El Mundial de Fórmula 1 de 1979 comenzó con una intensa batalla entre las dos escuderías, a priori, más potentes de la parrilla: Ligier-Ford y Ferrari. La escudería italiana, con Gilles Villeneuve y Jody Schekter al volante de los monoplazas, había reinado en cuatro de las primeras ocho carreras del campeonato. Las otra cuatro victorias fueron para el equipo francés, que también con una formación totalmente gala, compuesta por Jacques Lafitte y Patrick Depailler.

Sin embargo, la novena prueba del Mundial, el Gran Premio de Gran Bretaña, aguardaba un giro radical no sólo en el resto de la temporada, sino principalmente en la historia de la máxima categoría del automovilismo. La escudería Williams comenzaría a escribir la primera página brillante de su historia en la Fórmula 1 en el circuito de Silverstone. El equipo de Grove, que había debutado en el campeonato cuatro años antes en Argentina, viviría ese fin de semana momentos inolvidables que quedaran guardados en la memoria de sus aficionados y, sobre todo, del artífice del equipo, sir Frank Williams.

Foto: motorpasionf1.com

Desde los entrenamientos comenzó a apreciarse que el equipo Williams iba a ser muy competitivo sobre el trazado británico, pero la primera gran sorpresa se produjo en los entrenamientos para conseguir la ‘pole position’. El australiano Alan Jones, uno de los dos pilotos de la escudería británica, logró la primera ‘pole’ para Williams, haciéndose con el primer puesto de la parrilla con un registro espectacular, mejorando en más de seis segundos el tiempo conseguido dos años antes por James Hunt al volante del McLaren. El Renault de Jean Pierre Jabouille consiguió la segunda posición, mientras que la segunda línea estuvo compuesta por el Brabham-Alfa Romeo de Nelson Piquet y el Williams del suizo Clay Regazzoni.

El domingo, en la carrera, los dos Williams comenzaron a mostrar su potencial. Regazzoni realizó una gran salida y se situó al frente de la carrera, pero el ímpetu de Alan Jones y Jabouille provocó que el australiano consiguiera de nuevo la primera posición, relegando al helvético a la tercera plaza. Por detrás, los pilotos punteros comenzaban a sufrir problemas, y Nelson Piquet se vio obligado a abandonar por un accidente, mientras que Mario Andretti también terminó su carrera de forma prematura por problemas mecánicos.

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Los dos primeros comenzaron a abrir hueco con respecto al resto de pilotos, y Alan Jones tenía la consigna de exprimir al máximo el monoplaza, consciente de que la mejor forma de hacer sufrir al Renault era debido a su mayor desgaste de neumáticos. Así, el piloto francés tuvo que pasar por boxes antes que su rival para cambiar las gomas, pero se encontró con un problema que acabará echando por tierra sus opciones de victoria.

Durante la parada, el alerón delantero de su Renault se partió, obligándole a volver a parar para reparar la zona dañada. Esta situación provocó una subida de temperatura del turbo que le obligó a retirarse de la carrera. Pero los problemas también afectaron a uno de los Williams, concretamente al actual líder, Alan Jones. El FW07 tuvo un fallo en la bomba de agua y también tuvo que abandonar la carrera.

Tras esta sucesión de incidentes, Clay Regazzoni se situó al frente de la carrera, logrando cruzar la línea de meta en primera posición y consiguiendo la quinta victoria de su carrera deportiva y la primera del equipo Williams en toda su historia. En el podio estuvo acompañado por el francés René Arnoux y por Jean Pierre Jarier, que al volante del Tyrell completó una excelente carrera tras partir desde la 16ª posición. La otra anécdota de este Gran Premio de Gran Bretaña fue que sólo los dos primeros pilotos de la prueba lograron terminar sin ser doblados.

Los primeros pasos

El equipo Williams logró así la primera victoria de su historia sobre el circuito de Silverstone, pero a partir de ahí, la escudería de Grove comenzó a crecer en este deporte, y en esa misma temporada logró cuatro victorias más y un total de diez podios, lo que le sirvió para terminar el campeonato de constructores en la segunda posición.

Desde su fundación en 1975, el equipo británico ha disputado 339 grandes premios, logrando nueve campeonatos de constructores (1980, 1981, 1986, 1987,1992, 1993, 1994, 1996 y 1997) y siete mundiales de pilotos (1980, 1982, 1987, 1992,1993, 1996 y 1997). Además, la escudería de Grove ha logrado hasta el momento 114 victorias, 128 ‘pole position’, 306 podios y 133 vueltas rápidas.

Foto: motorpasionf1.com

Considerada como la una de las tres grandes escuderías de la Fórmula 1, Williams Racing vivió un antes y un después en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1979. El equipo británico comenzó en la carrera británica su espectacular trayectoria y, sobre todo, cambió la historia de la máxima categoría del automovilismo.