Lyon - Wolfsburgo: en busca de la gloria europea

Lyon vs Wolfsburgo | Final de la Women Champions League | Jueves, 23 de mayo | 20:30 horas | Árbitro: Teodora Albon (Rumanía) | Estadio Stamford Bridge (Londres) | El Olympique de Lyon busca su tercera corona continental consecutiva, algo sin precedentes en el mundo del fútbol; el Wolfsburgo, rematar una temporada ya de por sí histórica tras el doblete nacional. Europa espera a su dueña.

Lyon - Wolfsburgo: en busca de la gloria europea
Lotta Schelin (Lyon) y Conny Pohlers (Wolfsburgo) son las máximas goleadoras de sus equipos. (Fuente: www.uefa.com).
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Por Cesáreo Martín González

Olympique de Lyon y Wolfsburgo buscarán este jueves 23 de mayo en el estadio londinense Stamford Bridge, donde juega como local el Chelsea masculino, coronarse como el mejor equipo continental. Probablemente haya sido la final más esperada y merecida esta temporada, ya que tanto francesas como alemanas se han confirmado este año como los dos conjuntos más en forma en juego y resultados de Europa. El intratable Lyon, que busca lo más difícil todavía para alzarse con su tercera Women Champions League consecutiva, se medirá a un equipo germano que, pese a disputar actualmente su primera participación en la máxima competición continental a nivel de clubes, ha cumplido y superado las expectativas que se habían creado en torno a él a inicios de campaña y se ha metido en la final con todas las de la ley. Será un partidazo que nadie querrá perderse. El dulce objetivo de dominar Europa estará constantemente en la mente de Lyon y Wolfsburgo. Prepárense para el espectáculo.

OLYMPIQUE DE LYON: en busca de su tercera corona consecutiva

Su objetivo es claro: quieren hacer historia. Las chicas de Patrice Lair buscarán su tercera corona europea consecutiva, algo sin precedentes en la historia del fútbol femenino, en un año en el que de nuevo han demostrado su autoridad sobre los terrenos de juego. El considerado para muchos como el mejor equipo femenino continental de todos los tiempos ya se prepara a conciencia para entrar en el libro de los récords. Tras ¡42 victorias consecutivas! el equipo francés sigue pareciendo casi invencible, siendo precisamente otro equipo alemán, el Turbine Potsdam, el 22 de abril de 2012 en la Women Champions League, el único conjunto equipo capaz de lograr que no puntuase tras cosechar un meritorio empate sin goles (0-0).

El absoluto dominio el Lyon en Europa no fue fruto de la casualidad, sino que se ha ido fraguando con el tiempo. Tras llegar a dos semifinales continentales entre las temporadas 2007 y 2009, en las que caería derrotado en manos del Umea sueco y del Duisburgo alemán, finalmente conseguiría disputar su primera final en la Women Champions League en la campaña 2009/2010. Ese año los penaltis le privaron de su primer gran éxito, ya que la puntería del conjunto germano del Turbine Potsdam fue superior. Ese día se vivirían las últimas lágrimas derramadas por tristeza en la historia del Lyon…

Pero lejos de venirse abajo, el Lyon persiguió su sueño y, en la temporada 2010/2011, se convertiría en el primer equipo francés en alzarse con el título europeo. Su rival en la final sería de nuevo el Turbine Potsdam alemán, conjunto que sucumbió tras los tantos de Renard y Le Sommer, tomándose así la merecida revancha tras la cruel derrota del año anterior. Fue un gran año, ya que a las Schelin, Henry o Thomis, se le habían sumado esa temporada los fichajes de jugadoras de la talla de la lateral Bompastor, la mediocentro Abily (elegida además jugadora de la final) o la interior Le Sommer. Era el inicio de una época dorada todavía sin finalizar.

Tras ese triunfo, la temporada 2011/2012 fue un calco de la anterior, y de nuevo un Lyon aplastante volvió a alzarse con el título de campeón, en esta ocasión tras derrotar por 2-0 en la decisiva final al Frankfurt alemán con tantos de Le Sommer y Abily. Y ahora el equipo quiere seguir haciendo historia. Stamford Bridge puede convertirse, en esta temporada 2012/2013, en el estadio en el que el mejor equipo femenino de la historia grabe su nombre con letras de oro en lo más alto del fútbol europeo.

Su camino hacia la final: un camino de rosas

El Olympique de Lyon no ha tenido problemas esta temporada para acceder a la final de la Women Champions League. De hecho, ha ganado siempre con goleadas de escándalo. Todos sus rivales hasta el momento han claudicado ante el aplastante dominio de las futbolistas francesas. En dieciseisavos se deshicieron con mucha facilidad del PK-35 por un contundente global de 12-0 (0-7 en la ida y 5-0 en la vuelta); para posteriormente hacer lo propio en octavos de final ante el Zorkiy por otro sensacional 11-0 (0-9 en la ida y tan solo 2-0 en la vuelta).

En cuartos de final se encontraba el primer rival serio para las chicas de Patrice Lair: el Malmö sueco. Aun así, pese a la entidad del contrincante nórdico y jugadoras de la talla de Mittag, Bachmann o Melis, las campeonas francesas volvieron a sacar su mejor nivel y apenas dieron opciones. El 5-0 de la ida dejó las cosas claras. El 0-3 de la vuelta tan solo fue un mero trámite.

Y ya finalmente se enfrentaba al Juvisy en el derbi galo. El equipo vecino, que realizó una competición superior a sus posibilidades reales, fue el que mejor resultado cosechó en la ida (3-0) ante el potente Lyon. Sin embargo, sucumbió con estrépito en la vuelta (1-6), siendo aun así el único equipo capaz de marcar un tanto al campeón francés.

Una plantilla sin fisuras con las mejores

El Olympique de Lyon es un equipo casi imbatible. Fuerte en todas sus líneas, el equipo entrenado por Lair cuenta con varias de las mejores jugadoras europeas. Es un bloque compacto, hecho a base de talonario y con mucho fútbol en sus botas. La dificultad que entraña superarles sobre el terreno de juego se certifica en los resultados obtenidos hasta la fecha en los últimos tres años, donde son contados con los dedos de una mano los conjuntos que han conseguido ganarles e, incluso, empatarles.

Se trata de una plantilla sin fisuras y que es capaz de dominar todas las facetas del juego en cualquier encuentro, tanto a nivel táctico como técnico, tanto en defender como en atacar, tanto en practicar un fútbol ofensivo a base de toque como a hacerlo a base de contragolpes. Solo haciendo un partido sobresaliente, incluso rozando la matrícula de honor, podría ser suficiente en la actualidad para superar a un equipo de esta tesitura. El Olympique de Lyon no quiere abandonar su cartel de favorito, y menos ahora. La historia les espera. Tienen una cita con ella.

Necib y Schelin marcan el ritmo

El campeón galo pasa por ser un equipo sólido y casi infranqueable en todas sus líneas, poseedor además de muchas de las mejores jugadoras del continente en cada una de las posiciones. El esquema de juego habitual es el 4-2-3-1, teniendo mucha importancia en el juego la posición de enganche entre mediocampo y delantera.

En portería, cuenta con Sarah Bouhaddi, una guardameta de grandes reflejos, buena colocación y muy segura en todas las facetas del juego. Cuando debe intervenir, algo no muy habitual, lo hace con acierto y siendo muy regular en todas sus actuaciones.

En defensa casi todas las jugadoras se sienten importantes, ya que resulta una posición bastante cambiante a lo largo de la temporada. Y es que hay donde elegir. La única fija en el esquema es Sonia Bompastor. La lateral y capitana, encargada de ejecutar la gran mayoría de las faltas y saques de esquina, posee una zurda de oro, y además de sus subidas al ataque también destaca por su capacidad defensiva. Muy completa. En el eje de la zaga se ha ganado un puesto casi fijo la joven de 22 años, Wendie Renard. Su buena colocación, su fantástica progresión y, sobre todo, sus espectaculares 1,85 metros de altura, hacen de la francesa un auténtico peligro en las jugadas de estrategia, anotando de hecho bastantes goles de cabeza. Su acompañante suele variar entre las veteranas Laura Georges (28 años) y Sabrina Viguier (32), teniendo más opciones de estar en el once de la final la primera de ellas. En banda derecha empezó la temporada actuando Corine Franco, pero la reconversión de la interior suiza Lara Dickenmann en lateral fue todo un acierto, actuando desde entonces la centroeuropea con mucha más asiduidad, ya que así las subidas al ataque son más continuadas y tiene cabida más gente en la parcela ofensiva.

El centro del campo es cosa de Amandine Henry y Camille Abily. La primera de ellas dota al equipo de un trabajo y equilibrio incansables, amén de unas cualidades tácticas que hacen que nunca pierda el sitio; mientras que Abily es la encargada de comenzar las jugadas, darle sentido al juego del equipo, y seleccionar siempre la mejor opción gracias a su tremenda visión de juego. Se trata de una de las mejores jugadoras en su posición a nivel europeo. Cuando falta, el equipo lo nota. Las sustitutas habituales de ambas son Élise Bussaglia y la tunecina Amel Majdi, aunque ninguna de las dos suele disponer de muchos minutos.

La posición de interior suele ser el principal quebradero de cabeza de Patrice Lair a la hora de confeccionar el once en cada partido. Pese a la reconversión como lateral de Lara Dickenmann, el equipo todavía cuenta con tres de las mejores interiores del continente para únicamente dos posiciones, lo que hace que en cada partido las protagonistas varíen. Contar ya con la polivalente Eugénie Le Sommer y la veloz Élodi Thomis no pareció suficiente para la directiva francesa, que decidió en este inicio de temporada hacerse también con los servicios de la norteamericana Megan Rapinoe (ex del Sidney). Cada una de estas tres jugadoras proporciona una característica diferente al juego del equipo, por lo que se puede optar por una u otra según las circunstancias del encuentro. Le Sommer se trata de una interior con mucho juego interior y combinativo, incluso ocupando en ocasiones la posición de mediapunta; Thomis aporta al equipo una dosis de velocidad y electricidad impresionantes; y finalmente Rapinoe se trata de una interior con buen manejo de piernas, buen uno contra uno y centros más que interesantes. En la variedad está la virtud.

Y ya finalmente llegamos a las dos posiciones más avanzadas del entramado ofensivo del Olympique de Lyon, donde precisamente se encuentran las mejores jugadoras del equipo y, para muchos, también entre las mejores a nivel mundial: la francesa Louisa Necib y la sueca Lotta Schelin. La conexión que forman ambas marca el devenir del equipo en cada partido, ya que se trata precisamente de las dos futbolistas con mayor poder resolutivo. Necib es conocida como la Zidane femenina. Con ese apodo queda todo dicho. Increíble visión de juego, talento intrínseco y nada común para ejecutar el pase medido y en el momento adecuado, y espectacular lectura de los partidos a la hora de cambiar el ritmo de juego según la conveniencia para los intereses del Lyon, son las tres principales características que definen a esta espectacular mediapunta.

¿Y quién está arriba para aprovechar todas las virtudes de Necib? Lotta Schelin. La delantera sueca también pasa por ser una de las mejores en su posición a nivel mundial. Bastante escurridiza por sus continuas caídas a banda, sus movimientos son rápidos y su capacidad de imaginación y regate, muy elevados. Además, su altura también le permite ir bien de cabeza. Es la cazagoles adecuada para aprovechar el remate final de las jugadas del equipo. Actualmente cuenta con 30 goles en su haber esta temporada, siendo además la máxima goleadora de la actual Women Champions League con 7 dianas.

Sustituir a estas dos jugadoras es harto complicado. Aun así, el Lyon tiene recambios más que suficientes en el banquillo, ya que tanto Laëttitia Tonazzi como la nipona Ami Otaki cumplen con creces cada vez que tiene su oportunidad. La francesa, ex del Juvisy, es la sustituta natural de Schelin en la punta de ataque; mientras que la japonesa, pese a poseer también un buen olfato goleador, tiene también la suficiente calidad como para reemplazar a Necib en la mediapunta. Tanto Tonazzi (que no estará en la final por una lesión en el cuádriceps) como Otaki son dos jugadoras de un nivel extraordinario que en cualquier otro equipo europeo serían titulares indiscutibles… pero no aquí, en un Olympique de Lyon donde la calidad de las jugadoras es simplemente extraordinaria.

WOLFSBURGO: Temporada para enmarcar

Si el Olympique de Lyon ha conseguido logros impresionantes en estos últimos tres años, no habría que desmerecer tampoco el continuo y veloz crecimiento de un Wolfsburgo que ha firmado una temporada de ensueño. El doblete conseguido en los campeonatos nacionales, alzándose con la liga y la copa, tan solo ha venido a confirmar lo que era un secreto a voces: las lobas son el nuevo referente del fútbol femenino alemán.

Mientras el Turbine Potsdam (2004/05 y 2009/10), el Frankfurt (2001/02, 2005/06 y 2007/08), y el Duisburgo (2008/09), se alzaban con la Women Champions League, copaban las primeras posiciones ligueras, y aparecían como máximos aspirantes a todos los títulos que disputaban; el Wolfsburgo vivía ya acostumbrado a competir bajo la sombra de todos ellos… hasta estas dos últimas temporadas.

El técnico Ralf Kellermann cogió a una plantilla sin opción a grandes cotas y la fue amoldando con grandes e inteligentes fichajes para conseguir un crecimiento enorme en un tiempo récord. No en vano, esta temporada 2012/13 es la primera participación de las lobas en la máxima competición europea. Alcanzar la final es algo por lo que nadie apostaba pese al potencial con el que contaba el Wolfsburgo, ya que su etiqueta de debutante podría haberle pasado factura en algún momento de la competición. Pero no ha sido así.

Ahora las verdes ven por encima del hombro a los otrora grandes dominadores del panorama nacional, Turbine Potsdam y Frankfurt, y están ya en la final de la máxima competición europea. Su objetivo es claro: recuperar el trono germano tras varias temporadas de hegemonía leonesa. Y se dejarán la piel en el campo por tal dulce premio.

Su camino hacia la final: desafiando a la historia

El Wolfsburgo, pese a ser un debutante en la máxima competición europea, ha realizado un primer paso espectacular, sin perder un solo partido y llegando a su primera final continental. Nunca ha sido inferior a ningún rival y su nivel competitivo ha estado a la altura de los mejores. En dieciseisavos de final, el conjunto germano no tuvo contrincante en el modesto Unia Racibórz, al que goleó en ambos choques (1-5 en la ida y 6-1 en la vuelta).

En octavos de final, se cruzó en su camino el Roa, un equipo al que, si bien es cierto que en la ida había superado por un cómodo 4-1, fue capaz en la vuelta de empatar en su estadio (1-1). Era únicamente un aviso de lo que vendría en las rondas siguientes, donde se encontró con rivales de entidad que el pusieron las cosas muy difíciles para llegar a la finalísima.

El primer buen equipo en aparecer fue el Rossiyanka ruso. Pese a que las alemanas son superiores, el equipo nórdico se trata de un conjunto equilibrado y, sobre todo, acostumbrado a disputar rondas finales en la máxima competición continental. En la ida, y pese al tempranero tanto de Popp, el posterior de Müller y la expulsión al borde del descanso de la jugadora visitante Mashina, el Wolfsburgo fue incapaz de sentenciar su pase a semifinales, e incluso vería como un Rossiyanka con una integrante menos conseguía el 2-1 definitivo que resultaba realmente peligroso para viajar a las frías tierras rusas. Pero las chicas de Kellermann se repusieron del golpe y realizaron un encuentro muy serio en Rusia, venciendo 0-2 gracias a las dianas de Pohlers y Göessling en los últimos quince minutos de partido.

En semifinales llegaría el plato fuerte: el Arsenal Ladies, un equipo inglés que acumulaba, nada más y nada menos, que seis temporadas consecutivas apareciendo por las semifinales del máximo torneo continental. Pese a que el objetivo de las londinenses era alcanzar de nuevo una final europea, el Wolfsburgo fue bastante superior en ambos choques, imponiendo su fútbol rápido y de contragolpe al basado en el juego de toque propuesto por el Arsenal. Tras el 0-2 logrado en tierras inglesas (goles de Pohlers y Müller), el partido de vuelta ante su público se vivió con relativa calma en el conjunto verde. El tempranero tanto de Wagner, que sustituía a la lesionada Popp, fue un alivio para las germanas que, pese al empate logrado por Little ya en la segunda mitad, no vieron peligrar en ningún momento su presencia en la final, presencia que precisamente se sentenciaría tras el rechace de un penalti a favor convertido por Kessler (2-1). Y así es como el Wolfsburgo accede a su primera final continental en su debut europeo… ¡que se dice pronto!

Un equipo talentoso al contragolpe

El Wolfsburgo ha llegado a lo más alto merced a un gran trabajo tanto de la directiva como del cuerpo técnico. Se ha fichado bien en los últimos tiempos, se ha conseguido la hegemonía nacional ante rivales históricos y con mayor potencial, y se ha enganchado a una afición que todavía vive entre una mezcla de sorpresa e incredulidad los éxitos que este equipo está cosechando partido tras partido. Y ahora van a por el trono europeo. ¡Quién se lo iba a decir solo dos años antes! Pero el trabajo bien hecho ha tenido su recompensa.

Se trata de un equipo bastante equilibrado, con buenos conceptos adquiridos tanto defensivos como ofensivos, aunque quizá su mayor característica se base en el contragolpe. Con jugadoras rápidas como Jakabfi, Pohlers, Faisst o Müller, el equipo alemán ha basado su fútbol de ataque en practicar un juego veloz y sin demoras, buscando constantemente la portería rival. Ese quizá sea su mayor punto fuerte. Pero, como ya se ha mencionado, el equilibrio defensivo tampoco le va a la zaga. Y es que Kellermann también ha conseguido asegurar la parte de atrás gracias a las ayudas, apoyos y compromiso de todas sus jugadoras. Un bloque muy concentrado al que no es tarea sencilla doblegar. Pasará su prueba de fuego y madurez ante el mejor y más peligroso rival posible: el Olympique de Lyon. Si lo pasa, este Wolfsburgo se hará eterno.

Conny Pohlers lidera el proyecto

El creciente y exitoso Wolfsburgo de Ralf Kellermann posee sus mayores virtudes en una zaga y, en general, en unas jugadoras muy ordenadas en el aspecto defensivo, y, sobre todo, en un contragolpe mortífero. Las verdes no necesitan muchos toques de balón para plantarse en el área rival. El fútbol rápido, que no por ello menos preciso, es su principal arma ofensiva. El esquema de juego habitual suele ser el 4-2-3-1 aunque en ocasiones, debido a las ausencias o a las características de su rival, también se ha probado el 4-4-2, con resultados igualmente positivos.

En la portería aparece siempre Alisa Vetterlein, una portera muy segura, de correcta colocación, y poseedora de grandes reflejos que incluso en ocasiones han salvado de derrotas al Wolfsburgo. Es, sin duda alguna, la mejor guardameta de la plantilla y es muy extraño que no aparezca en el once inicial.

La parcela defensiva es bastante clara, siendo la única duda una de las dos plazas de la zaga central. Verena Faisst es la lateral zurda habitual, gracias a su buen comportamiento defensivo pero también a sus sorpresivas apariciones en ataque, aunque la germana de 23 años no estará en la final debido a una mononucleosis. Será una baja importante que todavía no está claro cómo subsanará Kellermann. Luisa Wensing, menos dada a subir al ataque que su compañera de banda pero igualmente de efectiva en tareas defensivas, estará seguro en el lateral derecho. Sin embargo, la acompañante de Josephine Henning en el eje central de la zaga sigue siendo una incógnita, tal y como viene siendo habitual a lo largo de esta temporada. Tanto Laura Vetterlein como Stephanie Bunte tienen sus opciones de entrar en el once, aunque quizá la mejor situada sea Ivonne Hartmann. La duda no se resolverá hasta momentos antes de salir al campo.

En mediocampo, el doble pivote habitual es el formado por la capitana Nadine Kessler y Viola Odebrecht, aunque esta última se perderá la final por acumulación de amonestaciones. Sus lágrimas tras finalizar las semifinales ante el Arsenal Ladies conmovieron a más de uno, pero finalmente una jugadora tan importante como Odebrecht no podrá estar en Stamford Bridge. Su sustituta sigue siendo una incógnita, incluso sopesando Kellermann cambiar el esquema para dar entrada a otra jugadora más ofensiva. Por lo tanto, la acompañante de Kessler en mediocampo será otra de las dudas que no se resolverá hasta el final.

Las bandas están formadas por jugadoras rápidas, con buen manejo de balón en velocidad y con un más que interesante uno contra uno. Además de una Lena Göessling que suele aparecer como comodín en varias partes del terreno de juego (y que incluso puede ser la que finalmente sustituya a Odebrecht en mediocampo y acompañe en esa posición a Kessler), una jugadora básica en esa posición de interior es Anna Blässe. Y es que la alemana de 26 años posee una velocidad tanto personal como en el manejo de balón casi insustituibles en el juego germano. Muy importante en el estilo de juego. Una de las pocas jugadoras de la plantilla que no es del país, la joven húngara de 23 años Zsanett Jakabfi, se trata de una futbolista con un gran presente y futuro, con muy buen manejo de balón, una prometedora pierna izquierda y siempre escogiendo las mejores opciones.

Y ya finalmente llegamos a la parte de arriba, donde la acumulación de jugadoras ofensivas y talentosas es muy amplia. Kellermann siempre tiene donde elegir. Una de las grandes incorporaciones de este nuevo curso y una de las principales culpables de que el Wolfsburgo se haya convertido en uno de los grandes equipos continentales en tan poco tiempo es la veterana delantera Conny Pohlers. A sus 34 años, y pese a no ser titular indiscutible, su aportación goleadora y, sobre todo, su excepcional veteranía tras ser ya campeona europea con otros dos conjuntos germanos (Turbine Potsdam y Frankfurt), ha sido un punto clave. Además, Pohlers se ha convertido en la máxima goleadora del equipo esta campaña. Habitualmente su compañera de ataque suele ser la también veterana alemana Martina Müller (33 años). Entre ambas forman una buena conexión que, debido a su olfato goleador y su enorme experiencia en grandes torneos, causan pánico en las defensas rivales.

Sin embargo, este Wolfsburgo posee una mezcla interesante de atacantes que superan la treintena con otras que apenas sobrepasan los 22. Son: Alexandra Popp, Selina Wagner y Lina Magull. Popp (22 años) es una de las goleadoras de este equipo, aunque quizá le falte todavía algo más de experiencia. Tiene un gran futuro por delante, aunque debe ir poco a poco. Además, su presencia en la final es una incógnita, aunque Kellermann espera poder contar con su concurso, ya que sabe puede ser importante en algún momento determinado del encuentro. Wagner (también 22 años) apenas ha participado en liga, pero ha suplido muy bien tanto a Popp como a Pohlers cuando ha tenido que hacerlo. Su encuentro de Champions ante el Arsenal Ladies fue sobresaliente. Por último, la joven atacante Magull (18 años) ha sido, pese a su corta edad, una de las sustituciones más habituales en la gran mayoría de los partidos. Posee un futuro prometedor. Cuando Pohlers y Müller abandonen el equipo, se irán con la conciencia tranquila de que lo dejan en buenas manos.

Historia de la Women Champions League

La UEFA Women Champions League comenzó a disputarse por primera vez en la temporada 2001/02. El primer equipo ganador sería un equipo alemán, concretamente el Frankfurt, previendo el dominio germano desde la inauguración del torneo continental más importante a nivel de clubes. El Frankfurt, que además jugaba la final en su estadio, logró imponerse en los decisivos duelos (en un principio y hasta la campaña 2009/10 la final se disputaba a doble partido) al otro equipo más potente del momento, el Umea sueco.

Pero el citado conjunto nórdico se repuso de su primera final perdida y, durante los dos años siguientes (en los que además eliminó a su bestia negra, el Frankfurt), se alzó con el título en ambas ocasiones, primero ante el Hjorring danés (2002/03) y posteriormente tras superar al citado Frankfurt germano (2003/04).

Pero el dominio sueco se terminó y de nuevo las alemanas volvieron a marcar el ritmo en Europa. En la temporada 2004/05 hubo cambio en los equipos a batir en las principales ligas y el Turbine Potsdam ganaría su primer torneo al imponerse en la final al Djügarden sueco. Al año siguiente (2005/06), el Frankfurt se tomaría la revancha y se haría con su segundo entorchado continental (el tercero para su país) tras ganar en la eliminatoria decisiva a sus vecinas del Turbine Potsdam.

Hasta la llegada del increíble Lyon, el único conjunto ni alemán ni sueco que se impondría en Europa sería el Arsenal Ladies inglés en la temporada 2006/07, conjunto que ganaría a un Umea sueco que volvía a asomarse en una final continental tras varios años de ausencia. Pero el dominio germano regresaría y volvería a imponerse durante tres años más. En la campaña 2007/08, el Frankfurt se haría con su tercera Champions tras volver a imponerse en la final al Umea sueco, convirtiéndose hasta la fecha en el equipo con más títulos continentales en su haber; mientras que en la 2008/09 el Duisburgo haría lo propio ante el Zvezda Perm (único conjunto ruso en aparecer en una final europea), siendo así el tercer equipo alemán en alzarse con el campeonato europeo.

La temporada 2009/10 sería la primera con final a partido único. El ganador sería de nuevo el Turbine Potsdam, que se alzaría con su segundo entorchado continental, superando en los penaltis a un Olympique de Lyon que ya asomaba la cabeza entre los mejores. Y ya vendría el dominio total galo, alzándose con dos Women Champions League consecutivas, y ambas curiosamente ante equipos históricos germanos como el Turbine Potsdam primero (tomándose así la revancha de la final perdida por penaltis) y al Frankfurt después. Ahora, el Lyon ha igualado con dos coronas europeas consecutivas al Umea sueco y, en caso de volver a ganar este año, sería no solo el primero en alzarse con tres entorchados consecutivos, sino también empataría con el Frankfurt como el conjunto con más títulos en su haber (3).

Olympique de Lyon o Wolfsburgo marcarán este jueves sus nombres con letras de oro en la máxima competición continental. Será un partidazo. Una cita con la historia. ¡Mucha suerte a ambos!

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