La selección argentina es el primer finalista de la Copa América Centenario, después de golear a la anfitriona, en un partido en el que esta consiguió el sonrojante récord de no realizar un solo disparo entre los tres palos. Desde el inicio de la primera mitad los argentinos salieron un una clara intención de dominar el partido, mientras que su rival apenas conseguía sobreponerse a este. En la segunda parte y con el partido casi definido, los sudamericanos ‘durmieron’ el encuentro y sólo dos goles de Higuaín sobresalieron en este período.
Estados Unidos no sale del vestuario
Primeros minutos de dominio absoluto del combinado argentino, que antes de cumplirse los cinco primeros minutos lograron adelantarse en el marcador. Una segunda jugada tras un saque de esquina, dejó solo a Lavezzi frente a Guzan, que ante la duda del portero para salir a tapar espacio, mandó un cabezazo al fondo de la red.
Este resultado de cara tan temporáneo, permitió a los sudamericanos controlar el juego durante los siguientes minutos, en donde los anfitriones trataron de generar acciones de peligro, sin que estas llegaran a finalizar con éxito.
Los Estados Unidos se estaban viendo superados en todos los aspectos. La presión de su rival llegaba en cuanto los jugadores del centro del campo recibían el balón, sobre todo cuando era el caso de Bradley. El único generador de juego por parte de los ‘yankees’ era presionado por dos o incluso tres jugadores cuando recibía el balón. La ‘albiceleste’ mientras tanto se mantenía sería con la posesión de balón y buscando crear espacios en la defensa rival.
A la media hora de partido, Messi de manera magistral amplió la ventaja en el marcador para su selección. Un libre directo al palo del portero que entró por la mismísima escuadra, haciendo imposible que Guzan llegara.
A partir de ese momento y hasta el final de la primera mitad, el combinado que ejercía como local trató de imprimirle a su juego algo más de intensidad, pero seguían quedándose sin ideas en cuanto superaban el centro del campo.
Su rival sin embargo, aprovechó estos robos de balón para realizar transiciones veloces que cogieran saliendo a la defensa rival y así provocar mayor peligro contra la portería.
A dormir
La segunda parte comenzó con la selección argentina dando casi por cerrado el encuentro. Una acción en la que Lavezzi consiguió poner un balón en el punto de penalti para que Higuaín rematase, fue desbaratada por Guzan, pero el balón le volvió al delantero del Nápoles que batió por tercera vez en el partido a los norteamericanos. Este marcador daba casi por finalizada una eliminatoria en la que sólo se debía esperar a que pasara el tiempo.
A pesar de ellos, el combinado estadounidense no cejó en sus esfuerzos de conseguir por lo menos maquillar el resultado y continuó tratando de generar acciones de peligro, pero apenas conseguían superar la última línea de presión.
El combinado argentino se dedico, a partir de ese momento, a tener la posesión del balón, a dejar que el equipo rival creara espacios en su defensa que ellos pudieran aprovechar. Varias fueron las ocasiones en estos minutos en las que los sudamericanos pudieron incrementar aún más la ventaja en el luminoso, pero la poca intensidad que estaban demostrando, quedó denotada en las mismas.
En los minutos finales del encuentro, Argentina puso la puntilla en el marcador al conseguir anotar el cuarto y definitivo gol, en una acción en la que Messi dejó sólo a Higuaín en el ‘corazón’ del área, para que sólo tuviera que empujar el balón al fondo de la portería.
Con este tanto, la selección nacional de Argentina consiguió el pase por tercera vez consecutiva a la final de una Copa América.