Con el río Weser como testigo de lujo, el Werder Bremen se citaba en combate con el nuevamente todopoderoso Borussia Dortmund. Sería un partido especial para los de Dortmund, pues dicho escenario habría atestiguado una de sus derrotas más duras, que dejó al equipo sumido en puestos de descenso al final de la primera vuelta. Pasaba casi un año de aquel momento y el Dortmund regresaba con un entrenador nuevo, un proyecto nuevo y unas enormes ganas de resarcirse ante un Werder venido a menos.

Bajo la batuta de Gündi

El partido arrancó con un claro color visitante. Desde pronto, los chicos de Tuchel se hicieron con la pelota y comenzaron a moverla con clama, empujando al Werder contra su campo. Así, pasados únicamente cinco minutos de partido, las abejas ya tendrían dominada la situación, con los once bremenistas persiguiendo el compás marcado por Gündogan desde el medio. Como complemente al juego posicional de ataque, el Borussia Dortmund implementó un sistema de presión ambicioso, con hasta ocho hombres presionando en campo rival.

El juego posicional y la presión monopilozaron un partido al compás de Gündogan

Ambas premisas convirtieron pronto el partido en un absoluto monólogo borusser, que en apenas nueve minutos daría sus frutos. Gündogan batió varias líneas defensivas con un magnífico pase a la ruptura de Mkhitaryan, éste se internó en el área, la puso atrás y Reus, sólo en el segundo palo, la empujó adentro. El Borussia Dortmund estaba muy cómodo, controlaba y además ganaba el choque, por lo que nada le impedía seguir con su plan de juego. Hecho que pudo alargar hasta el 25.

Reus no tardó mucho en abrir la lata | Imagen: Borussia Dortmund

Despertar bremeniano

Tras el zarandeo inicial y el gol, el Werder tardó en reaccionar, pero acabó haciéndolo. Poco a poco fue despegándose de la presión borusser, creciendo en su juego e igualando las tornas de partido. Así, en el 32, en prácticamente su primera acción de peligro, llegaría el tanto local. Fue una combinación excelsa, con varias entregas encadenadas al primer toque, iniciada por Junuzovic, quien, tras recibir de nuevo el balón en el área pasó atrás. El primer remate se estrelló contra el defensa, pero Ujah, atento, se hizo con el rechace para batir a Bürki.

Tras el tanto, el Werder se vendría arriba y Junuzovic estaría a punto de dar el susto. Su cabezazo se marchó fuera por poco, pero dejó la sensación de que la primera parte había tocado a su fin. Nada más lejos de la realidad, pues el Dortmund aun tendría reservado otro toque de magia para desequilibrar la balanza. Tras una jugada a balón parado, Hummles recibió en banda, centró maravillosamente con el exterior y Mkhitaryan, sólo en el segundo palo, cabeceó dentro. 1-2, minutos 44 y el Dortmund que se salía con la suya antes del descanso.

Mátalos suavemente

La segunda pate empezó tan abierta como acabó la primera. El Werder buscaba empatar el encuentro, mientras los renanos querían cerrarlo a toda costa y empezar a pensar cuanto antes en el siguiente. Esta situación abrió el choque, que vivió entonces sus minutos de mayor desorden. Nadie era capaz de serenar su juego y las imprecisiones empezaron a gobernar el partido, haciendo muy difícil repetir el nivel de juego del primer tiempo.

"Miki" fue un incordio constante entre líneas | Imagen: Borussia Dortmund

El Dortmund daría un paso atrás, guardando receloso la alternativa de los contragolpes

Pasado el 65, el Borussia Dortmund daría un definitivo paso atrás, cediendo toda la iniciativa a los del rio Weser y guardándose receloso la alternativa de los contragolpes. Una opción ésta última con la que los de Tuchel terminarían de cerrar el partido. Dos minutos después un peligrosísimo aviso de Aubameyang (negado de cara a portería), Mkhitaryan recibió a la espalda de los mediocentros y filtró a Reus para que éste batiera fácil a Wiedwald. 1-3 y partido cerrado para los de Tuchel, que ya únicamente se dedicarían a aguantar ante un Werder rendido a la predominancia borusser en tres cuartos de campo.

Así fue la historia de una nueva victoria del ilusionante Borussia Dortmund de Thomas Tuchel. En un partido con alternativas, pero dominado por los borussers en líneas generales, la magia y determinación de los Reus, Mkhitaryan, Gündogan y compañía fue una losa demasiado grande para un combativo Werder. Dicha victoria, sumada al empate ayer del Bayern en Frankfurt, coloca además a los renanos a tan solo cinco puntos de la cabeza, con apenas una semana de que llegue el esperado derbi del Rhur ante el Schalke. Por su parte, el Werder se estanca en la parte baja de la tabla con diez puntos.