Ucrania se impone a una Albania que fue de más a menos

La selección ucraniana se ha impuesto por un gol a tres en un buen partido ante la selección albanesa. Los de De Biasi cuajaron una buena primera parte, pero Konoplyanka y compañía fueron demasiado para sus rivales.

Ucrania se impone a una Albania que fue de más a menos
Ucrania vence con sobriedad a Albania. | Foto: Shakhtar Donetsk
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Por Iván Hernández

Albania y Ucrania se medían en un partido para medir fuerzas de cara a la Eurocopa, con ganas de seguir la racha de victorias. Albania había vencido a Qatar por tres goles a uno, mientras que Ucrania venía de vencer por tres goles a cuatro al combinado rumano. Este partido, por lo tanto, se antojaba vital para llegar con buenas sensaciones a los respectivos debuts en la Eurocopa.

Apostó Gianni De Biasi por pocos experimentos en su once. Los Berisha, Hysaj, Cana, Xhaka, Abrashi, Roshi y Lenjani, fijos siempre que hay un partido importante, estaban sobre el césped. Mykhaylo Fomenko, por su lado, confió de entrada en hombres de mucha calidad como Stepanenko, Konoplyanka o Yarmolenko.

A priori, parecía que ninguno de los dos equipos iban a querer el balón, aunque la mayor y evidente calidad de los ucranianos hacía pensar que el dominio del esférico sería suyo. De Albania, por su parte, se esperaba un bloque compacto agazapado atrás.

Sin embargo, el comienzo del partido nos dejó una Albania con mucho criterio a la hora de jugar el balón, y una Ucrania descabezada y perdida por el césped del Estadio Atleti Azzurri D’Italia. El timón de Albania, Taulant Xhaka, emergía sobre los hombres ucranianos. Ni siquiera el despropósito que supuso el gol de Stepanenko a los ocho minutos, con la colaboración inestimable de Berisha, rebajó el ánimo albanés.

De hecho, cuatro minutos después, el buen inicio de los albaneses encontró premio tras un balón prolongado por Roshi y empujado a la red por Sadiku reducía la injusticia al empate en el marcador. Albania siguió dominando gracias a hombres como Roshi o Xhaka, aunque el talento de Konoplyanka comenzaba a emerger.

En la segunda parte cambió el guión, en parte por el carrusel de cambios que hicieron ambos técnicos. En Ucrania no se notó tanto, incluso se demostró que le vinieron bien las incorporaciones de Butko y Kovalenko, pero en Albania el salto cualitativo entre los titulares y suplentes es evidente. Ajeti, Basha y Memushaj sustituyeron a Cana, Kaçe y Abrashi.

Y así sucedió que nada más salir del túnel de vestuarios, Yarmolenko puso en ventaja a Ucrania tras aparecer para remachar un balón en el segundo palo. Albania se fue apagando ante el creciente fervor de Ucrania, y los continuos cambios seguían interrumpiendo el partido en favor del conjunto que vestía de azul.

Ni siquiera la entrada de Cikalleshi pudo ayudar a Albania a mejorar las sensaciones. Inmediatamente, Konoplyanka y Yarmolenko convirtieron a Berisha en héroe, pues le hicieron estar muy atento y recuperar la confianza. Los últimos minutos pudieron deparar cualquier final, pero finalmente, cuando más volcada estaba Albania, Konoplyanka cerró un gran partido con el tercer y definitivo tanto desde el área pequeña.

De esta manera, ambos técnicos deberán hacer balance de lo bueno y lo malo tras este partido. Son solo amistosos y pueden no tener nada que ver con lo que está por ver en la Euro, pero son las pruebas más fiables que hay a día de hoy. Por parte de Ucrania, se queda el buen sabor de boca de haber demostrado que tiene calidad para solventar un partido en dos o tres jugadas aisladas. El aspecto negativo es que se ha dejado llevar en varias fases del partido, lo cual le puede costar un disgusto ante selecciones de mayor potencial como Alemania o Polonia.

Del lado de Albania, cabe destacar como algo positivo que no se conformó con esperar atrás a su rival, sino que no le importó llevar el peso del partido pese a ir perdiendo. La nota negativa, la poca aportación de los cambios, la diferencia entre unos y otros, sumada a la fragilidad defensiva reflejada hoy o algún despiste concreto de su portero Etrit Berisha.