La odisea turca

La selección dirigida por Fatih Terim ha ejemplificado en esta Eurocopa 2016 su continua relación de amor-odio con el fútbol. Tras tocar las puertas del infierno estuvieron muy cerca de llegar al cielo y conseguir una inesperada clasificación para octavos de final, una continua 'montaña rusa' de emociones que ha caracterizado al fútbol turco en las últimas décadas.

La odisea turca
Foto: zimbio.com
albertogomez89
Por Alberto Gómez Torres

Lucha, entrega, sacrificio, pasión, dejar el corazón en cada balón... Estas características, tan intangibles como necesarias para triunfar en el fútbol, han caracterizado a Turquía desde que compite en este deporte. Con mayor o menos capacidad técnica, la única verdad innegociable del fútbol otomano es que son unos 'guerreros', que se dejan la piel en cada balón, una cualidad que provoca el mayor orgullo posible para el pueblo turco.

Desde el punto de vista de los resultados, la principal característica de Turquía a nivel de selecciones es la irregularidad. Una serie de altibajos que le han llevado a disputar sólo un Mundial en los últimos 52 años o dos Eurocopas en los últimos 16. Sin embargo, esta poca presencia en las grandes competiciones no siempre va ligada a malos resultados, pues la selección turca fue capaz de ser tercera en la Copa Mundial de Corea y Japón 2002 y también alcanzar las semifinales en la Euro de Austria y Suiza 2008.

Turquía encadenó ocho partidos sin perder en la fase de clasificación | Foto: zimbio.com
Turquía encadenó ocho partidos sin perder en la fase de clasificación | Foto: UEFA.com

Con esa mentalidad afrontaban los hombres de Fatih Terim la fase de clasificación para el torneo continental. Encuadrada en el grupo A, Turquía tenía como teóricos rivales más fuertes a Holanda y República Checa, pero sólo la 'oranje' parecía estar un escalón por encima del nivel turco. Pero el inicio no fue el esperado, y el combinado otomano perdió ante Islandia en tierras nórdicas y ante la selección checa en Estambul, lo que complicaba su camino hacia Francia 2016. Tras un empate en Letonia, los turcos consiguieron su primera victoria ante la débil Kazajistán, un triunfo que dio paso a una serie de ocho partidos consecutivos sin perder, con victorias ante Holanda y República Checa que certificaron la presencia de Turquía en la Eurocopa 2016. 

Arda Turan pasó de héroe a villano en tan sólo dos partidos

Si bien es cierto que era una incógnita el nivel que iba a ofrecer Turquía en el torneo continental, y que había quedado encuadrada en el grupo más difícil de la primera fase, los datos invitaban al optimismo, pues sólo había encajado un total de nueve goles en diez partidos y, además, la espectacular racha final de resultados aumentaba de manera sobresaliente la confianza de lograr emular resultados anteriores y convertirse en la gran revelación de la Eurocopa de Francia 2016. El aspecto ofensivo parecía mucho más definido, con el talento de Arda Turan y Çalhanoglou como referencia.

Sin embargo, la dura realidad del torneo golpeó a las primeras de cambio a la selección entrenada por Fatih Terim. Croacia pasó por encima de un equipo turco que mostró una versión muy lejana a la exhibida en la fase de clasificación, que hasta tuvo fortuna de sólo perder por 1-0 ante el combinado balcánico. Una de las situaciones más llamativas de este debut de Turquía en el torneo fue que el primer cambio del partido tuviera como protagonista a Arda Turan, un síntoma inequívoco de que el encuentro no se estaba desarrollando según lo esperado. 

Los dos primeros partidos constataron la debacle turca en la Euro 2016 | Foto: UEFA.com
Los dos primeros partidos constataron la debacle turca en la Euro 2016 | Foto: UEFA.com

Como suele pasar en este tipo de competiciones, las críticas arreciaron sobre el equipo y se centraron principalmente en la figura del centrocampista del FC Barcelona, que tras vivir una temporada muy complicada se había convertido en el objeto de las críticas de la afición turca por su bajo rendimiento ante el cuadro croata. Pero el mal momento de Turquía no terminó ahí, pues en el segundo partido se vio las caras con España, vigente campeona de Europa y que había mostrado un notable nivel de juego en su primer partido. Los malos presagios se cumplieron y la selección española arrolló a los turcos, derrotándole por 3-0 y provocando un aumento de las críticas hacia el equipo y hacia Turan, que había sido silbado por su afición en el transcurso del encuentro.

La inesperada victoria de Irlanda ante Italia certificó la eliminación otomana

El resto de resultados del grupo daban a Turquía mínimas opciones de clasificarse para octavos de final. Para ello, debían ganar a la República Checa por más de un gol y esperar acontecimientos del resto de grupos con el objetivo de clasificarse como una de las cuatro mejores terceras. Con mucho sufrimiento, la selección otomana cumplió con su parte y se impuso al combinado centroeuropeo por 2-0, en un partido donde supieron aprovechar sus ocasiones. Ahora sólo había que esperar... Hasta que de nuevo la esperanza se convirtió en decepción. El triunfo de Irlanda sobre una ya clasificada Italia permitió a los irlandeses acceder a la siguiente ronda de la competición y certificó la eliminación del combinado de Fatih Terim.

La victoria ante la República Checa dio esperanzas a los turcos | Foto: UEFA.com
La victoria ante la República Checa dio esperanzas a los turcos | Foto: UEFA.com

La alegría de la clasificación y de una racha de partidos sin perder dio paso a la tristeza y la decepción de la mala imagen ofrecida en la Eurocopa de Francia 2016. La selección turca, Fatih Terim, y sobre todo, el pueblo otomano deben olvidar cuanto antes su participación en el torneo y aprender la experiencia para competiciones futuras. El próximo objetivo, el Mundial 2018, donde seguro que en su fase de clasificación vuelven a aparecer los altibajos, la seña de identidad de Turquía futbolísticamente hablando.