un lustro, la pasada temporada fue bastante gris, si bien estuvo maquillada por las tres magníficas victorias de Daniel Ricciardo y por el segundo puesto en el campeonato de constructores.
Sin embargo, este año su monoplaza está todavía más lejos de la cabeza y hoy sus dos pilotos han sido doblados por Sebastian Vettel. Lastrados por las deficiencias de la unidad de potencia de Renault, en Red Bull están acusando también la marcha de Peter Prodromou y la progresiva desvinculación de Adrian Newey de la Fórmula 1. Así, algunas voces empiezan a difundir la posibilidad de que Red Bull abandone dentro de poco la categoría.
Solo un español, de los tres participantes en el GP de Malasia, se quedó sin poder completar la totalidad de la carrera. Carlos Sainz, octavo, y Roberto Merhi, decimoquinto, pudieron llevar sus monoplazas a meta, pero Fernando Alonso tuvo que abandonar por problemas en su McLaren. El MP4-30 está demostrando ser muy poco fiable, ya que Jenson Button tampoco ha podido acabar, y su rendimiento está muy lejos del de los equipos punteros.
Fernando Alonso y Jenson Button, durante la carrera disputada en el trazado malayo. | Foto: @McLarenF1
El proyecto de McLaren se va desarrollando lentamente y se necesita paciencia para poder juzgarlo con justicia
Sin embargo no todo son malas noticias para los de Woking. Es cierto que su monoplaza es lento y poco fiable, pero también es verdad que su rendimiento ha mejorado mucho desde el Gran Premio de Australia y se espera que vaya siendo más competitivo a cada carrera que pase.
De hecho, durante algunos compases de la carrera de Malasia, Alonso llegó a rodar en posiciones de puntos. El proyecto se va desarrollando lentamente, pero aún dista de poder ser considerado un fracaso y se necesita paciencia para poder juzgarlo. Ahora mismo resulta muy sencillo tachar de grave error la decisión del asturiano de abandonar Ferrari en busca de su tercer título mundial, pero solo el tiempo podrá dictaminar con justicia lo acertado de su decisión.
De momento, la realidad es que Ferrari ha dado un salto de calidad más que notable. Lewis Hamilton y Mercedes siguen liderando ambos campeonatos y, pese a todo, parece difícil que otro equipo pueda llegar disputárselos con seriedad. Sea como sea, Ferrari ya se ha presentado formalmente como aspirante a las victorias.
Puede que lo de Malasia haya sido flor de un día o que la Scuderia logre lo impensable y se convierta en aspirante a los títulos mundiales en este 2015. Una vez más, el asfalto será el juez de una contienda emocionante. Los de Maranello han vuelto, pero habrá que ver si con la fuerza suficiente como para derrocar a la todopoderosa Mercedes.
Lewis Hamilton y Sebastian Vettel se saludan en presencia de Nico Rosberg. | Foto: antena3.com