Los tres Grandes Premios que se han disputado hasta el momento han destacado por ser divertidos, cargados de situaciones inesperadas y sobre todo moviditos. Sin embargo, el galardón al GP más polémico ha sido para el de China y es que la triada Räikkönen, Vettel y Kvyat ha protagonizado una de las polémicas más comentadas de la temporada por el tremendo enfado de Sebastian Vettel con Daniil Kvyat. ¿Por qué?
El de China ha sido el inicio de carrera más alocado de lo que va de temporada. La llegada a la primera curva, tras la salida, obligó a Vettel a realizar una maniobra inesperada para no chocar con Kvyat, el cual vio el momento oportuno para ponerse por delante de los Ferrari. Sin embargo, el alemán no pudo hacerse con el control total de la situación y acabó golpeando a su compañero de equipo que venía por el lado exterior de la curva. Räikkönen salió de pista y se vio obligado a remontar desde las últimas posiciones para luego pasar por boxes y reparar los daños. Ante esta situación, Vettel no dudó ni un momento en culpar a Kvyat al que calificó de loco y suicida en un mensaje por radio al equipo.
Pero la cosa no quedó en esas bonitas palabras ya que al finalizar la carrera, la mecha incendiada por el torpedo Kvyat a su paso hizo explotar a la bomba Vettel, que comenzó a recriminar al ruso en la antesala del podio cuando se estaba emitiendo en directo. Una actitud que nadie comprendió del todo y con la que muchos no estuvieron de acuerdo ya que no era ni el mejor momento, ni el mejor lugar para discutir. Además, la maniobra del piloto de red Bull fue arriesgada pero totalmente limpia y correcta. Por lo que a pesar de las quejas de Vettel, los comisarios consideraron el accidente como un lance de carrera y es que, ¿qué sería de la F1 sin "locos" como Kvyat que aporten riesgo y emoción?
Con el de China ya son dos los berrinches que ha protagonizado Vettel durante ésta temporada. El primero fue en Baréin cuando se marchó del circuito antes de que terminara la carrera, enfadado por el problema en su monoplaza. Y en China, a pesar de su posición en el podio, no pudo evitar soltar por la boca toda la frustración que le había causado el arruinar la carrera de su compañero, con el que se disculpó rápidamente. Un gesto por el que los jefes de la escudería del Cavallino Rampante riñeron a su piloto. A Maurizio Arrivabene no le gustó para nada que se buscase un culpable para lo sucedido. "No deberíamos señalar a nadie. Esto son carreras, no el Monopoly", afirmó con firmeza y a lo que añadió: "Kvyat llegó a la curva a alta velocidad, pero Seb y Kimi habrían hecho lo mismo en su posición".
Aunque estas declaraciones no significan que le hiciese gracia que sus dos pilotos chocaran entre sí. El presidente de Ferrari, Sergio Marchionne, que rara vez viaja a la F1, vio la carrera desde el garaje esta vez, hecho que puede explicar la reacción de Vettel. Y a diferencia de Arrivabene, se mostró algo más positivo y comentó: "Vettel se disculpó, habría hecho lo mismo también, lo bueno es que la remontada fue una obra maestra, estoy contento por eso". Además, comparó de una manera muy tierna a Ferrari con un niño que crece y que a veces puede ser irritable, algo que debe mantenerse así para conseguir metas mayores.
Todavía quedan muchas carreras por delante y sería arriesgado afirmar que los de Maranello no conseguirán batir a las flechas plateadas, pero las carreras van sumando y en el mundial de constructores van segundos por detrás de Mercedes que, con 114 puntos, les sacan ya una ventaja considerable frente a los 61 puntos de los italianos. A ésto hay que sumarle el hecho de que Red Bull se está convirtiendo en un fuerte contrincante. En el mundial de pilotos ha puesto tierra de por medio entre ambas escuderías ya que Ricciardo se encuentra ahora mismo en tercera posición, aunque sólo le separan tres puntos de Vettel, y Kvyat ya ha dejado claro que seguirá arriesgando para conseguir más podios. El caso es que ya sea por H o por B en Ferrari aún no han conseguido ningún doblete en el podio, aunque ahora que Lewis Hamilton no está en su mejor momento podrían hacerlo. En definitiva, todavía no están cumpliendo con las expectativas que había sobre ellos. Sin embargo y a pesar de todo, China puede ser un punto de inflexión ya que ambos pilotos han conseguido acabar la carrera y además con buenas posiciones, algo que hasta ahora no había ocurrido.
En resumen, el Gran Premio de China ha dejado tras de sí una alocada y divertida carrera en la que tanto Ferrari como Red Bull han protagonizado grandes actuaciones. Ya que esta vez fue Ricciardo el que realizó una salida brillante que le permitió robarle, momentáneamente, el liderazgo de la carrera a Rosberg que rodó ajeno al caos en el que se vieron envueltos el resto de pilotos. Pero la brillantez del hombre feliz se enturbió con el pinchazo de su rueda, aunque consiguió remontar hasta su habitual cuarto puesto por detrás de su compañero de equipo, al que los seguidores ya han apodado de manera cariñosa como "Torpedo Kvyat". Y lo mismo sucedió con 'Iceman' que tras el toque entre los dos Ferrari, fue escalando poco a poco hasta la quinta posición. Ahora en la escudería del Cavallino Rampante tendrán que replantearse con quién enfrentarse, ya que la diferencia de puntos que les saca Mercedes es significativamente mayor a la que les sacan ellos a Red Bull, que definitivamente se han convertido en los terceros en discordia.