Después de varias temporadas y más de cuarenta carreras, al fin parece que aflora el punto débil o menos fuerte de Mercedes, las salidas. La gran arrancada de los dos Ferrari en el GP de Australia dejó en evidencia una de las carencias del equipo alemán, quien vio superados ambos coches con una pasividad pasmosa. Muchos son los que opinan, como por ejemplo Niki Lauda, que de no ser por la bandera roja, los bólidos de Maranello se hubieran hecho con la victoria.
Tras la prohibición de las dobles levas como embrague y limita ésta a una solo, parece que Ferrari sí ha conseguido dar con la clave, mientras que Mercedes y otros equipos pierden adherencia en sus neumáticos durante la arrancada.
"Mi fase inicial fue igual que Nico (Rosberg), pero la segunda, cuando dejas ir el embrague del todo, mis neumáticos patinaron un poco más y no pude recuperarme de ello", comenta Hamilton al diario Autosport. Para el inglés no fue demasiado grave el problema, aunque Toto Wolff admitió posteriormente que las pruebas realizadas el sábado para configurar el embrague no fueron correcta.
"No fue un problema grave", apuntillaba. "Siempre está en constante cambio, aunque salgas bien. Las cifras a clavar siempre están variando así que algo pasa. Lo hemos estado hablando y es una de nuestras prioridades. Los Ferrari tuvieron una salida increíblemente buena, estuvieron muy fuertes, así que intentaremos averiguar cómo ser mejor que ellos", agrega.
A pesar de la pérdida del ritmo inicial, una vez fueron pasando los giros, tanto Nico Rosberg como el propio Hamilton demostraron que a velocidad no les gana nadie y marcaron ritmo tanto con medios como con superblandos.Estas cifras todavía no se han traducido en optimismo para el británico, quien mantiene la idea de que vendrán carreras en las que les cueste estar delante.
"Tengo buenas sensaciones con mi ritmo. Habrá carreras en las que estemos 5 o 10 segundos por delante, pero habrá otras en las que tendremos peleas rueda a rueda. Quizá estén por delante en esas", sentencia el inglés.