En todo Mundial que comienza, muchas son las miradas que se fijan en las selecciones de África, por aquella eterna espera de ver alguna en los encuentros finales, luchando por el campeonato. Ghana, en Sudáfrica 2010, enamoró a todo el mundo, acercándoles al continente negro. Sin embargo, se quedaron a las puertas de realizar una gesta, a tan solo un gol de las semifinales y en una fatídica tanda de penaltis. Uruguay, más habitual en estas hazañas, accedió a la semifinal, dejando a África desolada, cuando más cerca lo tenía.
A Brasil 2014 han acudido cinco selecciones, fueron seis en Sudáfrica al tenr un cupo extra el organizador. Cinco conjuntos que, por sus grupos, podrían hacer algo grande. Tan solo Camerún, encuadrado con Brasil, Croacia y México parecía abocado a la eliminación directa. Ghana, a pesar de situarse junto a Portugal, Estados Unidos y Alemania, parecía más factible para lograr la clasificación que los cameruneses. Nigeria, Argelia y Costa de Marfil completaban los representantes de África. Tras las tres jornadas, con muchas sorpresas y decepciones, se puede concluir que es posiblemente la mejor primera fase de África en un Mundial. La razón es sencilla, por primera vez habrá dos conjuntos del continente negro en los octavos de final.
Decepciones totales
Repasando lo logrado por cada selección de África, la primera parada está en Camerún. El conjunto de Eto’o no llegó con buen pie, salpicado por la polémica de las primas, un tema que lamentablemente es pan de cada día en los conjuntos africanos que acuden a un Mundial. La participación de los pupilos de Volker Finke ha sido decepcionante, perdiendo los tres encuentros y dejando una sensación de total apatía. Tan solo tuvieron algo que decir en el primer envite, ante México, en el que cayeron por la mínima.
Con la eliminación ya conocida, los temas extradeportivos afloraron, con una pelea en el mismo terreno de juego ante Croacia entre dos miembros del conjunto camerunés. Lejos quedan los recuerdos de aquellos Leones Indomables, con Roger Milla a la cabeza y los cuartos de final que alcanzaron en 1990, siendo los primeros africanos en conseguirlo.
Camerún ha dejado mala imagen, mientras que Costa de Marfin ha vuelto a decepcionar
Si Camerún ha sido la decepción, más por lo extradeportivo que por lo deportivo por la dificultad que tenía a priori su grupo, Costa de Marfil es sin duda el mayor fracaso de África en este Mundial. En su tercera participación consecutiva, al fin había sido encuadrada en un grupo asequible, con Japón y Grecia como teóricos rivales para la segunda plaza, dado que el favoritismo de Colombia era indudable. Empezaron con buen pie los Elefantes, venciendo a Japón en el encuentro más nocturno, en España, de este Mundial.
Pocos ojos fueron los que vieron a Gervinho comandar a su selección hacia la victoria ante los asiáticos, desdibujados en esta edición. Sin embargo, la derrota ante Colombia obligaba a vencer o empatar ante Grecia, y así lo hicieron durante más de 90 minutos. Pero no terminaron con el marcador necesitado. Samaras, tras una desafortunada acción de Serey Die daba la victoria a Grecia en el agregado, desde el punto de penalti, mandando de vuelta a casa a Drogba y compañía, en el enésimo fracaso de una generación que no ha cumplido con las expectativas. El choque ante el conjunto heleno es el fiel reflejo. Con el marcador a favor, y el tiempo corriendo a su beneficio, Costa de Marfil fue incapaz de dar un golpe sobre la mesa, tomar las riendas del encuentro y dominar a su rival a la espera del pitido final.
Para finalizar el capítulo de lágrimas, ha que fijar la atención en Ghana. Las Estrellas Negras volvían al Mundial para desquitarse de lo hecho en Sudáfrica, con Asamoah Gyan a la cabeza, y su eterna obsesión por arreglar aquello que no pudo hacer en 2010, aquel penalti que erró tras la mano de Luis Suárez salvadora de un gol. Tres han sido los tantos del máximo, goleador africano en un Mundial, tras superar a Roger Milla, con seis goles en su haber. Derrotados ante Estados Unidos, los ghaneses se quedaron a las puertas de la hazaña ante Alemania, para terminar con una nueva derrota ante Portugal. Sin embargo, la sensación dentro del campo ha sido positiva en Ghana, que ha muerto con su estilo, su juego y sin darse por vencida en ningún momento.
Bien diferente es lo sucedido fuera del terreno de juego, donde dos jugadores fueron expulsados por indisciplina (Kevin Prince Boateng y Muntari), la misma mañana que llegaba un furgón blindado, procedente de Ghana, con tres millones en efectivo para las primeras de los internaciones, de nuevo el tema de las primas, que parece ser uno de los talones de Aquiles de los africanos en las competiciones internacionales.
La cara, Nigeria y Argelia
Pero no todo han sido decepciones. Si bien, la participación de los africanos puede considerarse todo un éxito teniendo en cuenta que, por primera vez en la historia, dos de sus selecciones competirán en octavos de final de un Mundial. Grano a grano, paso a paso, los combinados de África empiezan a situarse en la élite internacional. A pesar de que los enfrentamientos en octavos serán complicados, y que muy probablemente ninguno de los dos equipos continúe hacia cuartos, hay que destacar este hecho.
Para Nigeria, que se las verá con Francia, será su tercera vez que llegue a octavos, tras las ediciones de 1994 y 1998, en donde cayó ante Italia (1-2) y Dinamarca (1-4), respectivamente. Tercera ocasión, de nuevo ante un europeo, para hacer frente al reto de los octavos. Su camino, ha sido un éxito. Un primer empate, en el catalogado como peor encuentro del Mundial, ante Irán fue sumado a una importantísima victoria frente a Bosnia, que daba prácticamente la clasificación a los comandados por Emenike. En el choque final, ante Argentina, dieron el do de pecho, cayendo por 3-2 pero dejando sensaciones más que positivas en su juego, mentalidad y opciones de hacer frente a una de las potencias de este Mundial. Sin embargo, y una vez más, las primas han vuelto a entrar en escena, empañando el trabajo de unos jugadores que habían ganado el derecho de ser portada por su buen juego y capacidad física, y no por temas extradeportivos.
Tan solo ha habido tres selecciones africanas en cuartos de un Mundial: Camerún en 1990, Senegal en 2002 y Ghana en 2010
Pero, sin ninguna duda, la verdadera ganadora de este Mundial, en África, es Argelia. El conjunto de Halilhodzic nunca había pisado los octavos, no había vencido desde 1982 en un Mundial y acumulaba cinco encuentros mundialistas sin marcar. Todos los récords fueron superados, a pesar de la primera derrota ante Bélgica. La victoria ante Corea, con la mayor aportación goleadora de un equipo africano en un choque de Mundial, dio alas a los magrebís de pelear por la segunda plaza, algo que lograron ante Rusia, merced a un cabezazo de Slimani. Los argelinos completaron una gran primera fase, con goles, buen juego y acciones verdaderamente maravillosas. Pero también supieron sufrir, ante Bélgica y especialmente los últimos veinte minutos frente a Rusia.
Así, será la primera vez que Argelia dispute los octavos de final, y lo hará, fruto de casualidades del destino, ante Alemania, aquel conjunto que le privó de pasar de ronda en su primera participación en un Mundial, en el conocido partido de la vergüenza. Sin presión, y con el respaldo de todo un pueblo, porqué no pensar en una nueva hazaña de los argelinos, superando lo hecho por Ghana ante los germanos. Los de Halilhodzic arribaron a última hora, tras un playoff de clasificación en el que casi cayeron derrotados, pero tras tres encuentros, son probablemente el conjunto africano que mejor fútbol ha desplegado, mejores sensaciones ha dejado en sus tres encuentros y más ha celebrado sus triunfos, pues el recuerdo del 82' aún estaba presente y las ganas en mejorarlo también.
Si bien es cierto, tanto Argelia como Nigeria tienen pocas opciones de alcanzar los cuartos, pero también es destacable que tras muchos años esperando la explosión africana en un Mundial, al fin dos de sus representantes se hayan colado en octavos. África, en uno de los peores mundiales que se recuerdan a nivel europeo, se ha rebelado. Y lo ha hecho con dos conjuntos, que representan al África negra y al Norte, dos regiones que pelean, a su modo, por representar a su gente. Los cuartos son una utopía, pero también lo era pensar en dos selecciones en octavos. Por el momento, África ya ha vencido.