Daniil Kvyat revivió en Australia la misma pesadilla que en 2015. En las dos temporadas que el ruso lleva en Red Bull, no ha podido salir el domingo en Albert Park. Si en 2015 fue la caja de cambios la que dejó fuera de la carrera a Daniil, este año fue un problema eléctrico el que le dejó tirado al finalizar la vuelta de formación, lo que obligó a los monoplazas a dar una nueva vuelta antes de comenzar la carrera.
En Baréin, el ruso pudo sacarse la espina australiana y consiguió finalizar en el séptimo lugar, protagonizando una actuación muy consistente y siendo protagonista en varios momentos de la carrera. Daniil tuvo que resarcirse de una mala sesión de clasificación, en la que sólo pudo obtener el 15º tiempo, siendo el último clasificado de la Q2.
Christian Horner ha calificado su actuación como “buena” y considera que el Gran Premio de Baréin le servirá para “recuperar totalmente su confianza”: “Fue fuerte en cada área”. No obstante, el jefe de Red Bull se ha mostrado preocupado por lo sucedido en la clasificación. El problema no ha sido localizado y sospecha que tenga que ver con un funcionamiento incorrecto de los neumáticos: “Todavía necesitamos entender lo que sucedió en la clasificación, pero al 90 % tuvo que ver con los neumáticos”.
Daniil Kvyat se enfrenta a una temporada clave en su devenir en la máxima competición del automovilismo. Mientras que Daniel Ricciardo parece el líder claro de Red Bull, el puesto de Daniil podría estar en entredicho si no mejora su rendimiento. En especial, si se tiene en cuenta que los pilotos de la escudería filial, Toro Rosso, vienen pisando fuerte. Carlos Sainz y, especialmente, Max Verstappen están demostrando un gran nivel y gran solidez en sus actuaciones a pesar de su edad. No sería descartable que la escudería de Milton Keynes ascendiera a alguno de sus pilotos para en 2017 en detrimento de Daniil Kvyat.
