La Fórmula 1 ya no es lo que era antes, eso lo sabemos todos. Tanto es así que hasta el dueño de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, lo admite. La competición más importante sobre cuatro ruedas se viene abajo. Ya no hay esa emoción constante en las carreras, sino todo lo contrario, carreras monótonas y aburridas. 

Si hay dos pilotos que han vivido la caída en picado de la Fórmula 1, esos son Sebastian Vettel y Lewis Hamilton. Ambos, además, han tenido épocas de esplendor, pudiendo disfrutar del mejor coche de la parrilla. No obstante, sus declaraciones se contraponen. Mientras que Vettel está de acuerdo con Ecclestone en que ya no es el piloto quien marca la diferencia, sino la máquina, es Hamilton quien opina todo lo contrario: "Es muy gracioso porque él tuvo cuatro años y yo sólo he tenido dos", aclara el inglés. "¡Hasta que llegó a su nivel, yo no he aburrido tanto como lo había hecho él!". No le falta razón, Vettel se paseó en 2011 y 2013, y disfrutó de un coche ganador con el que se vio algo más apurado en 2010 y 2012. Precisamente, la de 2011 y la de 2013 serán recordadas como dos de las peores temporadas de la historia de la F1.

La primera carrera marca, y mucho, lo que pasará en el resto de la temporada. Eso lo sabe Bernie, que ataca la escasa emoción de las carreras hoy en día, lo cual no es demasiado beneficioso para los intereses del Gran Circo: "¿Qué sentido tiene si ya se sabe, y las casas de apuestas lo conocen pues no son estúpidas, que Lewis Hamilton probablemente pondrá el coche en la pole, y si no gana la carrera, el otro Mercedes estará en el podio".

Mientras aparecen otras competiciones, como la Fórmula E, que le pisan los talones a la F1. El británico habla sobre ello, y los problemas principales que tiene la Fórmula 1 actual: "La mayoría de los competidores sólo están pensando en lo que es bueno para ellos en el corto plazo", comenta el británico. "El largo plazo, para la mayoría de estas personas, son dos o tres carreras. El resultado es que la F1 es la peor que ha habido nunca. Yo no gastaría mi dinero para llevar a mi familia a ver una carrera. De ninguna manera".

No le ha faltado hablar sobre el trabajo de Jean Todt como presidente de la FIA: "Debe dedicarse a otras cosas, pero entonces debe entregar la responsabilidad de la F1 a otra persona. Voy a hablar con él sobre ello", finaliza.

En definitiva, se echan de menos las clasificaciones a una vuelta, los repostajes en las paradas o los motores V10, lo que significa una reducción de la emoción. Las televisiones públicas empiezan dejar de emitir la Fórmula 1, por lo que la audiencia se reduce y la F1 pierde protagonismo. El cambio es necesario y fundamental, para que el día de mañana el Gran Circo siga brillando en lo más alto.