Los cuartos de las ilusiones y los espejismos. La ilusión de una selección de Gales que sigue viva, una ilusión perenne y más grande que nunca. El contraste es el espejismo belga, de nuevo en la cuneta cuando más fácil y cerca parecía tener el conseguir una gran actuación. Victoria de hombría y de argumentos confirmados de Gales ante otra decepcionante Bélgica. A pesar del gol temprano de Nainggolan no intimidaron a los Bale y compañía que dieron la vuelta al marcador con tres grandes respuestas. El último de Vokes confirmaba la presencia de Gales en semifinales, la gran sorpresa.

Inicio indomable, final predecible

El partido entre dragones y diablos comenzó con duelo cruzado de fuego y tridentes. Bélgica asediaba a su rival y prometía una gran goleada, pero Gales no es una ilusión. Nainggolan sacó un disparo desde su casa que adelantó a su selección pero los de Bale, que comenzó a enseñar los dientes como respuesta, no se iban a rendir. El partido era un toma y daca, sin respiro, de ida y vuelta. Gales empató, tras previo aviso abortado por Courtois, en una de sus mejores suertes: los saques desde la esquina. Williams remató solo y volvió a descubrir el cajón de mierda de la defensa bélga y para colmo resucitó a Gales que creció y creció ante el proceso amnésico de los "diablillos".

Bélgica no supo reaccionar y completa una Eurocopa irregular e impredecible. Cal y arena, y hoy tocó la cruz y el día nefasto. Tras el descanso Lukaku pudo adelantar a Bélgica tras un remate cómodo en el área de cabeza, pero la dirección del remate fue defectuoso. Quién no fallaría sería Robson-Kanu en el otro área y en pocos minutos después.  De espaldas al arco se inventó un recorte que recordó a Falcao en Budapest, enmudeció las gargantas de media Europa y marcó el 2-1.

El estado de shock era más que evidente en el cuadro de Wilmots que le quedaba un tercio de partido para intentar que lo suyo no fuera otra historia de promesas al limbo. Tan solo la superioridad de Hazard y el juego aéreo de Fellaini discutieron una victoria a Gales que estaba escrita. Sentenciada lo estuvo cuando finalmente, Vokes cruzaba con un gran testarazo el balón a Courtois.  Era el fin para la prometedora Bélgica y la continuación de una historia de dragones y fantasías. Gales; continuará.