Historia de la CAN: Gabón y Guinea Ecuatorial 2012

La magia negra continuó en contra de los elefantes. Otro año más, la mejor generación del fútbol de Costa de Marfil y una de las mejores selecciones africanas de todos los tiempos en cuanto calidad acabó llorando. Sin embargo, la historia quiso ser más justa con Zambia, que contra todo pronóstico ganó el torneo e hizo honor al equipo que en 1993 murió en un accidente de avión en uno de los dos países donde el torneo se disputó, Gabón. Además, también destacaron las actuaciones de Sudán, Guinea Ecuatorial y Malí. Ghana decepcionó tras llegar a cuartos de final del pasado Mundial.

Historia de la CAN: Gabón y Guinea Ecuatorial 2012
luigiathletic
Por Luis Calabor Nuñez

Nunca existen ni existirán favoritos reales en las Copas África de Naciones. Jamás. Ediciones como esta así lo corroboraron. La historia de cómo Zambia, con solo un jugador jugando en una Primera División europea, vencía a la todo poderosa Costa de Marfil de Yayá Touré, Drogba o Gervinho, con una de las mejores plantillas que una selección del continente negro haya visto nunca, y un conjunto nacional que sigue maldito en cuanto a títulos y éxitos, excepto en 1992 con la única CAN.

Fase de clasificación

Egipto, la vigente campeona, no llegó a la fase final

Y como en todas las CAN que buenamente se precien, también se vieron a selecciones con gran caché caer en la fase clasificatoria. Fueron los casos de Nigeria, Argelia, Camerún, Sudáfrica, Egipto o Togo. Hay que recordar que las cuatro primeras selecciones mencionadas fueron los representantes africanos en el anterior Mundial jugado en tierras sudafricanas, junto a Ghana y Costa de Marfil que sí calificaron.

También hubo sorpresas, como Botsuana o Níger, que se clasificaron por primera vez. Y además, controversia previa, pues Togo y Nigeria fueron inicialmente expulsadas de toda fase, incluida la de clasificación, pero finalmente disputaron dicha previa, sin suerte. Tras esto, se sortearon los grupos el 29 de octubre 2011, con los siguientes cuadros.

Grupo A

Libia, única selección que no perdió con la campeona

Se encontraban en este grupo una de las anfitrionas, Guinea Ecuatorial, junto a una selección siempre potente y candidata como era Senegal. Además, Libia también se situaba en el grupo, siendo esta una participación histórica al ser la primera sin el líder nacional del país, Muamar el Gadafi, asesinado meses antes del inicio de la competición, lo cual provocó muchos cambios en su sociedad debido a lo ocurrido en términos como el petróleo o la corrupción.

Pero sin duda, la participación que más trascendente acabaría siendo la de Zambia, que se proclamarían más tarde campeona. No era para nada favorita, ni siquiera para pasar, puesto que al tener al anfitrión y a un equipo sobre el papel superior delante se preveía una más que posible eliminación. Todo comenzó en Bata, y ante la favorita Senegal. En 20 minutos todo el panorama cambió, pues los goles de Mayuka y Kalaba pusieron por delante a los Chipolopolo. N´Doye reduciría distancias. También en Bata, Guinea Ecuatorial conseguía la primera victoria de su historia en una competición continental, ganando a Libia por 1-0.

En la siguiente jornada, Zambia sufrió más contra Libia, la única selección que no perdió en toda la edición contra los Chipolopolo. Solo Katongo en el minuto 58 puso el 2-2 final, y eso que los libios marchaban 2-1. Pero el partido más loco del grupo fue el que enfrentó a Guinea Ecuatorial y a Senegal. Con 1-0 en el marcador para los anfitriones, Sow empataba en el 89´, dejando helados a todos los ecuatoguineanos. Sin embargo, Kily marcaría cuatro minutos después para desatar la locura. Senegal se quedó fuera con este resultado, y se clasificaban Zambia y Guinea Ecuatorial. En la última jornada, Zambia se impuso 0-1 con gol de Katongo para finalizar primera de grupo. Senegal quedaría última tras perder por 2-1 ante Libia, que firmó un digno torneo.

El gol de Kily, para la historia // Foto: FIFA.com

Grupo B

Costa de Marfil, Angola, Sudán y Burkina Faso eran los elegidos para ser encuadrados en este grupo. Los Elefantes también llegarían a la final y en este grupo eran clarísimamente los favoritos para pasar sin apuros. Y así fue, y además consiguiendo las tres victorias posibles del grupo: 1-0 ante Sudán, 2-0 ante Burkina Faso y Angola. Sin duda, su camino parecía encontrarse en buenas manos.

Sudán y Angola luchaban por el segundo puesto

Más disputada fue la pelea por el segundo puesto, que acabó con un empate a cuatro puntos entre Sudán y Angola. Y eso que Sudán llegaba a la última jornada con solo un punto y Angola con los cuatro, pero una histórica victoria de Sudán con doblete de Mudather los metía en los cuartos de final por cuarta vez. Angola, perdiendo ante Costa de Marfil, parecía anteriormente haberse asegurado el segundo puesto con la victoria ante Burkina Faso y el empate ante Sudán, partido en el cual empezaron ganando, pero finalmente cayeron eliminados. Burkina Faso que, irónicamente, caía en la fase de grupos en esa edición pero que un año después se quedaría con la miel en los labios perdiendo la final ante Nigeria.

Grupo C

Marruecos volvía a decepcionar; debutaba Níger

Níger debutaba en un grupo en el cual Marruecos, Gabón y Túnez poseían un nivel muy parecido y por el cual se preveía un duelo muy discutido por las dos plazas. Las Panteras gabonesas fueron los primeros en confirmar su clasificación, ganando los tres partidos (siendo junto a Costa de Marfil los únicos que lo lograban) y con Pierre-Emerick Aubameyang en un estado de forma impresionante, pues marcó tres de los seis goles que las Panteras anotaron. Especial fue el partido ante Marruecos, en el cual ganaban hasta el minuto 91´, cuando con 2-1 en el marcador Kharja marcaba el empate. Pero un destino precioso les esperaban a los coanfitriones, cuando en el minuto 100´ (10 minutos de descuento) Mbanangoyé anotó un absoluto golazo de falta que hizo que el Stade d´Angondjé se cayese.

Foto: AFP

Marruecos quedó eliminada con este marcador, sumando la enésima decepción de su último lustro. Túnez también se clasificó tras sufrir ante Marruecos en la primera jornada y después ganar en el último minuto a Níger en Libreville. Los menas nigerinos firmaban, a pesar del último puesto del grupo, un buena puesta en escena para seguir evolucionando en el futuro.

Grupo D

Botsuana, simple espectador de la clasificación de Ghana y Malí

Y por último, el Grupo D, otro grupo muy igualado con una lucha entre Ghana, Malí y Guinea en la cual Botsuana era impotentemente un simple espectador. Los botsuaneses quedaron últimos de grupo, tras perder todos los partidos del grupo. Dolieron las derrotas ante Guinea (1-6), tras haber empatado al término de la primera parte, y ante Malí (1-2), partido en el que comenzaron ganando.

Ghana impuso la lógica de su calidad y logró clasificarse como primera de grupo de manera convincente, ganando los dos primeros partidos ante Botsuana y Malí, por 1-0 y 2-0, y cediendo un empate ante Guinea, con los ghaneses sin jugarse nada, pues ya estaban clasificados como primeros de grupo. Esa igualada impidió a los guineanos meterse en la siguiente fase, pues llegaban a la última jornada empatados a tres puntos con Malí. Las Águilas malienses consiguieron ganar a Botsuana en la última jornada, ayudados por el favor de Ghana, y pisaron los cuartos por quinta vez en su palmarés.

Cuartos de final

Zambia estrenaría la fase eliminatoria del campeonato enfrentándose a Sudán, que partía como el equipo más débil de los que se clasificaron para la siguiente fase. Los goles de Sunzu, Katongo y Chamanga impulsaron a Zambia por cuarta vez a las semifinales tras ganar por 3-0. Costa de Marfil repitió horas después el mismo resultado, y dejó a los ecuatoguineanos sin más ilusiones en una edición que hizo crecer su autoestima. Didier Drogba, en dos ocasiones, y Yayá Touré aseguraron la victoria costamarfileña.

Mucho más disputados fueron los partidos del siguiente día, pues ambos encuentros se marcharon a la prórroga. Gabón buscaba hacer historia contra Malí, y sobrepasar la barrera de los cuartos por primera vez en la historia de las Panteras. Libreville estaba totalmente abarrotado y con la ilusión como bandera pregonera. Tras una primera parte muy disputada, el gol de Mouloungui hizo saltar a todo gabonés de su asiento. Pero la historia sería cruel, pues Diabaté marcó en el 85 con un error del portero local Ovono. Tras tener muchas ocasiones, llegaba Gabón a la prórroga, donde ambos equipos se encontraban ya reventados y buscaban los penaltis.

En la tanda, no se fallaron ninguno de los tres primeros penaltis. Llegaba el turno de Aubameyang, la estrella de Gabón en el torneo. Con todas las miradas apuntándole, le pudo la presión. Todos los gaboneses, que portaban su camiseta, confiaban en él y en su irónica sonrisa antes de lanzar, pero detuvo el penalti Diakité. Dos penaltis después, Seydou Keita anotó el definitivo. No podía ser otro que la estrella de su país el que les metiese, por quinta vez, en semifinales.

Ghana sufrió también para eliminar a Túnez, incluso los tunecinos tuvieron ocasiones para llevarse la eliminatoria. Mensah parecía poner las cosas de cara para los de Stevanovic, pero Khelifa empataba el partido antes del descanso. En un derroche físico de ambos equipos, se llegó a la prórroga. Hasta que, en el minuto 100, André Ayew aprovechó un gravísimo fallo del portero Mathlouthi para meterse en semifinales. No se lo creía Túnez, que se quedaba fuera habiendo realizado un buen partido ante una gran selección africana como es Ghana.

Semifinales

Cabe mencionar un factor que fue clave en esta fase del torneo: el desgaste físico. Los dos equipos que jugaron prórroga lo notaron, pues fueron los dos eliminados. Sobre todo en el caso de Ghana, que hizo saltar la sorpresa cayendo eliminada ante Zambia, que era a priori la cenicienta del torneo final y que no se esperaba que llegase al último encuentro. De hecho, muchos aficionados daban por hecho una final entre Ghana y Costa de Marfil.

Mayuka era el elegido para entrar a la historia de Zambia

Sin embargo, Zambia logró la épica. En un partido muy disputado y con la intensidad del juego totalmente presente los Chipolopolo igualaron, e incluso superabaronn en intensidad a Ghana, una selección que a pesar de poseer grandes estrellas del fútbol africano se le notaba todavía que le faltaba un orden. Orden que sí lo tenía Zambia, que en el minuto 78 conseguió un gol histórico por medio de Mayuka, poniendo el 1-0 en Bata y eliminando a la cuartofinalista del pasado Mundial de Sudáfrica. Este gol hacía que Zambia volviese a una final por segunda vez en toda su historia.

Foto: Reuters

Costa de Marfil sufrió menos, puesto que consiguió un gol psicológico por medio de Gervinho justo antes de finalizar la primera parte. Este gol hizo daño a Malí, que a pesar de tener alguna que otra ocasión sucumbió ante el poderío de los Elefantes, a los cuales se les veían una gran motivación por conseguir, al fin, un trofeo para esa generación tan gloriosa. El gol de Gervinho fue suficiente, y fue la tercera calificación del equipo de los de Zahoui para una final continental.

La gran final

Era el escenario definitivo. El momento para ambos de pasar a la historia por segunda vez (Costa de Marfi); o por primera, el momento más glorioso en la historia del deporte de su nación (Zambia). En un lado, era la ocasión idónea. Didier Drogba se iría ganando uno de los pocos títulos que le faltaban (a parte del inalcanzable Mundial), y se convertiría en la mayor leyenda en la historia del fútbol africano, y otros como Yayá Touré o Salomón Kalou también incluirían un título más a sus vitrinas. Y para los jugadores de Zambia, el choque era incluso mayor. Tanto personal, como global para el país. Todos esos jugadores que deambulaban por las ligas africanas tendrían su recompensa y, quién sabe, alguno podría recalar al fin en Europa, aquel preciado territorio. Ya solo con llegar al último partido se hacían ilusiones de, quien sabe, poder jugar un Mundial.

La fuerza de los jugadores fallecidos en 1993 impulsó a los zambianos a realizar un auténtico partidazo en lo físico. Presión avanzada que permitía recuperar e incluso tocar la pelota ante jugadores mucho más talentosos. Sin embargo, las ocasiones y el peso del partido fue para Costa de Marfil, que tuvo ocasiones como para ganar. Aun así, Sinkala y Mayuka tuvieron dos grandes oportunidades para Zambia al comienzo del partido que no lograron aprovechar.

Dramática fue la opción que tuvo Didier Drogba, que tuvo un penalti a favor en el minuto 69. Era el posible instante de la gloria. Acabar su carrera internacional con la selección con ese título, y marcando. Cosas del destino. El penalti se marchó arriba. Meses más tarde, no fallaría en Múnich.

Drogba, con las manos en la cabeza tras fallar. // Foto: Getty Images

Se llegó a la prórroga con muchísima tensión, y ambos equipos tuvieron remates para intentar llevarse el partido. Pero ese día, el mérito de unos y de otros impedía que saliese un vencedor tras 120 minutos, por lo que se terminó el partido para llegar a la ruleta rusa de los once metros.

Si todo el partido ya fue infartante, la tanda de penaltis lo fue más. No se fallaron ninguno de los cinco. Todo acierto. Tras esos cinco lanzamientos estipulados, los dos equipos también acertaron tres más. Kolo Touré falló, por lo que el lanzamiento clave pasaba a ser el de Kalabá. Con toda la presión de ser el penalti de vida y muerte (como lo son todos tras los cinco reglamentarios), el zambiano falló. Se echó las manos a la cabeza, pensando que sería villano. Felizmente para él, fue un héroe más.

Llegaba la hora de Gervinho. El futbolista del Arsenal era una de las figuras del equipo, por lo que transmitía seguridad. Sin embargo, los penaltis no eran su fuerte, y así lo reflejaba el no querer lanzar en los anteriores. Le pudo la presión. Chutó el balón, lo intentó escorar…pero salió fuera. Fuera. Y Zambia tenía el penalti de su vida. Stoppila Sunzu era el jugador, en ese momento, con más presión del mundo. Justo tras golpear el balón, se resbalabó, pero ¡marcó! Y el sueño de Zambia pasaba a ser una realidad. Se convirtieron por primera vez en campeones de África. Y también, en el ejemplo de todas las selecciones modestas de África. Un sieño convertido en realidad, con David derrotando a Goliat y a todo el continente. El recuerdo de los fallecidos coronaba a una selección que enamoró a todo el continente y el mundo. Difícil de igualar y superar. Esto es África.

Foto: Reuters